“Paisaje”, película de Matías Rojo, con Ailín Salas y Juan Luppi
Estrenada en Argentina
El realizador mendocino Matías Rojo lleva a las pantallas su segundo largometraje, “Paisaje”, que es una historia protagonizada por una pareja que cursa el octavo mes de embarazo y que regresa de sus vacaciones familiares de una manera impulsiva.
Pero en ese retorno se topan con un lamentable imprevisto, pues en el camino su auto se queda varado en un terreno inhóspito y en el medio de un frío invierno y las contracciones de Eugenia, Leandro decide jugársela a tratar de encontrar un refugio en el cual por los menos poder pasar la noche y reponer fuerzas.
Ailín Salas y Juan Luppi dan vida a ese par de personajes principales, aunque la película también ofrece la posibilidad de disfrutar de la actuación especial de Dady Brieva, un actor también conocido y muy polivalente.
La maternidad es uno de los temas principales que trata este filme, así como también lo es la incertidumbre y los interrogantes de una situación incómoda e inesperada que la pareja protagonista deberá de resolver.
“Paisaje” es la primera incursión de Matías Rojo en el thriller tras haber grabado, entre otras cosas, un par de series de comedia para la televisión y rodado otro filme anterior que era una coming of age y se titulaba “Algunos días sin música” (2013).
La película es la adaptación al cine de una obra de teatro homónima, igualmente pensada en clave dramática, escrita por Pablo Longo, y también ha contado con el privilegio de una consultoría realizada por Leonel D’Agostino, uno de los guionistas actuales de mayor renombre en la Argentina que conoce este genero a la perfección por haber firmado guiones de algunos filmes como puede ser el de “Nieve Negra”.
“La película tiene que ver con lo existencial, -cuenta Matías Rojo a Cinestel-, con esa idea de identidad mutante e incierta en la que el thriller forma parte de un cruce de géneros cuyo discurso nos permite este lenguaje para transmitir tanto las emociones como cosas que son difíciles de explicar, pero que tienen que ver con la idea del retrato emocional”.
“Nosotros vamos siguiendo esa incertidumbre de que algo no va a terminar bien, -añade-, pero desde los recursos emocionales a través de los medios que el género nos permite desde la forma del cine, ya que la obra de teatro original era muy distinta a lo que quedó después en la película”.
– ¿Y Longo, que vendría a ser el autor original de la idea que transmite este relato, ha visto ya la película?
Él fue viendo partes del film previamente, pero no sé qué opinará de la película acabada. Cuando la vea en una sala quizás no me diga más nada y me deje de hablar (risas), porque fue mutando mucho y yo creo que el ejercicio ahí es darse cuenta de que esto es otra cosa, es una pieza aparte. Y eso es lo que más he charlado con él precisamente cuando nos hemos podido encontrar, pues aquí hemos presentado una nueva visión de lo que era el guion y de la obra original quedó muy poquito, porque para mí el texto original fue el andamio sobre el cual se construyó un nuevo edificio. Y después, en el rodaje de ese guion también hubieron muchas adaptaciones en una película que está muy a la intemperie y que nos obligaba a jugar mucho con la espontaneidad y con lo que va sucediendo; nos obligó a adaptarnos mucho a lo que estaba sucediendo a nivel espacial y temporal en el rodaje, lo cual sumado al montaje, nos indica que ya es otra historia diferente a la de origen.
– Al ser la primera vez que te adentras en un thriller, me gustaría preguntarte si te has iniciado o no profesionalmente en esta ocasión con algunos efectos de imagen como puede ser el FX.
Muy curiosamente yo había estado investigando cosas en algunas series con el tema de los efectos, por ejemplo en una donde, en la ficción, tuvimos que prender fuego a una persona, y el equipo que lo hizo es de Edu Cundom, con quien ya había trabajado, y eso nos transmitió mucha tranquilidad en un ambiente de mucho respeto. Luego el asistente de dirección, Diego Savignano, ya había trabajado en rodajes de films de género, por lo que la ayuda de él a la hora de coordinar el set también fue primordial. Es muy lindo filmar así y quiero remarcar que el montaje también es muy importante en ese sentido.
– Cuando empecé a ver “Paisaje”, lo primero que me vino a la mente es que a la actriz Ailín Salas la había visto justo un año antes en “Las Preñadas”, de Pedro Wallace, haciendo otro papel de embarazada. ¿Cómo se tomó ella rodar esos dos papeles de personajes que están en parecidas circunstancias personales en tan poco tiempo?
Es de la misma producción. Los productores de las dos películas son los mismos y eso fue medio casual. Yo no sabía que Ailín recién había hecho de embarazada, pero ya la tenía pensada para el personaje de Eugenia y cuando la vimos y hablamos, yo sólo vi potencial ahí, porque vi todo un camino ya transitado que tenía que ver con ella, en cómo caminaba, en cómo construir lo físico,… Lo que pasa es que el rol de Ailín en esta película es mucho más extremo en términos de entrega física y de construcción de lo que es el desarrollo del embarazo.
