«Orillas» de Pablo César, una reflexión sobre el mestizaje cultural

El último film de Pablo César, ya estrenado en la Argentina, aborda la temática de los afrodescendientes en Buenos Aires. Una historia de negaciones desde la antigua colonia que según el realizador, hasta nuestros días se ve plasmada en la simple pronunciación de las palabras pues todo porteño pronuncia la elle como una «ye», como hacían los esclavos que llegaron a Buenos Aires tras su pasada por Brasil.
Pablo César responde a las preguntas de Cinestel.
– ¿Por qué acercarse a este tema desde la ficción en lugar de hacerlo desde el documental?
Cuando me junto con Jerónimo Toubes, el guionista, a conversar sobre este tema, justamente hablamos de la necesidad de transmitir estas temáticas en un género argumental y no en un documental porque en primer lugar es el género que yo más he investigado y experimentado y, por otra parte, para que el espectador se pudiera dejar llevar por una historia era necesario que las puntas importantes en cuestiones narrativas que nosotros planteamos estén puestas como si fueran anécdotas pero que en verdad es una información que le estamos dando al espectador.
Desde ese lugar nos pareció que jugar un poco con el entretenimiento, algo de acción que tiene la película, suspenso, el clima de un drama en un lado y un drama en el otro y cómo se van a resolver y encadenar las dos historias que aparecen sin nada que ver y luego se van uniendo.
Las uniones están pensadas estéticamente como que cada vez que se pasa de un lugar a otro pareciera que todavía estamos en el mismo lugar pero ya estamos en el otro.
– En realidad la vida es así, siempre hay historias distintas que al final, nadie sabe por qué, se unen a veces de una manera que resulta sorprendente también.
Es verdad lo que decís. Es cierto, porque si hay algo entre tantas cosas lindas que nos dejó John Lennon es que no hay países. En su canción más famosa imagina que no hay países ni religiones ya que estamos viviendo en un mundo de una ilusión que es la que ha creado el ser humano porque si vemos desde un avión por la ventana, no vemos países, vemos montañas, lagos, océanos, aldeas, personas,… pero no hay países.
Es como una construcción que tiene que ver con algo de lo imaginario y ese lugar es como que se va uniendo porque en realidad hay personas mas que países.
– Para rodar «Orillas» llegaste a las villas y muestras rincones y lugares que escasas veces muestran medios masivos como la omnipresente televisión.
Casi nunca se ha filmado y cuando se ha hecho ha sido en documentales en algunos casos, pero cuando estuvimos filmando, incluso en Benín, las ceremonias de iniciación religiosa son reales con músicos y artistas yorubas y fue entrar ahí desde un lugar muy especial, entrar al corazón de ellos, no era ni la plata ni la fama ni nada lo que los motivaba, al revés, cualquiera de esos elementos podría haber hecho sospechar sobre las intenciones de un equipo de filmación.
En cambio se habló de lo que nosotros teníamos en mente que es una película que toca la temática de las raíces africanas en Argentina y aquí también se habló de ese tema, en la isla Maciel y en la zona del Dots ut, todo perteneciente al municipio de Avellaneda, planteamos nuestro proyecto, hablamos con la gente del lugar. Eran las personas que decidían si este proyecto se hacía ahí y si les interesaba o no. Ese era el lugar donde históricamente llegaron los barcos y donde ellos dejaron sus primeras huellas porque es muy colorida la isla Maciel, lo que pasa es que fue un lugar dejado, abandonado, olvidado.
Durante muchos años eran conocidos los prostíbulos de la zona, que la gente de capital se iba hasta ahí a buscar prostitutas. Esto hablo de hace 40 años. Y ahora es un lugar distinto donde la gente tomó esta película y se incorporó al proyecto, participaron, estuvimos ensayando incluso en el lugar y allí conviviendo con ellos durante tres semanas, todos los días filmando ocho o diez horas en escenas de día y de noche.
Hay una banda de Hip Hop que se llama Los Ñeris del Docke que compusieron tres canciones para la película, los llevamos a grabar a un estudio muy bueno de Fito Páez y fue también una experiencia muy importante para todos ellos.
Los tres protagonistas, que son los jóvenes debutantes que están junto a Javier Lombardo y Daniel Valenzuela, actores de gran trayectoria, y la hija del Diego que es una mujer muy conocida, fueron seleccionados luego de un intenso casting que hice porque no fue fácil.
Yo en la calle me ponía a hablar con los cartoneros y con cualquiera que pudiera tener cierto rol para la película y luego los estuve preparando para una filmación, ensayamos tres veces a la semana durante seis meses y además los pusimos en un gimnasio con una dieta de alimentación, todo ello para que pudieran entender el orden que tiene una filmación.
Y el resultado posterior es que los han llamado para otras películas.
Estos chicos nunca se imaginaron que iban a encontrarse con afiches con su cara en la calle, en los cines, en el Facebook han hecho toda una movida y el arranque fue excepcional pues fue la primera en venta de entradas en un shopping. Hicimos una película casi sin publicidad, totalmente independiente en ese sentido. Nuestro presupuesto fue todo para que tenga buena imagen y buen sonido.
– Algunos críticos argentinos mencionan que la fuerza narrativa del film no es suficiente, aunque tiene una fotografía y estética muy cuidada. ¿Qué dirías al respecto? ¿Es una película para ser vista en su conjunto y reflexionar?
Sí, en realidad yo creo que hay que sentarse y dejarse llevar por la película porque la idea es que sea considerada como un disparador de preguntas más que nada. Si es verdad todo esto, qué pasó con los africanos en Argentina, dónde están nuestras huellas,… la película cuenta dos ficciones que se cruzan. Después a algunos puede ser que les guste más que a otros. Yo he leído cosas interesantes y cosas que no tenían mucho sentido también.
Si la gente asiste a una función donde la proyección es en una sala y si hay personas que dicen que quieren el Dvd porque dicen que tienen que verlo rápido, pues ya me imagino lo que tiene que ser el resultado de ese rápido. Hay detalles que están marcados y hay cosas que uno no necesariamente las va a reconocer porque nadie pretende que la humanidad sea especialista en temáticas que tocamos en la película porque sería una pretensión de nuestra parte pero todos los detalles que están en la película están pensados, no es cualquier cosa lo que se puso.
©José Luis García/Cinestel.com