“4 Lonkos”, de Sebastián Díaz; la profanación de restos indígenas
Estreno en Buenos Aires
Sebastián Díaz es un estudioso investigador de la Historia argentina, muy esforzado en conocer más en torno al sometimiento y genocidio de los pueblos indígenas, pero con especial énfasis en las consecuencias de las llamadas Campañas al Desierto lideradas por el nefasto general Julio Argentino Roca con el propósito de diezmar o aniquilar a las comunidades originarias.
“4 Lonkos” sigue en la línea de su anterior trabajo llamado “La muralla criolla”, y es un documental sobre la vida, muerte y profanación de los restos mortales de tres grandes caciques de la Pampa y Patagonia: Mariano Rosas, Cipriano Catriel y Juan Calfucurá, pues terriblemente sus huesos han sido objeto de coleccionismo y hasta de exhibición pública en museos como el de La Plata.
El irreductible Vicente Pincén sería el cuarto lonko que le da el título al film.
El escritor Osvaldo Bayer participó en la película, por lo que posiblemente ésta sea su última aparición pública con vida, al igual que ocurre con el reconocido antropólogo Carlos Martínez Sarasola, fallecido en el año 2018. La lucha de Bayer en favor de esclarecer los problemas habidos desde entonces, traspasó fronteras y fue además muy notoria su petición de que se retiren algunos monumentos y nombres de calles dedicados expresamente a los genocidas.
La reunificación de familias de ascendencia indígena es otra de las ideas que rondan el film, pero sobre todo está presente su denuncia del uso que se han hecho de los restos de estos cuatro líderes que terminaron engrosando las colecciones de los museos antropológicos argentinos.
Sebastián Díaz responde las preguntas de Cinestel
– Rodó la película en plena controversia acerca de los derechos del pueblo mapuche y el caso de Santiago Maldonado. ¿Su principal propósito con el film fue que se conozcan mejor los reiterados atropellos a la población de estas naciones pre-existentes a la ocupación española?
El caso de la desaparición forzada de Santiago Maldonado fue un acontecimiento producido en plena etapa de producción de “4 Lonkos”, y aunque he seguido el tema a través de los medios de comunicación, éste no ha tenido influencia en el contenido del documental, que apunta hacia una reconstrucción de la historia de finales del siglo XIX en la Argentina y narrar específicamente la vida, muerte y profanación de cuatro caciques importantes de Pampa y Patagonia.
Mi objetivo siempre ha sido desentrañar y visibilizar los hechos ocultados de la historia argentina en su época de formación del Estado-Nación-Territorio, etapa producida desde la presidencia de Avellaneda (1874-1880) y continuada en la presidencia de Roca (1880-1886). Me interesa especialmente esta etapa de la Historia, pues mis tres documentales se desarrollan en ella (“La Muralla Criolla”, sobre la descabellada idea de construir la zanja de Alsina para dividir la civilización de la barbarie; “4 Lonkos”, sobre la vida, muerte, ignominia y profanación de cuatro importantes caciques y “La Plata Contada”, un documental sobre la historia masónica y esotérica de la ciudad de La Plata, capital de la Provincia de Buenos Aires, fundada por Dardo Rocha el 19 de noviembre de 1882.
– Posiblemente sigue en el Museo de la Plata o en el de Bariloche su exhibición de partes de un cadáver de los aborígenes. ¿Intentó mostrar alguna aclaración de los responsables de ello en su documental?
Las exhibiciones de restos humanos en museos ha sido prohibida por ley desde hace algunos años en la Argentina. Sin embargo, en el caso del Museo de Ciencias Naturales de La Plata, aunque ya no están en exhibición, la institución atesora unos diez mil restos esqueletarios en sus archivos, pertenecientes a distintas comunidades indígenas. Estos restos han sido producto del saqueo, el trafico y la perversión humana. La ciencia positivista de finales del sXIX y comienzos del S. XX ha maltratado a las tribus vencidas. Es muy probable que viejos profesionales, aún hoy, sigan considerando esos restos como un acervo de la institución, como piezas y no como restos de seres humanos. En mi opinión esos sitios deberían transformarse radicalmente.
Si bien actualmente ambos Museos (La Plata y Bariloche) están procediendo a las restituciones de restos, estas son apenas una reparación histórica muy exigua y encima muy a cuenta gotas.
No me interesó consultar las voces de las autoridades del Museo de Ciencias Naturales de La Plata y Bariloche. En el recorte que hemos planteado desde el mismo guión de “4 Lonkos”, era importante la consulta a historiadores de fuste y a descendientes de los caciques.
– Una parte importante del film la ocupa el antropólogo Carlos Martínez Sarasola, quien falleció en mayo de 2018, así como también aparece Osvaldo Bayer, que tampoco está entre nosotros. ¿Cuál es su valoración sobre la figura de ambos?
