Documental “Ilse Fuskova”, sobre la notable activista argentina LGBTIQ+
Estrenado en Argentina
Es una mujer que ha transitado un camino fundamental para las nuevas luchas por los derechos civiles en el siglo XXI. Ilse Fuskova se convirtió hace mucho tiempo en una de las activistas históricas del feminismo y del lesbianismo en Argentina, y es un eslabón primordial de la lucha que día a día lleva a cabo el colectivo LGTBIQ.
Los realizadores Liliana Furió y Lucas Santa Ana unieron esfuerzos para llevar a las pantallas una película que refleje no sólo la vida de esta importante activista, sino que también los motivos que la llevaron a adoptar una posición de respuesta frente a las imposiciones de una sociedad patriarcal.
Ella se pronunció feminista en plena dictadura militar y en 1986 salió del clóset, se reconoció como lesbiana y de inmediato comenzó a relacionarse con las organizaciones que luchaban impetuosamente por conquistar derechos.
Antes que todo eso, la protagonista del film había trabajado como azafata y como periodista. Posteriormente creó junto a Adriana Carrasco «Cuadernos de existencia lesbiana», órgano fundamental para difundir sus ideas, y se convirtió en una figura clave cuando irrumpió en los principales medios de comunicación en los 90 asumiendo su lesbianismo públicamente, difundiendo conceptos y abriendo el debate a toda la sociedad.
Tanto Liliana Furió como Lucas Santa Ana se distinguen por ser realizadores que poseen una fuerte impronta en la lucha por los derechos civiles y por el reconocimiento de la diversidad, pero la primera tiene también motivos sobrados como para sentirse muy cercana a la mujer aquí retratada pues, al igual que ella, estuvo casada y tuvo hijos antes de decidirse a dar el paso de reconocerse públicamente a sí misma como quien verdaderamente es, salvando las distancias con un entorno represivo caracterizado además por ser hija de uno de los perpetradores de la antigua dictadura militar argentina.
En 2015 tomó contacto con la protagonista de este film y juntamente a Santa Ana, llevaron a cabo el desarrollo de este proyecto. De entre sus anteriores trabajos destaca “Tango Queerido” (2016), un documental dedicado a despojar al tango de los roles fijos de género, pues hasta hacía poco había sido un estilo musical muy vinculado al machismo.
Lucas Santa Ana retrató ese año en una película -“El Puto Inolvidable”- la personalidad de Carlos Jáuregui, co-impulsor junto a Fuskova de la Primera Marcha del Orgullo en Argentina, y destacando igualmente la diversidad como un hecho político y social.
“Ilse Fuskova” es un film que intenta situarnos en lo que es el lesbofeminismo dentro de un terreno feminista más general y más amplio: “Desde algún lugar coincido con algunas voces que dicen que el feminismo es uno y que lo que pregona es la justicia social y la diversidad -nos cuenta Liliana-. Sin embargo, la realidad nos confronta con algo mucho más complejo, donde hay una urdimbre, una trama de opresiones que no son las mismas claramente para una señora de clase media acomodada que para una lesbiana que tiene que salir a trabajar y que si se descubre, la van a discriminar”.
– De todas formas no deja de ser paradójico que en el documental se dice que la única que daba pelota en todos estos asuntos para reivindicar lo que es justo, era Ilse. ¿No hubo manera de que otras personas también lideraran entonces esos reclamos?
Claramente eso marcó de alguna manera a ese personaje y lo puso en un lugar de enorme exposición, con sus costos también, porque si bien ella lo dice en la película, que usó sus privilegios para socializarlos y dar batalla en una lucha importantísima, es verdad que también había que jugársela.
A ella le obligan a sacarse el apellido del ex-marido, con el que estuvo casada treinta años, e inclusive el padre le prohíbe usar su apellido para algo que él consideraba “deshonroso”. Ahí se instaló con el apellido de su mamá, con mucho orgullo obviamente. Y algo parecido le pasó a su pareja, Claudina Marek, a quien la sacaron de docente y la pusieron en otros puestos de castigo por estar dando esa lucha.
– En alguna otra película tuya creo que ya habías dado con otra protagonista de ascendencia alemana. ¿Crees que la mujer con influencias de Alemania, en general tiene ese pragmatismo y ese carisma asociado a su carácter?
Tú estás hablando de otro documental muy querido que se llama “Todos podemos bailar”, y en el que, como en casi todos mis filmes, quise destacar el trabajo de mujeres que han pasado desapercibidas para la gran masa y que quería dar a conocer. En este caso se trata de la directora y coreógrafa Susana González Gonz, quien a raíz del accidente que deja a su hijo de 14 años cuadripléjico, empieza un camino impresionante y desde hace unos cuantos años tiene una cátedra en la Universidad de las Artes, además de ser la directora del proyecto Danza Integradora y del Grupo Alma, que es un ballet integrado por personas convencionales y otras con discapacidad motriz.
Ella encontró su camino a raíz de una profesora alemana, Krombine, que vino acá a dar unas cátedras, y no casualmente pude llegar también a aquella docente para que participara en el relato, porque yo estoy casada con Julie August, que es una artista alemana que trabaja para una editorial muy importante de Berlín.
