Cine que refleja alteraciones o desarreglos disfuncionales en el comportamiento de las familias

El Festival de Cine y Derechos Humanos de Barcelona programó algunas películas relacionadas con distintas formas de entender la constitución de los roles masculinos dentro de las familias. Destaca el documental bien nutrido moralmente «La maleta de Marta», el mediometraje censurado en Irán «From Tehran to London» y el largometraje griego «11 meetings with my father».
El director austriaco Günter Schwaiger ha desarrollado uno de los trabajos más completos que se conocen sobre la violencia de género. «Marta’s suitcase» es un documental que recibió apoyos de Televisión Española y del canal público de Austria ÖRF. La película nos revela las claves fundamentales de este espinoso problema abarcando todos y cada uno de aquellos ángulos que son esenciales para que, tanto si conoces personalmente el tema como si no, logres completar todas las piezas del rompecabezas.
La estructura del film bifurca en dos direcciones que al final confluyen: el testimonio de Marta, una mujer española que sufrió hace años una brutal agresión de su ex-marido en plena calle y estuvo a punto de morir, y el trabajo de un consultorio terapéutico austriaco para hombres maltratadores que tienen la intención de deponer su cobarde actitud ante sus respectivas mujeres. La voz de un ex-agresor se escucha distorsionada y en imagen aparece Harald, psicoterapeuta del consultorio MännerWelten. Con la visión de ambos casos en lugares tan diferentes entre sí, Schwaiger quiso subrayar que éste es un problema universal que sucede en cualquier parte del mundo.
«La maleta de Marta» revela que los casos denunciados son más numerosos en el norte de Europa que en el sur, pero no se queda solamente en las cifras o en los cambios legislativos que reconocieron este problema en Austria en 1997 y en España en 2005, sino que relata cómo policías, jueces y agentes sociales han sido capaces de unirse para buscar una solución desde puntos de vista muy diferentes.
«Para mí como hombre -cuenta el realizador- también era muy importante acercarnos a la parte masculina e intentar averiguar qué pasa dentro de un hombre violento y qué le lleva a la violencia. En este sentido el trabajo del terapeuta Harald Burgauner, que es uno de los especialistas más prestigiosos de Austria, me pareció de especial interés».
Según Schwaiger, «el caso de Marta es especialmente significativo porque rompe muchos estereotipos acerca de la violencia de género. Por un lado nunca sufrió malos tratos físicos hasta el intento de asesinato y no viene de familia modesta o marginal. Como dice ella: ‘No hay perfil y puede tocar a cualquiera’. Además es una mujer fuerte y luchadora que no teme criticar a la ineficacia de las instituciones».
Entre los factores que sucintamente aborda el film que en algunos casos contribuyen a acentuar estos episodios de violencia, se encuentra el del alcoholismo, materia que no suele ser muy tratada por los grandes medios quizá por temor a que pudiera afectar a los puestos de trabajo de esa industria.
«La maleta de Marta» también dedica un espacio a reflexionar sobre las mujeres que no se atreven a denunciar su caso particular, ya sea por temor, porque los padres de la víctima apoyan al agresor, porque su agresor las hace sentir culpables, o porque se ha generado una codependencia emocional entre ambos miembros de la pareja.
La dependencia emocional también es tratada en la última película de la cineasta censurada en Irán Mania Akbari, «De Teherán a Londres», que presenta un matrimonio burgués iraní en conflicto. Ella está insatisfecha de su relación con él y su esposo tiene una amante. Ella preferiría volver a ser la amante que fue de su marido, antes que su rutinaria vida de esposa.
Este film de ficción iba a ser titulado «Las mujeres no tienen pechos» pero durante su realización, el gobierno iraní presionó a varios cineastas y la directora se vio obligada a trasladarse a Londres para acabar el rodaje. La realizadora afirmó estar cansada de la «atmósfera cargada de barrotes» en su país y de que ninguna de sus películas haya obtenido permiso de rodaje y exhibición hasta el momento.
Otro de los filmes exhibidos en el Festival es una producción griega del director Nikos Cornilios titulada «11 encuentros con mi padre» que se centra en una joven estudiante de veinte años que se mueve en bicicleta y que quiere conocer a su padre al que nunca ha visto. Un día decide ir en su busca a sabiendas de que él ni siquiera sospechaba de su existencia porque la relación con su madre fue fugaz en una sola ocasión. Ella, sueca, había tenido una relación conflictiva con su padre y quiso ser madre sin tener relación de pareja y sin que el otro progenitor lo supiera.
La película presenta a un hombre bondadoso, obeso e inseguro que ha sido reiteradas veces usado por las mujeres y que ahora vive en una caseta de la obra donde trabaja como transportista. Fue expulsado de la casa donde vivía por su esposa cuatro meses atrás y tiene una hija con ella. Aquí vemos un ejemplo de que los desequilibrios en las relaciones de pareja son muy dispares y que, como suele decirse, cada persona es un mundo. «11 meetings with my father» rompe en este sentido algunos clichés que son reiteradamente difundidos.
©José Luis García/Cinestel.com