Pinamar: Noruega presentó tres de sus mejores películas recientes
Uno de los países invitados en Pantalla Pinamar 2015 fue Noruega, nación situada bien al norte de Europa, que hizo presentación de tres buenas películas: «Beatles», sobre un conjunto de jóvenes de los 60 que querían emular al famoso grupo musical; el thriller «Por orden de desaparición», en el que aparecen el sueco Stellan Skarsgård, la danesa Birgitte Hjort Sørensen y el suizo Bruno Ganz, entre otros; y «Una carta para el rey», cinco historias unidas por una misiva escrita.
La cita de Pinamar es un motor fundamental para promover el conocimiento mutuo de las respectivas cinematografías, y en ese sentido la embajadora de Noruega en Argentina hizo un anuncio importantísimo durante la recepción oficial.
– «Beatles» es una comedia romántica juvenil con un guión y unas actuaciones notables de un grupo de chicos que encarnan los ideales típicos de la etapa de la adolescencia, pero en el Oslo de 1965. Durante ese periodo juvenil, es normal que nos identifiquemos con aquellos ídolos del momento que suponen una novedad y al mismo tiempo, marcan diferencias con respecto a las generaciones precedentes. Eso es lo que les pasa a estos chicos que sueñan con llegar a ser alguna vez como los Beatles.
La película, dirigida por Peter Flinth, narra las dificultades con las que se encuentran en un principio para canalizar todos esos deseos, intentando formar un grupo que imite el estilo y las formas de los cuatro emprendedores de Liverpool que marcaron los gustos musicales de muchos de esa generación. «Esto lo cambia todo», dice alguno de los participantes en el film, mientras los chicos se apoyan entre sí, tratando de encontrar su propio camino en un mundo que se modifica rápidamente.
La cinta está basada en el bestseller homónimo de Lars Saabye Christensen, una novela de mucho éxito en la que también tienen un pequeño lugar las protestas de los noruegos contra la guerra de Vietnam, en el marco de un país que había alcanzado el estatus de neutral en cuanto a la política de bloques, tras su invasión por Alemania durante la segunda Guerra Mundial. Muy aceptable también toda la música del filme de principio a fin, que incluye cuatro temas originales del grupo británico, estando el resto de ellos en su misma línea con el predominio de guitarra y percusión en sus composiciones. Enamoramiento, sentimientos y romanticismo conforman un cóctel que va ganando terreno a medida que avanza la historia, envuelta en todo momento en la obsesión por los ídolos y la preocupación por el futuro.
– Muy interesante también el filme de Hans Petter Moland que se vio en Pinamar en riguroso pre-estreno argentino. «Por orden de desaparición», que curiosamente se traduce como «Kraftidioten» en las lenguas nórdicas, es la crónica detallada de la venganza de un padre cuyo hijo ha muerto por sobredosis. Como era hijo único, todos los esquemas de su vida se ven alterados por ese hecho, hasta el punto de que se ve involucrado por una guerra entre bandas del narcotráfico compuestas por noruegos y serbios.
El padre justiciero tiene necesidad de compensar el daño que le ha producido a la familia ese fallecimiento, pero obviamente no es un profesional en la materia, así que poco a poco se irán produciendo algunos errores por su parte que agravarán, y de qué manera, el conflicto iniciado. Película muy luminosa, rodada en algunos exteriores nevados impresionantes, bien resuelta por todos los actores, -por cierto que con un Bruno Ganz bastante irreconocible-, y que contiene un par de escenas de conversaciones banales dentro de automóviles que provocan la hilaridad del espectador, mostrando el patetismo de algunas creencias populares sin fundamento.
– La tercera de las películas noruegas mostradas con motivo del homenaje de Pantalla Pinamar a esta cinematografía europea, es «Una carta para el rey» (Brev til Kongen), del egresado de la Escuela de Cine de Lillehammer, Hisham Zaman. Este trabajo ha sido multipremiado en distintos festivales del mundo, y toca en la ficción uno de los temas que más preocupan a la sociedad de esa nación nórdica: el de la llegada de refugiados políticos al país, muchos de ellos de países musulmanes.
Aquí Zaman se detiene en su segundo largometraje en el grave problema de los kurdos, un drama que está presente en toda esta historia que se desarrolla en un solo día y muestra los avatares en un terreno casi polar de cinco personas que proceden de un lugar tan cálido y conflictivo como el Kurdistán. Filmada en el barrio multicultural de Oslo por excelencia, Grønland, con sus Casas de Té y panaderías kurdas, las cinco historias están unidas entre sí por una carta escrita por Mirza, una señora de 83 años de edad que la quiere entregar personalmente al rey de Noruega. Zaman se revela con sus dos obras filmadas hasta ahora como uno de los cineastas noruegos a seguirles la pista.
– Por su parte, la embajadora de Noruega en Argentina, Janne Julsrud, aprovechó el marco de Pinamar para anunciar la intención de su Instituto de Cine nacional de organizar una muestra anual de cine noruego en Buenos Aires, que probablemente comenzará en noviembre de 2015, previendo su expansión a otras ciudades grandes del país. Asimismo, Astrid Blindheim, la directora de eventos culturales del Norwegian Film Institute, dio cuenta del funcionamiento desde hace unos pocos años de un fondo que apoya a veinte películas extranjeras al año de distintos países, en virtud del cual ya se han beneficiado dos películas argentinas que son «Wakolda» y «Deshora».
©José Luis García/Cinestel.com
(fotografía superior de la presentación de «Beatles», Giovanni Sacchetto/Pantalla Pinamar)