Entrevista a la directora de “Marquetalia”, Laura Linares

Estreno en Argentina
La protagonista es una anciana que se llama Elida Baldomir y es una de las pocas mujeres que tuvo responsabilidad militar en la guerrilla tupamara, mandando en una columna integrada por hombres.
Hoy en día las secuelas de sus 15 años de cautiverio y de la tortura que padeció son una parte de su vejez, pues por fortuna hay otros terrenos de su intimidad que ella procura integrar con independencia, pero también en una soledad que hasta cierto punto también parece ser deseada, como si fuera una especie de descanso mental y espiritual en medio del Uruguay actual.
Entrevistamos a la experimentada directora barilochense Laura Linares (foto) quien logró la confianza de Elida para la idea de “Marquetalia”, una película documental hecha con un excelente estilo narrativo y visual.
– Parece que la película llevó mucho tiempo, desde el momento en que refleja a su protagonista en su vida más íntima. ¿Fue un trabajo de años?
Sí, fue un proyecto que comenzó a andar en el año 2013. Sin embargo, fueron dos películas diferentes. La primera parte tuvo que ver con la investigación en un geriátrico que alojaba ex-presos y ex-presas políticas, pero por otro lado, el hecho de estar intentando filmar a ex-guerrilleros de vuelta en el encierro no me gustaba como idea en términos editoriales, aunque desde que conocí a Elida, las cosas fueron bastante mejor y yo creo que tuvimos dos años más o menos de contactos entre viajes de rodaje y momentos de convivencia.
– ¿Entonces tu primer contacto con Elida Baldomir fue a través de la Asociación Crysol?
Qué buena pregunta; no recuerdo si fue en términos institucionales a través de Crysol, pero sí a través de alguna persona que conocí de esa Asociación. Si mal no recuerdo, creo que fue a través de la hija de una ex-presa política que había conocido en el Geriátrico San José, en Montevideo.
– ¿Es cierto que la hija de Elida es policía? Así se deja entrever en la película.
No, la hija de Elida no es policía. Nada más lejos de eso. Somos muy amigas. Pero en esa escena que quizá pudo generar alguna confusión, aparece una mujer del servicio de policía que trabaja cuidando lo que son hoy las ruinas de lo que fue la cárcel de Cabildo, donde Elida estuvo presa.
– ¿Y cuánto tiene que ver «la cárcel que lleva dentro» Elida con una nostalgia de su pasado de lucha armada?
Lo de la cárcel que lleva dentro es bastante más complejo que la lucha armada, al contrario de lo que yo pude haber pensado en un primer momento. Aunque sí, esa nostalgia por la lucha armada existe, pero la nostalgia es puramente por la cárcel en sí misma, y esto que fue algo que me llevó mucho tiempo entenderlo; tiene que ver con la comunidad, con la vida en comunidad con otras mujeres, el compañerismo y el apoyo en el encierro por compartir lecturas, resistencia.
Eso yo creo que fue mucho más importante y trascendente para Elida y para un montón de ex-presas políticas que conocí: la presencia de su compañera en prisión antes que lo que ocurrió durante la lucha armada.
– ¿Sus compañeros políticos serían su «familia», además de su gatita?
Ella cuando se refiere a su familia dice “hermanos muertos”. En su momento, cuando lo grabé, pensé que se refería a su familia de sangre, pero no, ella estaba hablando de sus compañeros de militancia que murieron antes de la cárcel o después.
– Pero también se ve en la película a una mucama que acude a su casa. ¿Ella representa su única persona de contacto con el exterior, salvo cuando va a algunos eventos?
Sí, Vanesa es la única persona que tiene contacto directo y estrecho. Es una persona muy particular, como se puede ver en el documental, que tiene un estilo muy frontal, pertenece a otra clase social donde las cosas se dicen de otra forma, pero que curiosamente encaja perfectamente con los modos de Elida. Es imposible que una persona con otro carácter más amoroso, por decirlo de alguna forma, pudiera ponerle límites a Elida.
– ¿Y fueron fundamentales los aportes de Melina Terribili en la fotografía?
Totalmente fundamentales, porque no solamente es una gran directora de fotografía sino que también ella dirige sus propios trabajos, y además somos amigas hace muchos años y compartimos una mirada, política sobre todo pero en un marco amplio, lo cual es muy importante para este tipo de películas.
En líneas generales creo que el equipo técnico en este tipo de proyectos es importante que comparta la mirada más allá de lo estético, porque un técnico en un documental es mucho más que un técnico y éste fue el caso de Melina.
– Por último quisiera mencionar las referencias al machismo de los milicos. ¿Elida piensa que se ha avanzado en ese terreno en la actualidad?
Elida no cree que se haya avanzado mucho en la lucha contra el machismo que ella menciona. La verdad es que yo comparto con ella su visión del mundo que está hecha muy a rasgos generales desde su departamento, desde el encierro, analiza las cosas desde un blanco/negro bastante fuerte, lo cual es interesantísimo, pero desde ahí el tema de los avances que tal vez la gente de mi generación puede pensar que son grandes, ella no lo ve así.
©José Luis García/Cinestel.com