Martín Weber habla sobre “Mapa de Sueños Latinoamericanos”
Estreno en Buenos Aires
El artista multimedia Martín Weber llevaba tres décadas, casi treinta años, tratando de dejar constancia de los anhelos más sinceros y profundos de habitantes de Latinoamérica repartidos por muy diversas zonas, países y lugares concretos de la geografía continental.
Su intención inicial fue la de retratar con su cámara fotográfica a gente común y corriente portando una pequeña pizarra en la cual ellos habían plasmado sus deseos más significativos para el futuro.
“Mapa de Sueños Latinoamericanos” es la culminación de todo ese proceso a través de un ensayo documental filmado en Argentina, Perú, Nicaragua, Cuba, Brasil, Colombia, Guatemala y México, basado en un libro homónimo del fotógrafo y director publicado en 2018 por Ediciones Lariviere.
La película describe testimonios de personas que habitan la región en un contexto desfavorable.
Los viajes originales para las fotografías se efectuaron de 1992 a 2013, año en el cual Weber se planteó la posibilidad de pasarse al documental visual y sonoro para complementar lo realizado en busca, nuevamente, de todos aquellos auténticos personajes que había fotografiado para saber qué había sido de sus vidas.
Según dice el director, “sólo podemos cambiar nuestro destino si nos permitimos imaginar uno diferente del que hemos recibido”, cuestión que también nos hace reflexionar acerca de si conocemos bien qué es lo que hemos recibido para poder mejorarlo.
Pero regresando al documental en sí, es necesario remarcar la profundidad con la que “Mapa de Sueños Latinoamericanos” refleja la evolución de estas personas que en su mayoría no alcanzan a obtener rentas que les permitan vivir con dignidad y con calidad de vida.
Martín Weber responde las preguntas de Cinestel:
– ¿Crees que Latinoamérica está todavía lejos de alcanzar una madurez en la cual todos sus habitantes vivan dignamente, o estamos ante un deseo utópico?
En ese sentido, yo me pregunto: ¿Desde dónde juzgar la madurez de una sociedad? ¿Los indicadores son los las estadísticas y niveles de salud, educación y pobreza/riqueza? ¿Somos instrumentos de una fatalidad, de una profecía auto-cumplida? ¿Cuánto son los factores externos como los internos los que nos llevan tan frecuentemente al abismo?
Este proyecto en una gran invitación a hacernos cargo de la propia historia, una gran invitación a escuchar. A no hablar por otros. A realmente ponernos en el lugar de otros. Entender el contexto político, económico, social que pueda interponerse en la realización de muchos sueños, por mas grandes o pequeños que sean.
Dignidad es una preocupación central a este trabajo, y varias de las historias que encontré al regreso son duras como la vida misma. Pero no por eso dejan de ser iluminadoras. Encontré resiliencia y una fortaleza para reponerse que son admirables. En muchos casos ni siquiera trabajando por sus propios sueños, sino para ayudar a otros concretar los suyos.
– La importancia de las relaciones intergeneracionales está muy destacada en tu documental. ¿Piensas que se ha estado minando la continuidad entre generaciones de latinoamericanos?
Creo que la experiencia adquirida se da de distintas maneras y no es necesariamente por la edad. Hay jóvenes que ya pasaron por tanto, que logran tomar distancia y repasar sus vidas y los caminos tomados por otros a su alrededor. Es vital mantener una comunicación ininterrumpida con su contexto, familiar, barrial, de pueblos y ciudades, y de nación.
Nuestro continente, como otros, ha expulsado por conflictos políticos, económicos y sociales, a parte importante de su población. En eso no somos únicos. Pero hay algo del capital cultural de un pueblo que tiene que ver su capacidad de corregir rumbos. Creo ahí radica nuestro desafío.
El film, y el proyecto en su totalidad, nos enfrenta con reflexiones donde varias personas contrastan las experiencias y visiones de su propia generación, con la de sus padres y la de sus hijos. Y cada una acompaña a la siguiente y re significa la anterior. Esto es una invitación a escuchar e interesarnos por el contexto de cada historia. Necesitamos elaborar para no repetir los errores del pasado. Algo fundamental hoy que seguimos multiplicando “burbujas”.
Las relaciones familiares e intergeneracionales en Latinoamérica cruzan este film y toda mi obra. Estoy con un nuevo libro en imprenta llamado «Mario. Saved Calls». Es un trabajo que se centra sobre la transferencia generacional. Sobre la coincidente experiencia de convertirme en padre y perder el mío. Por extensión es un trabajo que invita a la reflexión sobre cómo se ha redefinido la distancia social durante la pandemia y el impacto sobre las formas en que mantenemos y experimentamos nuestros afectos a la distancia. Las nuevas tecnologías nos han proporcionado nuevas formas de permanecer conectados, pero al mismo tiempo nos recuerdan lo que perdimos.
– ¿Y consideras que el desarrollo de políticas tan restrictivas se ha llevado también mucho talento desperdiciado?
Eso lo comparten las personas en sus historias en el film. Los enfrentamientos y conflictos que truncan vidas y sueños. Hay un enorme capital humano. Creo que el film descubre cuan lejos y cuan cerca estamos. Cómo indefectiblemente estamos conectados. Somos parte de un tejido, que desgarrado o no, puede reconstituirse. Que ocuparnos por el otro, es ocuparnos de nosotros mismos. Todo vuelve. Y viceversa.
– También tu película ahonda en lo irracional que es matarse por tener distintas ideologías. ¿No es así?
Creo que en eso las imágenes de apertura del film son un manifiesto: no convertir el sufrimiento ajeno en espectáculo. Y de no convertirse en peones de batallas ajenas. Hay varios testimonios que rondan el tema, donde citan que a causa de una ideología mataron a un familiar cercano, o que alguien mató a otros por una causa o ideal que no se cumplió. En el fin, el Zapatismo ilumina otro camino. Dentro de su compromiso por la autodeterminación y autogobierno, su elección es por la vida y no por la muerte. Construir escuelas y no barricadas. No invertir en armas sino en educación.
Y el principio de este cambio comienza con el lenguaje. No podemos seguir cargando de violencia nuestro lenguaje, y sorprendernos cuando aparecen luego cuerpos tirados. De manera real o metafórica.
– ¿Qué fue lo que te llevó a dedicarle este film a tu hija Catalina?
La distancia es un ejercicio con el que aprendí a vivir desde pequeño. Creo que el hecho de no haber nacido en Argentina por el exilio de mis padres, y por tener que aprender a transitar idiomas y culturas, fue lo que me forjó de esta manera. Tuve que aprender a sentirme argentino, y convertir en arte mi historia para intentar comprenderla. Espero que este film sea parte de un compartir mas amplio.
Mi hija es mi luz, es mi futuro, lo que mas quiero. Vivo una distancia con ella que busco subsanar de muchas maneras. Y este es un granito de arena. Este proyecto implicó muchos sacrificios y satisfacciones y espero sea el mejor regalo que le pueda dar en vida. Espero estar haciendo algo para dejar un mundo un poquito mejor para todos. Y en ese todos, Catalina es mi faro.
©José Luis García/Cinestel.com