Ahí ella hizo un trabajo muy lindo que consistió en que, siguiendo con el proceso que había hecho en la película de “Las Preñadas” al lado de la actriz coprotagónica, continuó su investigación junto con su maestra de actuación alrededor del naturalismo y de ciertas cosas que ella sentía que todavía podía indagar más profundamente y también algunas otras cuestiones adaptativas del personaje que trató conmigo. Y yo creo que lo que quedó en la peli es increíble.
– Con respecto al protagonista masculino, Juan Luppi, tengo que decir que conocí a su abuelo Federico, quien en el terreno profesional era muy metódico. ¿Ocurre lo mismo con su nieto?
A Juan ustedes lo deben de conocer muy bien porque, de niño, participó en una serie de la tele llamada «Los Serrano», así que fue un joven de los medios, creció entre cámaras y hay algo en él en ese sentido que se da de forma natural en su trabajo con el cine.
Yo no conocí a su abuelo más que como espectador y lo que veo en Juan es un actor muy comprometido con la dirección, con el texto, con el trabajo, con la tarea y que para mí él tiene algo de actor clásico, dicho en el mejor sentido de la palabra, lo cual tiene que ver con su compromiso con el presente, con el momento, con el estar ahí,… esa idea que yo creo que para el cine es fundamental, combinando algo de ese clasicismo con su juventud, su energía arrolladora con un empuje impresionante; por eso pienso que él tiene un carrerón por delante.
Yo al no tener ninguna referencia de Federico, para mí es como él solo y lo veo a Juan como un todo. No le veo sombra y eso me encanta.
– Y también aparece Dady Brieva en “Paisaje”, quien actúa en un papel secundario pero que es crucial para el desarrollo de la trama. Él es un actor que inicialmente trabajó la comedia, pero que más tarde hizo una transformación parecida a la que ocurrió con Guillermo Francella.
Sí, son pocos los actores de esa edad que hacen esos movimientos y que tienen la apertura que posee Dady, quien es un actor que en Argentina fue muy importante durante muchos años, porque él era parte de un trio cómico muy importante. Después él también hacía una novela diaria en la época de mayor esplendor de la televisión argentina, en pleno prime time, y era como una locura. Y ahí comenzó una carrera nueva.
El punto de inflexión que a mí me llevó a Dady Brieva es una película que se llama “El Ciudadano Ilustre”, donde el personaje de él es un tipo que está al límite entre lo cómico y lo dramático, de hecho tiene un tono muy interesante y cuando él lee nuestro guion, entiende que hay algo de sí mismo como persona que también le puede encontrar la presencia o el estar ahí y jugamos mucho con eso, con él en primera persona, con corrernos de esta necesidad de “actuar” sino que mucho más con la de “ser”, y conseguimos encontrar un tono que para mí es el tono justo porque él tiene esa carga de ironía, de densidad, de un humor más negro si se quiere o más denso, pero a su vez no busca hacer reír, está en donde tiene que estar.
De hecho, la manera de entender el vínculo que tenía que desarrollar con Juan y la construcción del personaje desde la complejidad de ser consciente de que tenía dificultades, pero que se trataba de su hijo, o sea, la ambigüedad que le da al personaje, me parece que lo hizo crecer muchísimo a nivel narrativo y yo también aprendí grandes cosas de Dady por su oficio. Espero que se anime a seguir por ese lado, porque está buenísimo.
– Hay una cuestión sobre la que me gustaría conocer tu opinión para terminar y sería saber si crees que esta película u otras en general deberían de tener un recorrido previo en salas antes de pasar a plataformas de cine bajo demanda.
Para mí “Paisaje” es una película de sala. Así es como la pensamos, a partir de las salas de cine, tanto en lo que es la imagen como la fotografía, la búsqueda de planos,… porque tiene un lenguaje visual que pasa de planos muy extremos a otros muy cortos, hasta el punto de que todo se vuelve como más sensorial en un espacio de exhibición tradicional.
Además está el sonido, que hemos trabajado desde lo que son las películas de género y desde la forma en una búsqueda más atmosférica, más de textura, que está bueno que se vea en las salas. Yo creo que Cinear está bueno, pero todavía mis preferencias están en la sensación que da ver una película en el cine sin interrupción y compartiendo los pareceres a la salida. Y lo que yo espero es que la película la pueda ver la mayor cantidad de gente posible, en sala o fuera de las salas, en las nuevas maneras de ver cine, ya que creo que es una historia que busca que el público se sienta atraído por ella y que propone cosas que son interesantes para el espectador.
©José Luis García/Cinestel.com