«Maps to the Stars» de David Cronenberg; tormento en Hollywood

David Cronenberg sigue explorando en esta película su obsesión por relacionar lo psicológico con lo físico. «Maps to the Stars» no es un retrato generalista acerca de partes ocultas en el entorno del cine de Hollywood, sino que se adentra en las miserias de unas personas desquiciadas a través de una sátira sobre una familia relacionada con el star system, llena de secretos y al borde de la implosión. Lo que nos presenta el film es un diabólico sarcasmo social dentro del cual encontramos unos personajes que viven la fama sin libertad y se encuentran con sus fantasmas del pasado por todas partes. En esa subversión de las cosas, aquí vemos adolescentes queriendo hablar como si fueran adultos y a algunos adultos comportándose como niños.
Por un lado, nos encontramos con la familia Weiss. El padre es terapeuta para famosos de alto nivel (John Cusack). La madre (Olivia Williams) es una especie de agente o representante de su hijo de 13 años, Benjie (Evan Bird), toda una estrella precoz del cine que acaba de salir de una clínica de desintoxicación a la cocaína. Aparece otra hija llegada desde Florida (Mia Wasikowska), que acaba de salir del hospital psiquiátrico y quiere rehacer su vida. Por otra parte, están un conductor de limusinas (Robert Pattinson) y una actriz en horas bajas, interpretada por Julianne Moore con una actuación que incluso supera la de «Siempre Alice» que le valió el Oscar 2015.
La película está narrada en su mayor parte en un tono delirante, dramático más que de comedia, con estos personajes enormemente influenciados por sus deseos incontrolables de alcanzar o mantenerse en la fama a cualquier coste. Dentro de esa inercia, necesitan gastar grandes cantidades de dinero para sentirse bien, mientras desean con fervor que tal o cual actor o actriz enferme o la palme para intentar ocupar ellos su lugar, hallándose dentro de una inseguridad crónica que los inquieta y martiriza.
Es cierto que «Maps to the Stars» no está reflejando algo que ocurre en general, es decir, que no se plantea desde la crítica a todo el sistema, sino que son unos casos concretos de gente bastante simple en lo personal que tiene como núcleo de su pensamiento el mundo de la fama y el horrible miedo a perder todo lo que hayan podido conseguir, queriendo además atrapar el tiempo para no envejecer, -como ejemplo hay una adolescente que comenta que un chico de 23 años ya es un viejo-, y que incluso están teniendo que resolver todos esos problemas que quedaron pendientes del pasado.
Un David Cronenberg sin Viggo Mortensen, que ha rodado algunos interiores en Canadá, pero que por primera vez se ha atrevido a rodar en Estados Unidos.
©José Luis García/Cinestel.com