“La Sesenta, crónicas de una lucha obrera”; por Silbando Bembas

Estrenada en Argentina
En septiembre de 2016, un mecánico de la línea 60 de los colectivos de Buenos Aires murió aplastado a consecuencia del negligente estado de conservación de las instalaciones donde se ubican esos vehículos de transporte cuando no están en servicio.
“La Sesenta, crónicas de una lucha obrera” es un documental que inicia con esas horribles imágenes tomadas por las cámaras de vigilancia, las cuales desembocaron en largas y sostenidas protestas secundadas por todos los trabajadores de la línea, quienes consideraron la muerte de David Ramallo como un crimen laboral.
La realización del filme se ha podido llevar a cabo gracias al encomiable trabajo grupal de Silbando Bembas, una asociación de documentalistas que se encargaron de hacer un exhaustivo seguimiento.
La lucha que estos trabajadores mantuvieron por procurarse una vida digna y un entorno laboral saludable nos sitúa en frente de una insaciable patronal a la que sólo parecía importarle los beneficios económicos de esa sociedad privada, casi monopolística en el Gran Buenos Aires.
Santiago Menconi es un trabajador de esa línea de colectivos que decidió escribir un libro sobre esta experiencia de lucha obrera titulado «Sesentazo, crónicas de un lockout», el cual ha servido para que los realizadores reunieran sus propias imágenes junto a otras tomadas por los propios laburantes de la empresa, y es a su vez quien narra con su voz aquellos acontecimientos de pelea con la empresa que tuvieron lugar.
El propio Menconi responde las preguntas de Cinestel:
– Si bien la muerte de David Ramallo fue el detonante de las protestas, ¿la frustración de los trabajadores venía de atrás en el tiempo?
La muerte de David se dio en el marco de la mudanza a una cabecera nueva que es la de Barracas, donde actualmente estamos, que fue presentada como un modelo por la empresa, pero sobre la cual nosotros veníamos denunciando las condiciones de seguridad e higiene desde bastante tiempo atrás.
De hecho estaba falsificada una firma de uno de los trabajadores del personal donde constaba como que los delegados habíamos aprobado esas condiciones, y esa causa se encuentra ahora en un juicio. Y otra de las condiciones era que el elevador que se dio y en el que terminó muriendo David, soportaba 15.000 Kg, que es lo mismo que pesa un colectivo vacío, y que nunca tuvo que haber estado habilitado.
La bronca de los compañeros sí venía de antes por cuestiones generales que hacen al trabajo, pero ese fue el detonante para la organización en lo que es seguridad e higiene.

Santiago Menconi, trabajador de “La Sesenta”
– ¿Y es DOTA un lobby con influencias en la política? ¿Ningún grupo político se acercó a ustedes para interesarse por la situación que atravesaban?
El Grupo DOTA es un monopolio del transporte que concentra varias razones sociales, que agrupa más de 80 líneas de colectivos, y que sí tiene influencias en la política. Fueron aportantes a las campañas de varios políticos y actualmente se encuentran con Rossi, que es el dueño de otro monopolio del transporte y armaron una suerte de sociedad conjunta a través de las cámaras empresarias. De hecho en la cabecera principal de DOTA hay propaganda política de Rossi.
En realidad, muchas resoluciones que se han tomado desde la política no se entienden, como por ejemplo la que habilitó por decreto a destruir 17 de los 23 ramales que tiene la línea 60 en los últimos días del gobierno de Mauricio Macri. Y nosotros entendemos que si no hubiese sido por apoyo político de los sectores gobernantes, jamás le podrían haber recortado 17 ramales que trasladaban a diario a un montón de pasajeras y pasajeros que se quedaron sin transporte público.
En el marco de las luchas siempre se acercaron grupos políticos a nosotros, la mayoría ligados a la izquierda, no así relacionados con los funcionaros de un gobierno en turno.
– De su experiencia en este tema, ¿los noticieros televisivos informan con la pluralidad que su profesión requeriría?
Son pocos los noticieros y los canales informativos que hablen sobre lo que sindicatos y trabajadores denunciamos. Por lo general los temas se tergiversan y las noticias también. Ejemplo de esto es la denominación accidente para algo que nosotros entendemos que fue impericia, como asesinato laboral de David Ramallo. La mayoría de los medios hablaba de accidente.
Pero por ejemplo, hace muy pocos días falleció un trabajador de la línea 60 por Covid-19 que pertenecía a un grupo de riesgo, y a pesar de ello a través de una Resolución del Estado tuvo que volver a trabajar.
Los noticieros se preocupaban por saber qué vacuna le habían dado, para alimentar la guerra que están sosteniendo con el Gobierno y no informar de la verdadera problemática de los trabajadores que es la Resolución 4, que fue la que hizo volver a trabajar a los grupos de riesgo de la enfermedad.
Mismo esta tergiversación y este ocultamiento lo vemos cuando cada vez que hacés un corte ponen el eje en que muchos usuarios no pueden usar el servicio, mientras que ocultan todo lo que hay detrás de eso, que son los problemas que sufrimos tanto los trabajadores como el público usuario.
– ¿Y no cree que un servicio tan importante como lo es el de transporte colectivo tendría que estar regulado por las administraciones públicas de otra manera distinta a la actual?
Yo creo que sí. Nosotros en el año 2015, que fue el año en que tuvimos la huelga de los 42 días que fue un lockout patronal, pusimos esto en tela de juicio resaltando que por ejemplo en la actualidad el 83% de los ingresos que tienen las empresas son a raíz de los subsidios.
Toda esa ganancia, que es gigante, en lugar de traducirla en un mejor servicio para las y los pasajeros, la traducen en quedarse ellos con la plata. Nosotros entendemos -y lo pusimos de manifiesto en el 2015-, que si es el Estado el que está pagando nuestros sueldos y dándole todas las compensaciones a las empresas privadas de transporte, debería ser el mismo Estado quien controle por un lado -que no lo hace-, y quien por otro tome las riendas de un servicio que es público.
El transporte está controlado por empresas privadas pero es un bien público y es un servicio de pasajeros que debería manejarse de otra forma, pues debería de ser económico y poder brindar un buen servicio, de modo que no estuviera manejado por estos empresarios privados que, ya lo vimos hasta el día de hoy, lo único que buscan es maximizar sus ganancias y perjudicar tanto a trabajadores como a usuarios.
©José Luis García/Cinestel.com