«El país de las maravillas», de Alice Rohrwacher; amor y televisión

La directora italiana Alice Rohrwacher aborda su tercera película desde la curiosidad por la comparación entre el mundo rural y urbano a partir de una familia campestre que tiene una pequeña nave de envasado de miel en la región de Umbría. El padre de las tres niñas es un descendiente de alemanes muy rígido en sus normas sociales y algo autoritario, que se piensa que el fin del mundo ya está cerca y que está mucho más interesado en los entornos de producción que en los afectos familiares, las emociones, el cariño y los sentimientos. La realizadora incorpora en el film algunos esquemas heredados de su historia personal.
«El país de las maravillas» (Le Meraviglie) tiene a Gelsomina, la primogénita de la familia interpretada por Alexandra Lungu, como eje principal de toda la historia, pues en ese estricto régimen algo parecido al castrense en el que viven, la muchacha adopta el papel de controladora de sus hermanas, -hasta en sus defecaciones-, de igual modo que sus padres siempre se dirigen a ella cuando quieren hablar al grupo.
A pesar de esas severas reglas que rigen en la familia, las chicas parecen vivir felices, sobre todo las niñas pequeñas de acuerdo a lo que es normal en su edad, mientras que la madre presenta una actitud condescendiente hacia los postulados de su marido machista, tal vez por temor a su reacción frente a una hipotética contradicción que pudiera presentarse por su parte.
El guión de la película ha sido pensado desde el paradigma de esos conflictos o temores que casi siempre están en un segundo nivel, por fuera de la acción inmediata o las palabras, y por eso al filme se le podrán encontrar con facilidad algunos subtextos a partir de un par de acontecimientos que se despliegan: por un lado, la llegada de un chico desconocido para ellos, que ha delinquido y que permanecerá dos meses en su casa dentro de una especie de programa de reinserción. Por el otro, la oportunidad de aparecer en un ridículo programa televisivo, con la posibilidad de ganar su premio a la familia más tradicional, y la recompensa de promocionar su producción de miel a través de las ondas hertzianas.
Alice Rochwacher evitó el excesivo histrionismo en la película y prefirió dotarla de pequeños conflictos cotidianos que poco a poco van forjando un distanciamiento entre los familiares, básicamente entre el padre y la hija mayor con la televisora como elemento desencadenante de esas tensiones.
«Le Meraviglie» es un filme autobiográfico que cuestiona el concepto que hoy en día se tiene sobre la «pureza» del campo a través de la apicultura, los ingresos económicos, el hogar, si siempre lo que se hace es porque se piensa que es lo mejor para los hijos, la familia, y la influencia en ella de la irrupción televisiva, a través de programas como el que aquí presenta Monica Bellucci. Todo en conjunto presentado desde ese punto de vista sutil a la hora de exponer las miserias de determinados conceptos tanto en el campo como en la ciudad.
©José Luis García/Cinestel.com