«De acá a la China», de Federico Marcello; ¿Y qué pasaría si…?
Estreno en Buenos Aires
Es muy curioso que una película que ha sido proyectada en casi todas las provincias argentinas termine su recorrido en Capital Federal. Esto es lo que le ha ocurrido a «De acá a la China», filme de Federico Marcello que conserva cierto trasfondo de comedia debido a su interesante y atrayente propuesta inicial que cuenta con un giro muy atrevido el cual tiene que ver con todo lo que son los convencionalismos o lo que de forma genérica ocurre en muchos lugares.
Marcello plantea con esta historia una especie de «venganza», pues su personaje (él dirige y actúa en el film) vivió cuando era chico el cierre del supermercado que su padre poseía, debido a la implantación en Buenos Aires de establecimientos similares regentados por chinos.
En represalia a lo sucedido, Facundo viaja a la China para abrir allá un supermercado argentino.
Y en ese desquite, este relato que en un inicio pretendía ser un documental, ejemplifica unos cuantos puntos comunes de la condición humana que se van desgranando a medida que avanza la película. «Todos somos nadie y nadie somos todos», se dice en algún momento de su laborioso metraje de ficción que se inicia en Buenos Aires, pero que de inmediato se traslada a la China, donde ha sido rodada la mayor parte de esta historia que de algún modo trata de introducir entre sus personajes chinos algunos productos netamente argentinos como es el dulce de leche.
Federico Marcello responde las preguntas de Cinestel:
– ¿Con «De acá a la China» quisiste inducir al espectador a pensar aquello de qué pasaría si…?
Nosotros nos propusimos invitar al espectador a ponerse en el lugar del otro. Reflexionar, a partir de una comedia dramática, quiénes son, de dónde vienen, por qué vienen a la Argentina y por qué se abren supermercados los chinos. A partir de dicha reflexión buscamos darle tridimensionalidad a los chinos que viven en nuestro país y que desde hace algunas décadas están fuertemente integrados en nuestra cotidianeidad.
– Es casi inevitable preguntarte sobre cómo lograste dirigirte a vos mismo como protagonista.
Teniendo en cuenta que fue la primera vez que me enfrentaba a la actuación, fue una experiencia completamente diferente, un desafío muy interesante que no evalué en profundidad al momento de tomar la decisión de hacerlo. Lo cierto es que contaba con dos grandes ventajas a la hora de actuar, la primera fue haber trabajado la historia durante varios meses y tener cada escena bien clara en la cabeza. Y la segunda fue contar con todo el equipo de trabajo, prestando atención a cada detalle y brindando consejos que ayudaron a darle más vuelo a nuestras actuaciones.
– ¿Y tras la experiencia del rodaje y la permanencia allá de tres meses, crees que algunas veces deberíamos de revisar nuestras ideas preconcebidas?
Sí, considero que sí. Siempre es necesario revisar las ideas que arrastramos y empujamos sin darnos cuenta de forma colectiva. Vivimos con ideas ajenas que consideramos de propia elaboración, y cuando por algún motivo las tenemos que evaluar, descubrimos que no nos representan o al menos dejaron de hacerlo en algún momento de la vida.
Cuando hicimos la gira con Pablito Zapata por diez provincias de la Argentina presentando la película, nos sorprendió que muchas personas se acercaran después de la función a contarnos que no compraban en los supermercados chinos porque les generaba rechazo, pero que a partir de ver la película sintieron una empatía que hasta el momento no habían experimentado.
– ¿Con la película apelas a la comedia pensando que ésta conecta mucho mejor con el público, habida cuenta de que siempre existe un trasfondo dramático?
Si bien la comedia siempre es un conducto más amigable que otros para hacer llegar un mensaje, no fue algo en lo que nos detuvimos a pensar, fue una construcción que se fue dando a medida que avanzábamos con la investigación. Es importante contarte que cuando comenzamos con el proyecto teníamos la intención de hacer un documental, pero cuando empecé a escribir el guión del documental me encontré con este disparador que paulatinamente fue creciendo para terminar siendo la película de ficción en la que se convirtió. De esta forma la comedia le fue ganando terreno al documental, pero a mi forma de ver, éste quedó subrepticiamente sosteniendo toda la estructura de la historia de principio a fin.
– Y otra pregunta que me hago sería que cómo conseguiste reunir al elenco. ¿Os ayudaron argentinos de ascendencia china?
El elenco se fue conformando de manera aleatoria y gracias a diversos encadenamientos fortuitos de conocidos. Tuvimos la suerte de conocer a través de amigos de amigos a Hu y ChenMo, una pareja de chinos que habían vivido en Argentina y que estando en China nos acompañaron durante gran parte del rodaje, y tuvimos la fortuna de conocer a Eugenio Donatello, un argentino radicado en Fujian que nos abrió las puertas de su mundo al invitarnos al segundo día de estar en Xiamen, a su casamiento con su novia china.
Es importante mencionar que sólo hay un único actor profesional en toda la película que es Michael Ren que interpreta al Inspector, para el resto del elenco, al igual que para Pablito y para mí, fue la primera experiencia delante de una cámara. Además, en líneas generales, fuimos modificando ligeramente las escenas para que sean éstas las que se adapten a los actores y no al revés. De esta forma, logramos un vínculo más orgánico entre el actor y la historia, obteniendo escenas, a mi forma de verlas, más vivas.
– Para terminar, ¿qué piensas sobre la comunidad china ahora que la conoces mejor? ¿Son tan espirituales y respetuosos como parecen?
Sin caer en generalidades, intentaré responderte desde mi propia experiencia, y parado desde ahí puedo decirte que me llamó la atención el nivel de respeto que recibimos por parte de la gran mayoría de chinos que conocimos a lo largo de toda la película.
Desde que empezamos con esta historia llevamos seis años de trabajo, seis años de conocer a chinos de diferentes ámbitos y edades, y hasta el momento la gran mayoría tuvieron con nosotros una amplitud y una predisposición asombrosa e inesperada. Realmente, sin la colaboración desinteresada de cientos de chinos que nos dieron una mano estando en China, nunca hubiéramos llegado hasta esta entrevista.
Y con respecto a la espiritualidad, vimos de todo. Hay quienes realmente llevan una vida rica espiritualmente, pero hay otros que conocimos que no se sonrojaron en contarnos que usan los canales espirituales para alcanzar sus deseos materiales. Algo completamente humano que podemos encontrar en cualquier rincón del planeta.
©José Luis García/Cinestel.com