Osvaldo Bayer ha sido un coloso de la lucha por la reivindicación de los pueblos originarios en la Argentina. En el año 2015, época en la que data la entrevista para “4 Lonkos”, nos abrió muy gentil y generosamente las puertas de El Tugurio, su residencia en Belgrano (CABA) y con una capacidad intelectual asombrosa, pese a su avanzada edad, nos brindó no solamente una clase magistral de Historia sino también su cariño personal. Su aporte fue un espaldarazo muy importante para “La Muralla Criolla” y “4 Lonkos”.
El caso de Martinez Sarasola toca fibras más intimas de mi ser. Él apoyó el lanzamiento de mi primer documental (La Muralla…) desde su programa de radio y su revista indígena El Orejiverde. Siempre alentó y promovió mi trabajo desde la humildad más absoluta. Cuando emprendí la producción de “4 Lonkos”, el testimonio de Carlos fue el primero que filmé. Carlos Sarasola era un ser muy especial. Cuando Juan José Estevez (a quien entrevistamos en “4 Lonkos”) me avisó por teléfono de su repentina muerte, eso me afectó muchísimo. Al instante llamé a Eduardo Luis Pincén (otro entrevistado) quien me confirmó lo peor. Esta muerte ocurrió en pleno proceso de montaje de la película. De hecho, cuando Juan José me llamó para avisarme de su fallecimiento, yo estaba en la mesa de montaje con una secuencia de Carlos Sarasola. Con Luis Eduardo Pincén nos dijimos que había que honrar su memoria, haciendo un trabajo impecable en “4 Lonkos”, al fin y al cabo, su trabajo póstumo desde lo audiovisual. Es increíble. Antes de terminar la postproducción de la película, tanto Osvaldo Bayer, como Luis Eduardo Pincén y Carlos Martínez Sarasola han pasado al otro mundo.
Dolió mucho, pero me considero afortunado no sólo en tenerlos inmortalizados en el documental, sino de haberlos conocido y de que hayan dejado su recuerdo imborrable en mi vida.
– Parece importante que su película es una de las pocas que diferencia claramente entre tierras cristianas y tierras aborígenes, es decir, habla de forma indirecta sobre el papel de fondo de las creencias espirituales en ese conflicto para destruir a los originarios. ¿Se cuidó especialmente de destacar esos conceptos entre las ansias de influencia y poder del general Roca?
En mi anterior película (La Muralla Criolla) abordé justamente el momento anterior a la aparición de Julio Roca en la gran escena nacional, narrando con lujo de detalles la campaña de avance de fronteras iniciada por Adolfo Alsina en 1876, que derivó en la construcción de su famosa zanja de Alsina de 700 kilometros de largo para dividir cristianos de aborígenes. Ya en este film queda claro cuáles eran las intenciones de la élite política y terrateniente argentina, de ocupar en forma permanente los territorios indígenas “improductivos”. La historia es económica. En el film queda claro que la saturación de los campos bonaerenses, el desarrollo del sistema de enfriamiento de la carne en 1877, inclinaron la balanza en la decisión política del Ministro de Guerra Adolfo Alsina de avanzar hasta el Carhué y allí se terminó de quebrar el poder de las tribus.
“4 Lonkos” aborda una época de la historia particular, previa a la famosa Campaña del Desierto, iniciada en abril de 1879 por el General Julio Roca. Se trata de la etapa de limpieza de toldos, iniciada por Julio Roca (quien reemplazó en el Ministerio de Guerra al fallecido Adolfo Alsina). Durante todo el año 1878 Roca se dedicó a enviar expediciones ligeras al interior de la pampa con el objetivo de liquidar a los hombres de lanza, tomar prisionera a la “chusma” y, según sus propias palabras, “limpiar la pampa de indios”. Es justamente en aquel año de 1878 en que se producen las profanaciones de los restos de Mariano Rosas (por la Division al mando de Eduardo Racedo) y de Juan Calfucurá (por las fuerzas de Nicolas Levalle). Asimismo el Coronel Villegas toma prisionero al famoso e irreductible cacique Pincén.
Si las fuerzas me lo permiten, completaré una trilogía con “Rally del Desierto”, que demostrará la estafa que significó la Campaña del Desierto (específicamente la División de 2000 hombres al mando de Roca) que en su periplo desde Buenos Aires hasta Choele Choel -que duró 42 días-, no se cruzó con un solo indio. Estaban todos muertos o prisioneros. Y serán los mismos protagonistas de la campaña quienes nos hablen y esclarezcan acerca de esta gran defraudación de la Historia argentina. Hablarán los militares, los científicos, los eclesiásticos, incluso los periodistas que hicieron la campaña. Ese es mi estilo. Poner luz en los documentos. Porque a confesión de parte, relevo de prueba.
©José Luis García/Cinestel.com