«Matar al mensajero» con Jeremy Renner; desmintiendo al sistema

No es nada fácil trasladar al cine unos hechos reales tan sensibles como los que relata esta película; muy delicados porque ponen en cuestión eso que a algunos les gusta llamar las cloacas de un sistema político, como en este caso es el de los Estados Unidos de América, que maneja una maraña de secretos que son de difícil salida a la opinión pública en general y que tienen como uno de sus principales enemigos a los verdaderos periodistas de investigación que procuran cumplir con su trabajo como notarios de la actualidad de una manera honesta con sus lectores, que a su vez demandan el derecho a recibir una información veraz y certera acerca de las cosas que pasan a su alrededor.
Jeremy Renner encarna en «Matar al mensajero» a Gary Webb, un periodista del San José Mercury News que durante una de sus investigaciones consiguió desenredar un complejo hilo de intereses que acababan relacionando a los servicios de espionaje estadounidenses con el contrabando de cocaína procedente de Centroamérica, cuyos beneficios económicos al parecer habrían sido destinados por los rebeldes nicaragüenses a financiar la contraguerrilla orquestada por el presidente Ronald Reagan para intentar derrocar al gobierno sandinista, que gobernaba Nicaragua tras el triunfo de su revolución en 1979.
Coral Baca, la novia de un traficante de cocaína interpretada por la actriz española Paz Vega, es quien proporciona al reportero una copia de la transcripción de una sesión del Gran Jurado que revela el nombre concreto de una persona que está vinculada con ese secreto oficial. El periodista comprueba además que todo el contrabando en cuestión está relacionado con la proliferación de nuevas drogas baratas, altamente adulteradas, como el crack. Entre los actores que aparecen están Tim Blake Nelson, Michael Kenneth Williams, Ray Liotta, Michael Seen y Andy García.
La película contiene todos los elementos de un buen thriller político y está muy bien interpretada. El director Michael Cuesta es absolutamente fiel a los hechos reales conocidos y no existe el menor atisbo de manipulación ni omisión al respecto, lo cual es una gran virtud que tiene la película, pero también un considerable inconveniente a la hora de traducir todo lo ocurrido al lenguaje cinematográfico. Claro está que en otra película de ficción las posibilidades ingeniosas de la inventiva por parte de los guionistas existirían, pero no aquí porque lo que se pretende es mostrar una crónica sobre lo sucedido valiéndose del recurso que proporciona la ficción y, por supuesto, cualquier añadidura externa habría sido considerada totalmente improcedente.
«Matar al mensajero» revela cómo fue todo el proceso en la vida personal y profesional de Webb, desde sus primeros momentos en la investigación y su viaje a Nicaragua, pasando por la publicación de la nota en el diario, los problemas que le comenzaron a suceder por haberlo escrito, con una campaña de calumnias cada vez más ensañada y los intentos de otros periodistas de grandes medios para desacreditar sus fuentes, hasta llegar a un punto final que se evidencia como un problema, pues no está del todo claro cómo sucedió su muerte. Es por esa razón que la película, en lugar de mostrar una hipótesis, prefiere simplemente exponer lo que se dijo al respecto y lo que se sospecha que pudo haber sucedido en la realidad. El filme es recomendable para ver, tanto por su exhaustivo y bien formulado análisis, como por la calidad narrativa e interpretativa.
©José Luis García/Cinestel.com