«The Dinner» de Ivano de Matteo; los imprevistos en la clase media

«The Dinner» (I nostri ragazzi) es el título de esta adaptación libre de la novela «La Cena» del holandés Herman Koch, que será una más si tenemos en cuenta que la actriz Cate Blanchett (Blue Jasmine) ha anunciado otra también inspirada en el libro y que con toda probabilidad no tendrá nada que ver con esta. El conocido actor, director y documentalista italiano Ivano de Matteo recibió en Venecia 2014 el Europa Cinemas Label por este notable drama existencial, rodado con los recursos de la productora de cine de la Rai, en el que sobresalen de forma clara y contundente las actuaciones de la veterana actriz Giovanna Mezzogiorno y del actor Luigi Lo Cascio en sus papeles.
El filme presenta a dos hermanos que son diferentes como la noche y el día en todos los aspectos, quienes con sus esposas perennemente en guerra entre sí, mantienen la tradición de reunirse una vez al mes en un restaurante caro, que acostumbra a ser el mismo. La conversación entre ellos es siempre irrelevante: las anchoas saladas con ricotta y verduras fritas, la película francesa más reciente para disfrutar en el cine, el sabor afrutado de un vino, o el último político corrupto que ha aparecido en las noticias.
Un hecho trágico en el que están involucrados dos de sus hijos, uno por cada pareja y por tanto primos, transforma todo ese ritual y por lógica, la gravedad del asunto también esas relaciones pseudo-estables que mantenían los cuatro comensales habituales de la cena.
De Matteo comienza mostrando en sus primeras secuencias el ambiente de crispación y enfurecimiento que se ha adueñado de una parte de la sociedad italiana, contrastándolo con la aparente o relativa calma y estabilidad en la que viven algunos profesionales que gozan de una buena remuneración, viven en una amplia y bien construida casa, y hasta tienen servicio domestico permanente. Estos últimos son los dos hermanos; uno es abogado y el otro médico pediatra. Ellos dos están acostumbrados por sus oficios a ver la violencia siempre como algo externo, por eso nunca en su vida se habrían imaginado la posibilidad de que agresividad alguna estallara con vehemencia en el interior de la propia familia, un enclave que ellos creían invulnerable gracias a su estatus económico y sus contactos.
Explicaba en Venecia el director que «cuando esto sucede, los caracteres cambian, los papeles se invierten. Siendo padre, me pregunté hasta qué punto podemos o debemos ignorar nuestra conciencia para proteger nuestra felicidad. Las razones del corazón están a menudo en conflicto con la justicia. Y hay una muy profunda diferencia entre lo que somos y la imagen que de nosotros mismos creamos día a día».
Quien haya leído el libro de Koch, notará apreciables diferencias en la película, pues aquí los primos no son dos varones sino chico y chica, de igual forma que el relato no está dominado por las cenas en el restaurante sino por el comportamiento de exploración de sensaciones que tienen los adolescentes. Por eso parece más propicio el título en italiano que se traduce como «Nuestros niños», en lugar de el de «La Cena». Además, el escenario aquí es Roma y en la obra escrita, Amsterdam.
La sobria actuación de Alessandro Gassman en su papel de padre y abogado, así como la moderada de la actriz eslovaca Barbora Bobuľová, complementan la buena representación de los chicos. Unas pocas escenas han incluido en su composición y dirección de arte ciertos guiños técnicos y estilísticos a la multipremiada «La Gran Belleza», tal vez pensando en que así se va a contribuir a una mejor aceptación por parte del público. Los acontecimientos del film derivan hacia un final trágico, que tampoco es el que aparece en la novela.
©José Luis García/Cinestel.com