¿Se encuentra tan minusvalorada la animación como parece que está?

La edición de este año de los Premios Goya del cine español puso en evidencia las presumibles carencias del proceso creativo en el terreno del cine de animación, cuando únicamente “La Gallina Turuleca” pudo ser la nominada y, como consecuencia, la ganadora en su categoría, debido a que durante el periodo computable para este acontecimiento solamente llegó a las salas de cine del territorio este filme dirigido por el argentino Eduardo Gondell y el español Víctor Monigote.
¿Falta de proyectos presentados? ¿Insuficiente nivel de calidad de los candidatos? Es seguro que lo que pasó fue una especie de laguna en el tiempo, incrementada por las dificultades añadidas por factores que han ocurrido este último año a nivel social, administrativo y económico.
Sin embargo, todo parece apuntar a que éste es un sector que sigue vivo y con propuestas a futuro.
Y el ejemplo más obvio de la buena salud de este segmento del cine que unas veces, las que más, se dirige al ámbito de los espectadores familiares, fundamentalmente el público infantil, y otras, las que menos, hacia una audiencia adulta, ha sido la reciente celebración desde Burdeos del 9 al 11 de marzo de Cartoon Movies, certamen profesional que nació en 1999 con el propósito de potenciar la producción y la distribución de los largometrajes de animación en Europa.
Entre las propuestas que circularon en esa ciudad francesa se encuentra “Hanna y los monstruos”, coproducción con Bélgica dirigida por Lorena Ares y montada en el estudio de Mataró OuO Time que pretende “usar el 3D en un estilo similar al 2D”.
También la productora catalana Inicia Films (Las Niñas) presentó “El Tesoro de Barracuda”, cine de animación que dirigirá Adrián García con la mirada puesta en una novela homónima de Llanos Campos que asume una especie de actualización de los antiguos piratas marinos.
“El laberinto de las tortugas” fue el reconocido esfuerzo que Salvador Simó presentó en las pantallas de cine en el año 2018. Ahora este director catalán llevó a Cartoon Movies la que será su próxima incursión en el género, “Palabras de Caramelo”, una película con personajes en 2D que usará fondos en 3D y que igualmente es la adaptación cinematográfica de una novela homónima de Gonzalo Moure.
Y otra adaptación más, esta vez de una novela gráfica de Laura Martel, fue también presentada por el canario Elio Quiroga. Unos exiliados republicanos trasladados a Chile son la base para este film, “Winnipeg, el barco de la esperanza”, que está dirigido a adultos.
Otros proyectos que también participaron fueron “Moonlit Flamenco”, co-dirigida por Manuel Sicilia y José Sánchez; “Black is Beltza II: Aihnoa”, secuela del debut como director de Fermin Muguruza; “Pepino, el acordeonista”, proyecto ambientado en la posguerra española producido por Meh Producciones (estas dos últimas para adultos); y “Valentina”, debut en la dirección de la productora gallega Chelo Loureiro.
Durante los tres días de Cartoon Movies se habló acerca de la reducción de costes que ha afrontado el sector, donde estiman que el valor medio de cada una de estas películas ronda los 5,4 millones de euros. Al evento, esta vez celebrado exclusivamente online, acudieron 850 profesionales, incluyendo unos 290 compradores, a través de una plataforma digital. La selección reunió a proyectos en distintas fases de desarrollo interesados en acelerar su financiación a través de la búsqueda de nuevos socios, tanto dentro como fuera de Europa.
Tendencias
El certamen también evidenció que la tridimensionalidad va a menos. Los proyectos producidos en animación 3D han descendido en un 40% respecto a 2020. Con este descenso, la animación 2D ha pasado a ser la mayoritaria (23 proyectos) seguida por aquella que combina 2D y 3D.
Las propuestas dirigidas al público familiar siguen siendo mayoritarias y alcanzaron la mitad de la selección (28 proyectos) mientras que la animación para adultos/jóvenes adultos siguió creciendo respecto a ediciones anteriores (15 proyectos). La selección también incluyó proyectos para niños, preescolares y público juvenil.
Las historias presentadas son narradas desde distintos géneros que van desde la comedia, películas de aventuras, dramas y horror hasta ciencia ficción o documentales. Esa misma diversidad se refleja también en las temáticas que abordan, así como en los tiempos y escenarios en los que transcurren. La relación entre el cine documental y la animación sigue ampliándose, dando espacio a nuevas formas de narración para historias factuales, tal como ocurre en “Adil” de Adil Khan & Julian Nazario Vargas, “Flavours of Iraq” de Léonard Cohen, “Flee” de Jonas Poher, o “Red Jungle” de Juan José Lozano & Zoltan Horvath.
Asimismo, los libros y cómics continúan siendo una importante fuente de inspiración para la animación europea. En la selección se incluyeron películas adaptadas de obras de autores como Haruki Murakami, Amélie Nothomb, Marie Desplechin, Josefine Ottesen, John Chambers, y Pierre Rabhi, entre otros. La creciente relación entre el mundo editorial y la animación se refleja en las más de 20 editoriales que estuvieron participando en el evento.
©José Luis García/Cinestel.com