Así que siempre, y no sabría decir el porqué, hay alguna impronta de Alemania, un país que para bien o para mal, ya sabemos lo que implica en nuestra cultura de los últimos cien años. Pero como contraparte del horror, creo que Alemania ha dado al mundo en las décadas más recientes, pruebas sobradas de crecimiento de su pueblo, de la reivindicación que han hecho de los mea culpas; aunque falte mucho y ahora estemos preocupados por las vueltas de las derechas y el fascismo al mundo, pero hay que decir que tienen gente maravillosa y profesionalmente son muy destacables.
– En “Ilse Fuskova” una de las claves está en la aparición de su protagonista en los almuerzos televisivos de Mirtha Legand. ¿Sin esa intervención en el programa, crees que todo habría sido distinto?
Son paradojas de la vida que me parecen interesantísimas. Un programa bastante burgués y trivial, de actualidad, con un personaje como Mirtha Legrand que siempre ha tenido más simpatía por lo conservador y por las élites, que le dé ese espacio a Ilse hay que subrayarlo; con un nivel de audiencia que esa gente tiene que es inigualable.
Lo que Ilse capitalizó en ese acto fue magnífico, porque a partir de ahí hubo una cantidad impresionante de lesbianas y gays que, según ella cuenta, todo tipo de diversidades le empezaron a escribir, y a partir de ahí armaron sus grupos y una publicación, así como colectividades de reflexión. Y eso fue gracias a ese programa tan masivo.
– Y a través de ese programa también nace la relación afectiva y amorosa más intensa de la vida de Ilse, siendo la última parte de tu documental la más emotiva; -casi que dan ganas de llorar en algún momento-. ¿Su relación mutua marcó un antes y un después en Fuskova? ¿Ilse cambió con Claudina, en cierto modo?
Yo me puse a llorar con la parte final. Y es que Ilse con Claudina pudo afianzar un vínculo amoroso que hasta ese entonces había sido bastante más inestable, por llamarlo de alguna manera, porque con respecto a los vínculos primeros que ella tuvo, los de Claudina le dieron una raigambre más clara a ese lesbianismo, y además fue su compañera de lucha en la militancia.
Ahí hubo una cosa afectivo-política, que también la tuvo con Carlos Jáuregui, el referente homosexual de nuestras luchas, porque ella tejió eso muy fuertemente, y obviamente que todas las voces que se potencian en comunitario y se van multiplicando, son importantísimas. Y yo creo que es hacia donde hay que apuntar para hacer crecer estas luchas sobre las que ojalá algún día no tengamos que estar haciendo esta película o diciendo estas cosas, pero lamentablemente, tal cual se ve venir el panorama, con un conservadurismo pacato y retrógrado, me parece que tenemos que estar más atentas y atentos que nunca.
– Pero tu película llega más allá y también abordas de forma breve el problema de la violencia de género. ¿De esta manera quisiste proyectar una visión más amplia sobre lo que Ilse Fuskova piensa?
Claramente. En el colectivo LGTBIQ de +40, casi todo el mundo sabe quién es Ilse Fuskova, pero las nuevas generaciones no tienen ni idea de quién es, y por eso me pareció necesaria esta película, pero también es importante destacar que muchísimas personas que no tienen nada que ver con las luchas de nuestro colectivo, se han sentido tocadas y se han emocionado, por lo que no es un filme para un gueto, ya que es una historia que nos toca a occidente de cabo a rabo. Ilse tuvo padres migrantes y la película arranca desde ahí, con un pequeño relato muy bonito, que es un retrato de la Argentina de aquellos tiempos; y también ella está muy afectada por lo que vio en Alemania en el año 1938 cuando el horror se venía.
Ya siendo muy chiquita, Ilse advirtió algo ominoso, horroroso. Tan es así que, sin que llegue a estar expresado en la película, he sabido que si bien ella tenía el idioma alemán como lengua madre porque fue la primera lengua que ella empezó a hablar al principio de su vida, por el trauma que le generó la segunda guerra y el horror que cometió el nazismo, se le olvidó ese idioma, no pudo hablarlo más por años. Y eso es más que significativo.
– ¿Y no crees, insisto, que Ilse ha sido quizá un poquito una heroína por imposición, es decir, que a ella le hubiera gustado la presencia de más gente de encabezamiento reclamando?
No quiero hablar por Ilse, pero sí en primera persona y decirte que cuando yo salí del armario en los 90, no hay que olvidar que acá veníamos de una dictadura, al igual que les pasó a ustedes, y eso genera un retraso en las evoluciones de derechos en materia de crecimiento político de la población y demás.
Cuando yo salí del clóset, con Ilse como referente, pensé que había muchas más cosas como dadas y que seguramente había gente pacata y retrógrada por ahí, pero que la mayoría de las personas eran empáticas. Lo que me encontré fue que era al revés, y yo creo que a Ilse también le pasó eso en gran medida, porque no sé qué le afecta a los demás que yo tenga un vínculo amoroso con quien quiera que sea. Sin embargo, la realidad era otra y creo que ése fue un proceso que pasó Ilse de una manera muy dolorosa.
– Esta película no es solamente para que la vean mujeres, sino que me parece que está destinada a todo el público, ¿no es así?
Así es, Ilse es muy carismática y a sus ochenta y algo-noventa es una mujer con una impronta y una vitalidad muy digna de conocerse. Me ha pasado de muchos varones que han visto la peli y que se han sentido realmente conmovidos, les ha encantado y han avisado a sus amigos y amigas para que vayan a verla, así que te agradezco la pregunta porque no es una historia para mujeres, ni tampoco exclusivamente para lesbianas. Es una película para seres humanos.
©José Luis García/Cinestel.com