“Me gusta cuando hablas”, de Marlene Grinberg y Silvina Estévez
Estreno en Buenos Aires
¿Cuál es la imagen de tu feminismo? Las directoras argentinas Marlene Grinberg y Silvina Estévez intentan responder a esta pregunta en “Me gusta cuando hablas”, un largometraje documental que nos muestra y contrasta diferentes formas de practicar la soberanía personal en un mundo en el que todavía persiste la desigualdad de género y donde muchas personas tenemos o tuvimos abuelas y madres que no pudieron desarrollar sus deseos y gustos propios a consecuencia de la acción limitante y permanente del patriarcado.
Nuestra sociedad es diversa y los feminismos también lo son. Por ese motivo estas realizadoras se propusieron acercar al espectador algunas de las diferentes filosofías de vida que impregnan la vida cotidiana de algunas mujeres feministas a través del seguimiento con la cámara de lo que ellas hacen en un mismo día.
El filme revela, con su propia idiosincrasia y sus contradicciones, cómo viven su correspondiente feminismo seis mujeres: una poeta erótica, una influencer, una activista ambiental, una trabajadora de la tierra, la ceo de una empresa y una ama de casa. “Me gustas cuando hablas” huye de los laberintos académicos y se concentra en el factor más humano y tierno de sus protagonistas para intentar ofrecernos una versión lo más realista posible que acompañe su verdad y, al mismo tiempo, nos intente concienciar acerca del hecho de que el feminismo no es ni mucho menos un bloque homogéneo, sino que cada mujer que ha alcanzado ese nivel lo vive a su manera y sin otras imposiciones más allá de las económicas o laborales.
Y en esa tesitura, cuando se propusieron este proyecto fílmico, para Silvina y Marlene era totalmente impensada la posibilidad de que la película se pudiera estrenar en un contexto tan enrevesado como el actual, cuando un partido ultraliberal recién accedió al gobierno de la Nación tras unas elecciones, con un presidente misógino que se pasa el día tuiteando y continuamente reiterando y ratificando esa condición personal suya.
La idea de hacer esta película surgió en el año 2019, momento a partir del cual atravesaron todo un proceso de incubadora en el INCAA y fueron al DocsLab de DocsMX en la ciudad de México, así como al mercado de Visions du Réel en Nyon (Suiza). En ambas visitas ya dejaron claro que su intención no era la de confrontar con esta película, sino más bien observar a esos personajes de distintos sectores sociales que son mujeres y disidencias y que están presentes en nuestras vidas cotidianas, procurando quitar el estigma de ese arquetipo de la mujer feminista luchadora que a algunas personas les agrada siempre resaltar.
Las mujeres que aparecen en este documental se quieren acercar a la empatía a través de la igualdad, de la equidad, la justicia social y el respeto. Durante todo el filme, la directoras se acercan a ellas con cámara en mano para establecer un vínculo de confianza que seguramente no habría sido posible con el uso de cámaras fijas. Y además, otro de los logros de esta obra fílmica es también el de haber conseguido formar un equipo de guion, rodaje y posproducción horizontal en sus decisiones, lo cual sin dudas ha enriquecido el producto final tras el montaje de Constanza Curia, pues hubo aportes importantes de otras mujeres también feministas como son Sol Bonelli y Brenda Howlin en el guion e investigación, y Florencia Mamberti y Pepa Santa María en fotografía y dirección de sonido respectivamente.
Ambas directoras responden las preguntas de Cinestel:
– La relación entre vejez, afectividad y sexo es algo que no podemos ver asiduamente en las películas, pero ustedes decidieron comenzar la suya con una mujer de avanzada edad desde esa perspectiva. ¿Fue prioritaria la necesidad de visibilizar en primer lugar a Rosa?
Marlene Grinberg: Sí, claramente fue adrede. Todas las decisiones de la película están recontra-pensadas, porque además, al ser dos quienes codirigíamos, siempre todo está previamente muy elegido.
En esto de mostrar distintas luchas feministas nos parecía que cuando conocimos cómo vive Rosa el tema de la sexualidad en la tercera edad y su historia de liberación con su cuerpo que le llegó de grande, así como la manera en que lo milita y cómo lo vive, nos pareció que era algo de suma importancia para poner en primera instancia aquellas cosas que en general no son las primeras que surgen en una conversación. A veces sí se hablan, pero no están puestas tan en primer plano, así que nos pareció importante, sobre todo en una película que habla sobre feministas y en la que pretendíamos tratar la sexualidad y la libertad que ellas tienen con su propio cuerpo en todas las edades de la mujer.
Silvina Estévez: Sutilmente, la película recorre un día en la vida de cada una de las personajes y en el caso de Rosa, ella nos contó hace años que arrancaba su día masturbándose y ese hecho nos llamó la atención porque nunca lo habíamos escuchado de una mujer de esa edad. Nuestras tías, nuestras abuelas, nuestras madres no nos hablan de eso; es una especie de tabú. Entonces al saber que ella comenzaba su día así nos pareció la mejor manera de iniciar este relato documental, sumergiéndonos de lleno en su “sentipensar”, una palabra que nosotras usamos mucho, los “sentipensares” feministas, que es como la integración del pensamiento y el sentir con la militancia de esta mujer que es una poeta erótica que habla de la sexualidad en la tercera edad.
