«Luna de Cigarras», de Jorge de Bedoya; tratos con el Brasiguayo
Estrenada en Buenos Aires; BAMA Cine Arte y Belgrano
Es una grata noticia para el mundo del cine que desde hace unos pocos años, Paraguay se esté poniendo las pilas y comenzando a presentar propuestas que son atractivas. La proyección internacional que tuvo «7 Cajas» supuso un punto de inflexión importante para el cine paraguayo, que fue seguida por otras cintas como «Latas Vacías», y que tiene un interesante avance con esta «Luna de Cigarras» al proponer también una estructura coral como ocurriera en la primera, pero siendo abordada desde el género de comedia negra con un guión interesante porque tiene una mirada polivalente hacia el público, que muchas veces es positivo que así sea, como en este caso. Para conocer más detalles, tenemos las impresiones de su director y del coguionista y actor principal.
«Luna de Cigarras» habla sobre JD Flitner, un joven estadounidense que llega a Asunción para cerrar un trato con un poderoso capo mafioso al que todos apodan El Brasiguayo, cuya mano derecha, Gatillo, parece estar urdiendo una trama para sobrepasarle. A partir de ahí, Flitner saldrá a explorar la ciudad y su vida penderá de un hilo. Con una determinada subversión de los tiempos y un humor negro directo relacionado con el universo cinematográfico y la idiosincrasia que vive el país, De Bedoya traza una historia muy singular destinada a traspasar fronteras, y no solamente la triple con Brasil y Argentina. La película ha sido en Paraguay la tercera cinta nacional más vista de su Historia, tras «7 Cajas» y «Libertad», así como la séptima en el ránking anual total de espectadores del último año, compitiendo con los tanques de Hollywood, y además de haberse estrenado en Argentina está previsto su estreno en Brasil.
Jorge de Bedoya y Nathan Christopher Haase responden las preguntas de Cinestel acerca de la película:
Jorge: Es la primera película de ficción que dirijo, pero yo hice varios documentales antes de hacerla. La idea surgió cuando volví al Paraguay después de pasar 40 años viviendo en el extranjero y me encontré con Nathan que estaba volviendo también. El origen de la idea era jugar un poco con la mirada del paraguayo sobre el extranjero y del extranjero sobre el paraguayo. A partir de eso, desarrollamos un cuento, una fábula que resalta, a veces con exageración, esas percepciones.
– ¿El personaje llamado El Brasiguayo fue concebido como una ironía de lo que está sucediendo en la triple frontera?
Jorge: Sí, la película tiene como elemento una representación de lo que es la realidad geopolítica del Paraguay, que es un país que depende muchísimo de poderes extranjeros y que está un poco supeditado a intereses que no tienen nada que ver con el interés del pueblo paraguayo.
– Es muy interesante ese nivel polivalente que tienen los diálogos en la película. ¿Quién hizo el guión del filme?
Jorge: Lo hice con Nathan y luego trabajamos con un dialoguista paraguayo que se llama Tito Chamorro para las partes en guaraní.
– «Luna de Cigarras» huye de ciertos estereotipos de género, y nos muestra tanto a hombres listos y tontos como a mujeres listas y tontas. ¿Desde un principio ya se propusieron desvirtuar estos clichés?
Jorge: Sí, realmente nosotros en el Paraguay estamos en una situación en la cual el 82% de las películas que se proyectan en los cines vienen de los Estados Unidos. Entonces, queríamos también jugar con elementos de lenguaje a los cuales responde el público porque está condicionado en cierta manera a consumir cierto tipo de cine, pero apoderándonos de esos elementos para enmascarar una forma cinematográfica que es la nuestra y representa algo propio.
– Nathan fue protagonista además de coguionista, pero ¿cuál fue tu participación global en el proyecto?
Nathan: Yo, como Jorge decía, quise retomar mi pasado y volver a Paraguay, porque nací allá y mis padres son de Estados Unidos. Al regresar, me conecté con varios artistas, y uno de ellos era Jorge que también volvía a sus orígenes, y ahí comenzamos con la idea de un extranjero volviendo al país, del que no sabe nada, y trayendo quizás esa cultura que tienes de los Estados Unidos que choca con la del Paraguay o de Sudamérica.
– También es llamativa la identificación con cierto tipo de cine muy popular y conocido, pero al mismo tiempo con unos elementos que en Paraguay y en su entorno de países son reconocibles de las relaciones cotidianas.
