«Maternity Blues» de Fabrizio Cattani; disgusto, tristeza y pesadumbre frente a la maternidad

Los médicos identifican la depresión postparto como un trastorno leve que ocurre en algunas mujeres durante las doce semanas siguientes al nacimiento del bebé. En muy contados casos, esas madres afectadas llegan al fatal desenlace de asesinar a su propio hijo. El director italiano Fabrizio Cattani entra en esa zona extrema de una manera rigurosa y estricta, sin sensacionalismos ni imágenes excesivas.
Considerando que el número de infanticidios es afortunadamente escaso, Cattani y la actriz principal Andrea Osvárt que también produce el film, hicieron una investigación de campo para representar en la película el variado abanico de causas que pueden llevar a una mujer a tomar tan errónea determinación. «Maternity Blues» es un duro film en el que visionamos desde mujeres a quienes les gustaría prolongar su propia infancia de por vida y no quieren asumir su nuevo papel de madres, hasta otras que aunque tienen varios hijos, se ven obligadas a cuidarlos en solitario y no saben manejar tal situación.
La obra teatral «From Medea» de la actriz y dramaturga Grazia Berasani sirvió de base para el guión de la película que tras ser exhibida en la Mostra de Venecia 2011 en la sección Controcampo Italiano obtuvo una mención especial. Cuatro mujeres internadas en el Hospital Psiquiátrico Judicial son las protagonistas y todas ellas comparten la misma sensación de culpa.
El denominador común de los casos que vemos representados en pantalla es la dificultad que tienen para adaptarse y responsabilizarse del gran cambio de vida en el que una madre se sumerge tras el parto. Los sentimientos de tristeza, desesperanza y creerse minusvaloradas están generalizados en ellas.
De los casos particulares de cada una también percibimos otros síntomas individuales que se asocian según la persona al insomnio, pérdida del apetito, lentitud de movimientos, pensamientos recurrentes de muerte, diferentes dolencias en el estómago, la cabeza, así como fatiga y ansiedad elevada. Ellas ven sus vidas arruinadas, pero también están conviviendo forzadamente con otras mujeres que en su momento tomaron igualmente tan horrorosa decisión, lo que se traduce en frecuentes conflictos de rechazo entre ellas.
Otro de los puntos que aborda «Maternity Blues» es el de los intentos de ocultación social de aquellas mujeres afectadas que siguen sintiéndose terriblemente solas aunque reciban visitas. El texto en el que se ha basado el guión es, además de una reflexión sobre el instinto materno, una acusación contra una sociedad que siempre necesita crear monstruos y juzgar un mal que no debería ser valorado a la ligera.
La película ni justifica ni absuelve a las protagonistas, simplemente vemos la situación y las particularidades de cada una, pero sin ser juzgadas. La postura del realizador fue en todo momento la de centrarse en describir el problema a través de los personajes sin recrearse en imágenes y situaciones que por su exceso nos pudieran haber desviado la atención de aquello que quería contar desde un plano de detalle de las emociones y las contradicciones. Una fiesta y algunas narraciones paralelas contribuyen a rebajar un poco el nivel de dramatismo.
©José Luis García/Cinestel.com