– Yo en el caso de Rosa lo que veo también es una reflexión de fondo acerca de internet y el mundo virtual, algo que ha revolucionado nuestras vidas y cambiado esquemas. ¿Lo pensaron ustedes así igualmente?
Marlene: Sí, y eso va aparejado con su sexualidad, porque por ejemplo, mis abuelas no tenían internet, hay otras que quizá sí, así que su uso con las redes es super revolucionario. Eso no está tan en primer plano, pero ella es poeta y siempre se está conectando a chats de escritores y poetas, e incluso muchas de sus relaciones amorosas son por whatsapp.
– Y al margen de eso, “Me gusta cuando hablas” también se inmiscuye en lo que son las relaciones con los hijos. ¿Lo habían planeado en el guion inicial o eso fue surgiendo a medida que se iba desarrollando el rodaje?
Silvina: El documental se termina de escribir en el montaje. A veces en mayor proporción o en menor proporción. Nosotras habíamos entrevistado previamente a muchas feministas y conocíamos sus vidas, tuvimos charlas con un gran número de ellas, y cuando tomamos la decisión de filmar con este grupo que aparece en el film, generando todo este crisol de personajes que para nosotras era como una constelación, pues no decidimos poner el foco sólo en una o en otra sino que quisimos priorizar esa mezcla de experiencias diversas.
Marlene: Sí que hubo un proceso de desarrollo muy grande en la incubadora documental del INCAA, nuestro querido Instituto del Cine que ahora se ve tan bastardeado. Ahí desarrollamos el embrión del proyecto con documentalistas de acá de Argentina y también profesionales de todo el mundo en un programa buenísimo en el que hubo mucha investigación y hablamos con muchísimas mujeres para conocer sus distintas perspectivas. El proceso de escritura fue muy rico y por ese motivo llegamos hasta nuestras protagonistas con muchísimo bagaje. Así que había un mapa, como dice Marta Andreu, trabajado con mucha profundidad.
– Para mí, tal vez el título de la película tenga que ver con que no solamente esta historia es interesante a nivel visual, sino que también en aquello que se dice por parte de las participantes. No sé si me equivoco, pero ¿tuvo algo que ver esa riqueza verbal con la decisión de ustedes de titularla así?
Silvina: Sí, es así como decís, y también por el poema de Neruda que es «Me gustas cuando callas», un poco reivindicándolo y también contradiciéndolo, resignificando esa misma frase. Hace poco hablé con alguien que me preguntó por el título y siento que es ideal para la película porque un poco nos gusta escuchar estos feminismos y saber de ellas, y otro poco también tiene que ver con cómo trabajamos nosotras, porque fue algo muy charlado; imagínate, cuatro guionistas, dos directoras, en el montaje hablamos un montón con el equipo técnico,… entonces, todas nos queríamos escuchar e intercambiar sobre distintos feminismos, trabajando de una forma muy colaborativa y viendo los temas entre todas. Por eso fue una forma de ponerle un nombre a la película y también nombrar la forma en la que nosotras trabajamos.
– ¿Y no creen que el resultado de todo ello pueda devenir en una mejor empatía con quienes vean la película alrededor de los problemas creados por el patriarcado?
Marlene: Nosotras también quisimos en ese sentido generar una intimidad con les espectadores, poder llegar a la intimidad de quien mira la película. Por eso decimos que es muy importante la peli para disidencias y mujeres feministas, pero también para todes, porque nos parece muy rico que esta historia pueda llegar a todo tipo de público ya que justamente llega a una intimidad tan grande que toca algo universal. Están las individualidades de cada uno, pero la película termina sobrepasando lo que no sólo es ser feminista, sino también llegando a lo que significa ser un ser humano.
Al final también tocamos un punto trascendental en el feminismo que es la equidad entre las personas, pues tenemos que tener los mismos derechos, tenemos que cobrar lo mismo, disfrutar de igualdad de oportunidades, y eso sin dejar de lado las particularidades de cada uno, porque justamente la película lo que demuestra es que hay tantos feminismos como feministas, cada uno con su particularidad, pero en una equidad y con el objetivo de poder transformar algo.
– Hay a quienes les gusta con el tiempo hacer un seguimiento de los personajes y más adelante quizá volver a retomar historias pasadas. ¿Ustedes serían partidarias de hacer un seguimiento o preferirían ir cambiando las historias que puedan seguir mostrando en el cine?
Marlene: Tocás un punto muy interesante, José Luis, porque con Silvina fue una experiencia tan grata trabajar juntas que siempre decimos que tendríamos que hacer una próxima película juntas. Entonces, lo que nos estás proponiendo está muy bueno. Las historias viste que una las va a buscar, pero también te encuentran y aparte, lo el documental lo que tiene de maravilloso es que, yo es el primer documental que filmo, Sil ya tiene experiencia en el rubro, más como asistente de dirección que como directora, pero en mi caso es la primera vez y la realidad es que la relación que se genera con las protagonistas es un vínculo muy fuerte. Obviamente que con un actor o una actriz también, pero es distinto.
Yo ahora con Rosa, el vínculo por whatsapp es muy cotidiano, entonces por supuesto, sí forma parte de tu vida; después nuestra característica principal como cineastas es filmar, así que por qué no, podría ser una buena segunda película.
©José Luis García/Cinestel.com