Pinamar: Pablo César adelantó imágenes de «El Cielo Escondido»

Es la continuación de su anterior película «Los Dioses de Agua». El nuevo largometraje del cineasta argentino ahora especializado en coproducciones Sur-Sur, Pablo César, tuvo su primer avance en Pantalla Pinamar. Se titula «El Cielo Escondido» y es una historia de misterio y suspense rodada en África sobre un antropólogo argentino que se encuentra en el seno de una aldea de la etnia Damara en Namibia. Allí está buscando información sobre tradiciones orales transmitidas entre los chamanes. Su relación con una joven médica que trabaja para una ONG que asiste a mujeres en situación de riesgo sanitario, sus idas y venidas a la Argentina, y un virus letal que surge y amenaza a esa población africana, configuran el todo de este nuevo relato cinematográfico.
Rodada como la anterior en fílmico (35mm y algunas imágenes en Super 8), César es capaz de encontrar historias en común entre su país y esas naciones, algunas de ellas muy ricas hoy en día por la extracción de petróleo, otras no tanto en economía pero sí en cultura, teniendo que lidiar con posibles prejuicios del espectador, aunque sus relatos africanos también tienen mucho que ver con el cine como ilusión de la realidad, «creer que las sombras proyectadas son parte de la realidad única y, sin embargo, son sombras como el mito de la caverna de Sócrates y Platón», decía en Pinamar, donde dio buena muestra en conferencia de prensa de la amplia investigación y el enorme tiempo que ha dedicado a averiguar datos que conectan a los argentinos con las culturas de África, con historias que no te cansarías de escuchar, que abarcan incluso a personajes históricos del país que eran descendientes de esas etnias.
De su anterior película, «Los Dioses de Agua», se pudo ver en Pantalla Pinamar 2016 el making off dirigido por el director y cronista de cine Paulo Pécora, una película que por sus características bien se puede decir que se trata de un documental. El filme fue rodado en Angola y Etiopía, dos países completamente distintos el uno del otro, también en cuanto a la preparación de los técnicos de cine que según Pécora es mucho mayor en la zona del cuerno de África.
«Amasekenalo», («Gracias» en uno de los idiomas locales) muestra distintas partes del proceso de rodaje. «Llegué a tener 25 horas de material, -contaba el realizador-, y lo que traté de privilegiar era el trabajo de Pablo con los actores y el del equipo técnico que había llevado, no tanto el paisaje o las vivencias sino el tratar de ponerme como periodista e intentar hacer una crónica del rodaje. Ése fue mi objetivo. Después, en edición no pude evitar contar algunas anécdotas y vivencias que tuvimos, algunas muy gratas y en otros casos peligrosas, que fue lo que hizo que esta experiencia se transformara en un documental».
©José Luis García/Cinestel.com