Nathan: Sí, esa era la idea también pero con muchas influencias de diferentes películas y géneros.
Jorge: Hay que recordar tal vez que en la Historia del cine paraguayo hay muy pocas películas, entonces nosotros nos hicimos también un juego de recorrer la Historia del cine a través de ciertas escenas que son evocaciones a filmes como «The man who shot Liberty Valance». Para la escena en la que Gatillo muestra a JD cómo usar su pistola, tuvimos en cuenta otra escena muy parecida también en esa película de John Ford, que es un western de 1962.
También está el movimiento de cámara cuando El Brasiguayo da una última suerte a Lucho, y que es como la escena de la armónica en la película de Sergio Leone «Once upon a time in America». Con eso pretendíamos también hacer un recorrido por el pasado del cine, rememorando escenas famosas de películas de Bertrand Blier, como la conversación entre Gatillo y Duarte en el coche que tiene que ver con un filme suyo que a mí me gusta mucho, que es «Les Valseuses».
Entonces, hay muchísimas citaciones, pero todas adaptadas al guión, la situación y a lo que es Paraguay. Tal vez no es tan obvio, pero hay como esa mezcla de recorrido de lo que es el cine y de evocación del cine americano y europeo, siempre a través de nuestra mirada, y eso le da también un toque interesante a la película. Creo yo que desde el punto de vista del espectador, para nosotros fue una experiencia muy grata hacer ese ejercicio.
– También hay un muy buen trabajo de dirección de actores. ¿Habían hecho ellos algo a priori en cine o provienen todos del teatro?
Jorge: La mayoría de actores en Paraguay provienen del teatro o son autodidactas. Estos actores que nos acompañaron ya tenían experiencia en «7 Cajas» y en otras películas, pero la mayoría con los cuales trabajamos tienen una, dos o tres películas de experiencia lo máximo. Hay que destacar que en el país, el nivel de formación los actores lo traen de modo propio, porque el apoyo que hay para desarrollar carreras actorales es muy pobre, muy escaso. Hay muy poca ayuda del gobierno para los actores, tanto en formación como en financiación del teatro, y quisiera sobresaltar que la contribución de los intérpretes del film ha sido muy importante.
– Hay países que tienen muchas esperanzas puestas en las coproducciones. ¿Ocurre lo mismo en Paraguay?
Jorge: Sí, lo sorprendente de Paraguay es que aunque sea un país pobre, es un país donde hay muchísima plata (dinero). Es impresionante la cantidad de plata que hay en los países pobres, porque en realidad el país no es pobre por falta de riquezas sino por la absurdidad de su administración interna.
Entonces, de repente, para hacer cine tenemos acceso a ciertos fondos que aunque no haya un programa específico de Estado dedicado a eso, haciendo un lobby fuerte con las instituciones se puede levantar financiación. Yo creo que Paraguay es un país interesante para la coproducción porque tenemos costos de producción muy bajos y es una nación que tiene mucha diversidad de paisajes y de lugares para filmar.
Nosotros también necesitamos coproducir porque tenemos un mercado nacional muy estrecho, un millón y medio de espectadores este año, y para el país la coproducción con Argentina, Brasil, España, México, Colombia,… es vital.
– Tras esta película, ¿qué nuevos proyectos tenéis?
Nathan: Yo tengo varias ideas de guión que quiero tirar adelante con Jorge y quizás comenzar a escribir, pero como actor vuelvo a los Estados Unidos y tengo que hacer una película sobre un tiroteo masivo, un tipo que entra en una fiesta de chicos y comienza a disparar indiscriminadamente, y me han dado un papel ahí siendo un tema muy candente en la actualidad de las noticias, tanto los tiroteos como la facilidad para conseguir armas en los Estados Unidos.
Yo me voy a concentrar en eso, mientras Jorge está armando una película con el título tentativo de «El Supremo Manuscrito», la cual va a ser una coproducción con Argentina de ficción, pero con ideas de Roa Bastos, sobre una chica a la que le interesa ir a buscar su manuscrito original que está en una subasta Paraguay, y que sería un thriller psicológico hitchcockiano que ahora se encuentra todavía en desarrollo y que se filmará en Itapúa.
Jorge: Nuestro objetivo incial era empezar manejando 7 proyectos para irlos incluyendo dentro de la producción del cine nacional, e igualmente como pequeña productora que somos, buscamos guiones y directores para producir sus películas.
©José Luis García/Cinestel.com