«Mejor otro día» con Pierce Brosnan; depresión y suicidio en comunidad

Son cuatro actores con cuatro historias diferentes que confluyen en un intento de suicidio. Al principio de la película, todos ellos crean una especie de asociación de auto-ayuda con la finalidad de prestarse colaboración tras haber intentado matarse en la noche de fin de año en la misma azotea de un edificio. Basada en una novela de Nick Hornby, Pascal Chaumeil decae en el intento de unir e hilvanar el grupo aunque cuenta con buenas actuaciones, en especial las de Brosnan y Toni Collette, y el resto da la talla siguiendo lo que traza el guión.
La coincidencia inicial deviene en situaciones narradas en clave de comedia negra. Brosnan interpreta a un presentador de televisión caído en desgracia por haber tenido que rendir cuentas con la justicia, quien decide suicidarse en un anodino edificio de oficinas de Londres que es desgraciadamente famoso por la cantidad de personas que desde su piso más alto lo han hecho. Mientras dura el intento, se cuelan en el desgraciado evento una madre soltera (Toni Collette), una estudiante de 18 años (Imogen Poots) y un músico estadounidense reconvertido en repartidor de pizzas (Aaron Paul).
Tras una serie de situaciones que se suceden a continuación, deciden darse un plazo de tiempo hasta San Valentín, en febrero, durante el cual ninguno de ellos podrá poner fin a su vida. Otras cosas que ocurren después, obligan al grupo a decidir pasar unas vacaciones de reflexión en la isla de Tenerife (eso es lo que pone en el libro y en el guión, pero en realidad las imágenes están rodadas en Camp de Mar, en el municipio de Andratx de la isla de Mallorca). El detonante de esa huida es el comportamiento de los medios masivos de comunicación en el Reino Unido cuando se enteran de esta historia; práctica sensacionalista aquí criticada con dureza.
Chaumeil ha pasado con este filme de la comedia romántica de sus anteriores películas a la dramática. Con el guión adaptado de la novela ‘Best seller’ En Picado consigue un relato que ironiza sobre las causas que pueden llevar a un suicidio desde un plano irremediablemente divertido, pero en el que sorprende que sus personajes naveguen por separado y que no se le haya dado más profundidad a las relaciones entre los cuatro afectados por esa crisis emocional que son los que se supone que deberían de entenderse más en esa lucha contra el sentimiento exagerado de culpa que los lleva a querer acabar con su vida. Incluso una historia de amor fugaz al borde de la playa resulta bastante descafeinada porque el guión no favorece esa intensidad dramática que sería necesaria entre los personajes principales. No obstante, el nivel de las actuaciones logra mejorar esa inconstancia y desvarío del texto adaptado y, en definitiva, la película cumple con la función de entretener y distraer que es lo que parece que se propuso el director.
©José Luis García/Cinestel.com