“Ecocide”, de Andres Veiel abrió la Mostra de Cinema Alemany Actual
Complementada con una presentación en persona a cargo de Werner Herzog de una película suya, la décima edición de la Mostra de Cinema Alemany Actual abrió sus puertas con una producción cinematográfica que se sitúa en el futuro cercano del año 2034 y en las consecuencias que las políticas europeas, y más concretamente la alemana, podrían tener en aquellas fechas en las que el cambio climático habría provocado grandes daños de carácter irreversible.
Se trata de “Ecocide”, la más reciente película del influyente director alemán Andres Veiel que fue proyectada esta vez en la Filmoteca de Catalunya, sede habitual de la Mostra.
Bettina Bremme del Goethe Institut fue la encargada de desgranar los principales aspectos de esta nueva edición en la que se pone nuevamente el foco en temas como la inmigración y otras problemáticas que afectan al quehacer diario de quienes viven en Alemania.
Entre las propuestas de este año destaca la historia multi-premiada de un inmigrante subsahariano en “Berlin Alexanderplatz”, del director de origen afgano Burhan Qurbani; temática que se completa con otras cintas como “Exilio”, del realizador de origen kosovar Visar Morina sobre otro personaje también llegado desde el exterior que recala en la Alemania próspera del sur.
Otra película, “The Case You”, es una docu-ficción de la joven actriz y directora Alison Kuhn en la que se reproducen algunas escenas de acoso que sufrió ella y otras compañeras durante un rodaje en la vida real, las cuales le han servido como acusación, pero mucho más como catarsis colectiva de esta prometedora artista y sus homónimas agredidas en esas circunstancias.
Y también se han programado “París, un día sin ti”, de Ulrike Schaz, sobre una experiencia propia bastante desafortunada que ella tuvo en los años ’70 del siglo pasado y que ha sido recreada ahora para el cine; “País libre”, sobre una investigación criminal en una ciudad del Este del país nada más concluir la Reunificación; y una nueva incursión en la vida de quien fue la mayor leyenda del cine alemán: Rainer Werner Fassbinder. “Enfant terrible” se titula, y es una mirada un poco voyeurista del genio que abusó de sus colaboradores y amantes, dirigida por Oskar Roehler.
Igualmente hay presencia en la programación de una comedia, “Hola otra vez”, de Maggie Peren, película que nos recuerda a aquella americana de “Atrapado en el tiempo” (El día de la marmota), pero que en este caso es la historia de una soltera que recibe una divertida invitación de su novio.
Y la cineasta Maria Schrader proyecta en la Mostra “I’m your man”, su más reciente película en la que una científica muy exitosa en búsqueda de financiación comparte su vida con un humanoide robot.
“Ecocidio”, de Andres Veiel
La justicia climática está en el centro de esta gran docu-ficción que inauguró la Mostra de este 2021. Andres Veiel es un director de prestigio en Alemania, tal vez uno de los más atrevidos a la hora de traspasar las líneas difusas entre los sectores público y privado, tal y como ocurre en “Ökozid” (Ecocidio), filme híbrido ambientado en la hipótesis de que en el año 2034, la ciudad de La Haya ha sido inundada y el Tribunal de Justicia Internacional ha tenido que ser trasladado a Berlín.
Esa Corte deberá ajustar un veredicto en la película alrededor de una demanda que 31 países del sur global han interpuesto en contra de las políticas llevadas a cabo en las últimas décadas por la República Federal de Alemania. En el transcurso del film, políticos como los ex-Cancilleres Gerhard Schröeder y Angela Merkel deberán comparecer en el banquillo de los acusados para intentar defenderse.
El filme está basado en una investigación rigurosa y también en un estudio detallado sobre la política climática que se ha seguido en Alemania durante los últimos 22 años, en el cual se aprecia una gran discrepancia entre lo que son las formulaciones políticas y su expresión en la realidad, lo cual, según opina Veiel, nos lleva a un fracaso sistémico.
En el trasfondo de esta película se encuentran los lobbies, sobre los cuales se ha revisado una base de cinco mil emails gracias a la existencia de una Ley alemana de Libertad de Información, que es una disposición legal sobre la que el cineasta afirma que nadie hace uso de ella, pero que lo que hace es dar permiso a periodistas y científicos para consultar, solamente durante tres meses, la correspondencia intercambiada entre lobistas representantes de los ministerios. De hecho, el científico con el cual han colaborado, tardó seis años en poder acceder a estos datos en virtud de esa ley.
