«La ladrona de libros» de Brian Percival; imaginación para resistir

Estreno en España.
Si bien la adaptación de una novela suele tener sus más y sus menos entre los espectadores lectores del libro, es justo mencionar que el director británico Brian Percival nos presenta aquí una historia conmovedora sobre una jovencita que en la Alemania nazi afronta con valentía la difícil situación creada tras el triunfo de Hitler en la urnas y consigue escapar de esa tumultuosa realidad a través del poder de las palabras y la imaginación. Tanto ella como quienes la rodean, familiares y amigos, se encuentran en una situación extrema y tratan de sobrevivir resistiendo frente a esa feroz campaña que se desata.
La historia parte del libro homónimo del escritor australiano Markus Zusak y cuenta la historia de una adolescente llamada Liesel (Sophie Nélisse) que es enviada a un matrimonio de acogida. En su nuevo hogar tendrá que ir a la escuela pero resulta que no sabe leer e incluso es insultada por sus compañeros por ello. Ese factor hará que ella se tome muy en serio esa carencia hasta el punto de otorgarle una extraordinaria importancia a la lectura. Será su nuevo padre quien la acompañe en esa búsqueda en sus inicios y por ahí Liesel encontrará tanto una evasión como un camino que determinará su destino. Es igualmente importante para ella la presencia de un chico vecino, Rudy (Nico Liersch), quien le toma el pelo por su costumbre de robar libros, a pesar de que descubre que está enamorado de ella.
El escritor de la novela se inspiró para escribir el texto en los relatos que sus padres le hacían cuando era pequeño acerca de los bombardeos de Múnich o los prisioneros que los nazis hacían desfilar por las calles. Sin embargo, el film se detiene en aquellos actos de generosidad que muchas personas llevaban a cabo en aquellos momentos tan difíciles y en cómo algunas personas trataban de mitigar lo insoportable a través de la observación de ciertas cosas bellas. Los nazis odiaban a la intelectualidad y la quema de libros fue constante pues la libertad de expresión sufrió una fuerte restricción y a los alemanes se les decía lo que tenían que pensar, sentir y leer.
«La ladrona de libros» abarca desde el triunfo de los nazis hasta el final de la guerra en 1945 pero el espectador que busque autenticidad no la va a encontrar porque en este caso estamos ante una novela que más bien está formulada como una historia de evasión imaginativa o de digresión de la realidad como manera de poder soportar semejante presión intimidatoria. Tengamos en cuenta que todo esto sucede en un escenario horrible donde la libertad individual y colectiva era un tema a reconquistar. Decía el escritor que «una de las ideas principales de la novela es que mientras Hitler destruye a la gente con sus palabras, Liesel las recupera y escribe con ellas su propia historia».
En ciertos momentos de la película sí que se reproducen escenas sobre la depravación, la vileza y la afrenta pública, tanto en las quemas de libros como en el castigo y deportación de judíos. La ambientación de época es muy acertada y las actuaciones de los padres adoptivos, interpretados por Geoffrey Rush y Emily Watson, son sencillamente formidables. La muerte es una parte más de la película y de hecho es la narradora omnisciente y desconcertante de la misma a través de la voz del actor Roger Allam.
La actriz protagonista, Sophie Nélisse de Canadá, es conocida por haber participado en la premiada «Profesor Lahzar» y también porque había sido una destacada gimnasta en su país. El hecho de ser bilingüe facilita su adaptación tanto en papeles en francés como en inglés, lengua esta última en la que ha sido rodado el film casi por completo. Sí, estamos en la Alemania de la primera mitad del siglo XX, pero hay que insistir en que se trata de una novela y que por tanto no conviene buscar autenticidad, por eso el film se queda más en el terreno de las emociones para superar el miedo, la resistencia y los deseos de acabar cuanto antes una situación de gran complejidad cuyo origen no pueden comprender.
©José Luis García/Cinestel.com