«Las chicas de la sexta planta», inmigración y desencanto de la burguesía parisina de los ’60

El guionista y director francés Philipe Le Guay retoma experiencias de su niñez en una comedia fresca e ingenua que pretende ser amable. Las españolas Carmen Maura y Lola Dueñas y la argentina Natalia Verbeke forman parte del elenco de unas mujeres del sexto piso en un edificio de París que trabajan en los años ’60 como criadas (mucamas) para aristócratas y empresarios.
En España se eligió estrenar dos películas distintas con este mismo título, una la original con subtítulos porque es lógico que, estando en Francia, las españolas empleen ambos idiomas y los franceses el francés, y otra doblada al español totalmente surrealista y alejada de lo creíble.
Jean-Luis Joubert, un profesional de la finanzas burgués y acomodado encarnado por el actor Fabrice Luchini, lleva una vida tranquila y estable en aparente armonía con su mujer que vive inmersa en actividades sociales.
Contrata a una criada española, María (Natalia Verbeke), con quien surge una empatía y condescendencia que busca romper estereotipos sin conseguirlo pero cuyo creciente interés entre romántico y paternalista en ella es el motor de sus extrañas actitudes posteriores, cuando se va a vivir a la sexta planta con las mucamas a quienes intenta comprender.
Aunque el film contiene algunos pocos instantes de drama, mantiene en casi todo momento un espíritu de alegre comedia que busca entretener incluso con un divertido gag musical que tiene como protagonistas a las empleadas españolas.
Jeaubert es un hombre tímido que siempre vivió bajo la sombra protectora de mujeres como su madre y su esposa.
Philipe Le Guay dijo en Francia en una entrevista que difunde en España la distribuidora que «teníamos que evitar a toda costa la trampa de que el jefe se enamorase de la criada. Por eso insistí en que tenía que haber no sólo una, sino varias mujeres. Jean-Louis Joubert descubre una comunidad y otra cultura que, de repente, empieza a formar parte de su vida». El visionado de la película desmiente solo en parte estas afirmaciones porque la relación preferencial hacia la criada está presente en todo momento y hasta el final de la película cobrando una importancia relevante mientras que su esposa está ensimismada en las relaciones sociales.
La actriz Natalia Verbeke comentaba que para ella ésta es una película universal «porque trata sobre el descubrimiento del otro, ya sea en términos amorosos o de amistad. También trata sobre la soledad, el valor y el sufrimiento que se siente al estar lejos de los que amas. (…) La película refleja las paradojas de la vida, y una gran parte es muy divertida. Las mujeres que están más abajo en la escalera social, en realidad viven encima de la gente a la que sirven. Cuando los dos mundos colisionan, se generan preguntas y surgen temas que hay que plantearse».
En España coexisten dos versiones distintas de esta misma película, la original y la doblada que transporta la historia hasta el absurdo.
Es lamentable para los que opten por la doblada (que desgraciadamente serán la mayoría) tener que escuchar a los personajes franceses hablar entre sí en español. Acompañado de un amigo, le dice el hijo de Jaubert a su padre: ¿habéis «contragtado» a una «espagñola»? y el padre responde: ¡»exactamón», y os «aghradeceghia» que la «tratágais» bien!
En otro momento, le dice Jaubert a su esposa: «Te estoy «disiendo» que he «senado» avec las «espagñolas» de la sexta planta», como si en aquella época todos los franceses se hubiesen esforzado en utilizar el español entre ellos.
Coincidiendo o no con este panorama de exhibiciones distintas y paralelas de un mismo trabajo, el director francés ha rehusado amablemente venir a España a presentar la película y han sido Natalia Verbeke y Carmen Maura las encargadas.
Al respecto, las declaraciones de Maura que difunde la distribuidora procedentes de Francia son especialmente muy esclarecedoras: «Quería trabajar con actrices españolas en París por primera vez. Me gustaba mucho la idea de interpretar a una mujer de la limpieza española que vivía en la sexta planta.
Me encanta hablar en francés en la vida real y en las películas. El proyecto también me dio oportunidad de mezclar el francés y el español como lo haría una persona que viviese aquí (en París). Philippe Le Guay me lo permitió e incluso me animó a hacerlo.
También fue emocionante porque tenía que obligarme a ser la misma actriz cuando, en realidad, cuando actúas en una lengua que no es la tuya puedes tender a alterar la voz de forma artificial. Me encanta la mezcla de lenguas, aunque no creo que tenga la oportunidad de volver a usarla».
«Las chicas de la sexta planta» es, en definitiva, una comedia romántica muy divertida que, con el trasfondo de las carencias de la España de aquel momento, invita a pasar un rato agradable al espectador aunque caiga en estereotipos y recursos ya conocidos.
©José Luis García/Cinestel.com