Pantalla Pinamar, después de lo previsto (2); los adelantos fílmicos

Pantalla Pinamar es desde hace años una plataforma excepcional para que distintos cineastas puedan dar a conocer el work in progress de las películas que tienen previsto estrenar, como un anticipo de lo que se verá en las salas argentinas en los próximos meses o al año siguiente. Los trabajos presentados a los medios son «Carne propia» de Alberto Romero, «Montserrat» de Antonella Costa y Che Sandoval, y «El (im)posible Olvido» de Andrés Habegger, además de «El Cielo Escondido», del que hemos dado cuenta en otro artículo.
La ganadería argentina y su historia es el tema que trata «Carne Propia», un documental protagonizado por un toro con voz humana que narra en off (la de Arnaldo André), mientras emprende un último viaje desde la pampa húmeda hasta el matadero. Al tiempo que viaja en camión por las llanuras, la voz de su pensamiento vacuno recuerda las más extrañas historias sobre la carne argentina.
Ya que es posible que los argentinos sean quienes más carne comen en el mundo, la película analiza esa relación suya con el bife. Para ello se sirve de algunas historias cruzadas que tienen que ver con el momento en el que la clase trabajadora irrumpió en el mundo de la ganadería, algo que después se asocia a la evolución de las condiciones de vida de los trabajadores en ese negocio.
Vemos por ejemplo, el pueblo de Liebig (Entre Ríos) que viene a representar la idea del patrón capitalista y paternalista absoluto que quiere regir la vida de las personas, pero también está la lucha por los derechos de los trabajadores en el barrio de Berisso y cómo un almacén frigorífico recuperado por sus empleados devino en una cooperativa. El conductor narrativo del relato es ese «toro viejo aristocrático con ínfulas de campeón», en un filme que sigue su recorrido con algunos códigos humorísticos, pero que en realidad no es una comedia porque está explicando ese tránsito inevitable hacia la muerte.
Acompañaron a Alberto Romero en la presentación, el asistente de dirección Alejandro Rath, el director de fotografía y camarógrafo Martín Turnes y el editor de montaje Juan Martín Hsu.
«Montserrat»
Che Sandoval es un director chileno que siempre ha buscado títulos impactantes para sus películas, -«Te creís la más linda… (Pero erís la más puta)» (2009); «Soy mucho mejor que vos» (2013); «Muchos ex poco sex» (2015)-, pero que este año prepara junto a su ex-pareja, la actriz argentina Antonella Costa, el lanzamiento de «Montserrat», un título mucho más recatado que los anteriores, co-dirigido por ambos, que reúne sus capacidades profesionales para mostrar una historia coral basada en un taller de actuación auténtico que la actriz viene desarrollando desde hace tres años.
«En el set no existen límites, sólo condiciones» es la máxima profesional que sigue Sandoval a la hora de rodar películas. Antonella Costa explicó que no tiene una educación académica formal, sino que se instruyó en la profesión a través de su trabajo. «Esa gran variedad me llevó, si no a forjarme un perfil, sí que a generarme inquietudes, -contó en Pinamar-, a tener más preguntas que respuestas, y a ver cine, a entender los mecanismos que logran los objetivos de un director y de los distintos cabezas de equipo en todas las áreas.
«El (Im)posible Olvido»
Andrés Habegger presentó en Pantalla Pinamar su primer documental narrado en primera persona, de los siete que ya lleva rodados. «El (Im)posible Olvido» trata de mostrar cómo se puede convivir con una persona ausente, y está relacionado con el padre del realizador que desapareció en Brasil en 1978. Habegger comenzó a escribir un diario dos años antes de que él desapareciera, momento en el que estaba exiliado en México con su madre, dejando de escribirlo tras su desaparición. La recuperación de esos textos es lo que provoca que el director comenzara a reconstruir la figura de su padre como tal.
La convivencia con esta historia del pasado y la idea de hacer un viaje adonde residen las cosas olvidadas, mueven al director a contar esta experiencia personal sobre la que en Pinamar se vieron unos 10 minutos. México y Brasil coproducen la película junto a Argentina, y el proyecto contiene filmaciones en estos tres países narradas en presente porque no es una película biográfica, sino que habla del vínculo entre un padre y un hijo en clave del olvido y no de la memoria. También aparece en algún momento su madre que habla desde su lado de esposa.
©José Luis García/Cinestel.com