Tras su estreno en Alemania, en noviembre de 2020, a Veiel le llegaron voces que hablaban de que a Merkel no le había gustado nada que se trataran estos asuntos reservados en el cine, y algo parecido ocurrió con los lobistas, especialmente los de la potente industria automovilística alemana, quienes se han visto involucrados en incumplimientos de la legislación a la hora de evitar la emisión de gases contaminantes a la atmósfera.
Sobre la propia Angela Merkel, que es una científica que también había sido ministra de medio ambiente en los años ’90, Veiel asegura que ella ya era conocedora de la grave amenaza climática desde hace mucho tiempo y que no ha tomado decisiones efectivas para evitarla durante su mandato. E igualmente afirma que la película pretende ser una especie de estudio sobre la física del poder, de todos esos elementos estratégicos que se adoptan por los políticos para tratar de volver a ser elegidos en las siguientes elecciones.
De hecho, en la película Merkel hace uso de una serie de maniobras dilatorias con la finalidad de no perder poder en una ambivalencia o ambigüedad que, según el cineasta, “también se pone de manifiesto en la película cuando se menciona que ella tiene la opción de llegar a ser Secretaria General de la ONU, y su discurso final también tiene alguna relación con eso, ya que también procura ganarse lo votos de esos 31 países del sur que ella necesitaría para alcanzar esa meta política”.
– En el filme las redes sociales aparecen reflejadas como una amenaza antes que como un medio para comunicarse y quisiera saber su opinión al respecto.
Veiel: Después de la experiencia que hemos tenido con el caso de Cambridge Analytica y Facebook, y de ver también la influencia de las redes sociales en el voto del Brexit, por ejemplo, y de comprobar cómo continuamente aparecen trolls, a veces de origen desconocido, que alteran o intentan alterar la opinión general, quedaba bien claro que un proceso como éste no podía desarrollarse en un espacio objetivo de información.
Aquí hay demasiadas cosas en juego, muchos intereses confrontados y lo que a menudo las redes sociales buscan es una disrupción de esta comprensión general. Y eso lo vivimos cotidianamente, no solamente es esta película, porque estos trolls de redes sociales lo que buscan es generar inseguridad, desinformación, y de alguna manera desmontar la opinión generalizada o al menos ponerla en duda.
Pienso que nos podemos despedir de la ilusión de que se pueda proporcionar una información objetiva sobre un proceso así. Eso es actualmente imposible y pienso que cualquier proceso y especialmente uno como el de la película, necesariamente está condenado a la instrumentalización.
– También llama la atención la construcción de espacios futuristas y una sala oval para el tribunal. ¿Se fijó en el Tribunal auténtico de La Haya para reconstruirlo? Y también sería interesante conocer cómo encontró a la actriz que en la película hace de Angela Merkel.
Veiel: En “Ecocidio” hemos gastado mucho dinero en los actores y más bien poco en lo que son los decorados. Eso nos ha obligado con frecuencia a improvisar y concretamente, la sala a la que usted se refiere se encuentra en el antiguo aeropuerto de Tiegel en Berlín. Es de hecho una tienda provisional destinada normalmente a grandes eventos y nosotros estuvimos muy contentos de poderla alquilar.
Respecto a la actriz que hace de Angela Merkel, tuvimos que hacer un casting muy largo y difícil. Al principio mi postura era la de buscar a alguien que no tuviera similitud física alguna con la Cancillera, pero que fuera muy buena actriz, y por casualidad un agente me propuso a esta actriz que finalmente ha tenido el papel.
Yo al principio estaba muy confundido porque este primer acercamiento al discurso final de la película durante el casting lo hizo tan bien, tan similar a la gestualidad y la inflexión de la voz de Angela Merkel, que yo tenía la impresión de tener delante de mí a una doble. Eso hizo que me tuviera que morder continuamente los labios con tal de no reír, porque estaba allí en el casting y la veía a ella tan similar que se me escapaba la carcajada y eso no es una cosa que se tenga que hacer durante un casting, ya que eso obviamente genera una gran inseguridad en los actores.
Cuando acabó la prueba, me quedé pensando si era positivo o negativo que ella se pareciera tanto. Entonces la invité otra vez y estuve hablando mucho rato con ella, y ahí yo pude comprobar que no se limitaba solamente a ser una imitadora con un parecido físico sino que realmente ella sabe decir lo que piensa y pensar lo que dice, y eso para mí es fundamental porque no sirve de nada que sólo la apariencia exterior sea la adecuada.
©José Luis García/Cinestel.com