Sandra Gugliotta, tras el éxito de “Arrebato” en la Televisión Pública
Seis años después de su lanzamiento en salas, el policial con marcas de cine de autor “Arrebato” ha sido estrenado en la Televisión Pública Argentina con un éxito arrollador: alcanzó los 120.000 espectadores en la señal abierta y ahora continúa sumando visionados en la plataforma de streaming Cont.ar.
Tras sus dramas “Un día de suerte” y “Las vidas posibles”, y el documental “La Toma”, Sandra Gugliotta hizo esta vez su primera incursión en el cine de género con una historia de obsesión, negación, intriga, sexo, pasión, misterio y sobre todo, celos.
Un escritor y profesor de literatura llamado Luis Vega escribe un libro sobre la base de un asesinato ocurrido en la realidad, y en ese texto aporta detalles sobre los cuales se puede llegar a pensar que mezclan la ficción con la realidad para otorgarle una firme solidez al relato construido por él.
Manipulación, humillación y poder son elementos con los que Gugliotta juega en esta historia que va dosificando la tensión hasta llegar a su punto más culminante y definitivo, en el que todas las piezas acaban encajando.
La clave del asunto aquí tratado podría encontrarse en que el mencionado escritor lleva un tiempo largo sin poder publicar un libro y en cómo ha reunido todos los datos para concluirlo. ¿Es que posee una gran imaginación? ¿O no será que tal vez ha conocido a alguien que le ha puesto al día en los antecedentes del caso?
La mirada femenina de la directora contribuye además, por otro lado, a que nos demos cuenta de que existen otras muchas formas de contar más igualitarias que las que estaban generalizadas en este tipo de cine, pues aquí precisamente se intenta huir de los clichés establecidos, inclusive en lo que se refiere a las relaciones personales y amorosas, con sus mundos paralelos y ese clima humano que es de una gran hostilidad.
Sandra Gugliotta responde las preguntas de Cinestel:
– ¿Cómo se afronta la difusión de un policial en esta época de proliferación de pequeñas pantallas? ¿Fue sencillo encontrar ahora espacio para el film, en un momento en el que en cierta forma la televisión y las plataformas han suplido a las grandes pantallas?
La película había tenido su lanzamiento en cines con el que había alcanzado los 60.000 espectadores. Con cada día de pandemia aumentaron exponencialmente los espectadores de cine y series en general y las películas argentinas en especial tenían una muy buena recepción, de modo que cuando nos invitaron a abrir el ciclo de Cine Argentino en la TV Publica y luego continuar en la plataforma Contar, pensamos que podía ser una excelente oportunidad para difundir nuestro trabajo. El público nos acompañó y comprobamos esta sensación que teníamos: las películas argentinas están funcionando muy bien, los espectadores están consumiendo y descubriendo películas y contenidos de todo tipo. El Covid 19 nos ha puesto en una situación espantosa como sociedad en muchos sentidos, pero también ha sido una oportunidad para revalorizar todas las manifestaciones culturales y entender para qué sirven la música, la literatura, el teatro y la importancia del los contenidos audiovisuales en nuestras vidas cotidianas.
– El espectador del género busca ser sorprendido, pero ¿cómo se aborda eso a la hora de confeccionar un guion? ¿Hay temor a que la propuesta pueda no ser entendida?
Creo que hay muchas maneras de abordar el género y prefiero hablar de «elementos de género», y tomar en las historias algunas cosas del policial o del melodrama, así como en otra película tomé elementos del fantástico o en otra del neorrealismo. Hay algunas cosas que me gusta repetir en mis trabajos. Como espectadora me interesan más las historias que me permiten activar mi mente, seguir pistas, descubrir algún misterio, aunque se trate de relatos emotivos y que no estén precisamente encuadrados en el género policial. En esta película trabajé con un actor muy popular y con gran trayectoria como Pablo Echarri y él funcionó como un filtro en el sentido de la compresión de la historia, ya que tiene un ejercicio enorme en entender el punto de vista del público.
– ¿Y crees que en este caso, elementos como la pasión y la tensión sexual forman parte indispensable de lo que querían contar con “Arrebato”?
El origen de la historia eran los celos y la obsesión y adónde puede terminar algo que se deja llevar por emociones irracionales. En ese cóctel estaban la pasión y la tensión sexual siempre incluidas y me gusta que la película sea vista de esa manera en esta época de sentimientos tan «líquidos». Además, Pablo Echarri tiene impronta de galán; entonces siempre está implícito ese sesgo. Creo que aquí es novedoso ver a su personaje dejándose llevar por esas mujeres. En esta historia es arrastrado por los personajes femeninos hacia lugares desconocidos y finalmente esas emociones que no puede controlar le hacen perder el control y terminar en un arrebato.
– La exitosa actriz Ida Lupino accedió a la dirección en los años 40 del siglo pasado porque el director Elmer Clifton padeció un inesperado problema de salud. Mucho se ha mejorado para incorporar al cine la mirada de la mujer, pero ¿estamos todavía lejos de ver una paridad acorde a lo que somos como personas?
¡Maravillosa anécdota, no la conocía! Estamos lejos de que las mujeres accedan a puestos de los verdaderos lugares de poder en paridad a la cantidad de hombres. En el cine tenemos menos mujeres presentando proyectos y tenemos todavía una representación muy baja en rubros técnicos como Fotografía, Cámara o Sonido. También tenemos menos mujeres en la crítica, en la Dirección de Festivales y en la Selección de películas. Son cosas que habrá que ir cambiando y para ello no sólo ejerzo el cupo desde mi trabajo como directora, guionista o directora sino que participo en colectivos feministas que buscan modificar las cosas.
– ¿Cuando confeccionaron el guion, ya tenían en mente quiénes serían los intérpretes del mismo, o hubo que hacer un proceso de casting?
Siempre pensé que el actor debía ser atractivo para las mujeres y tener algo físico fuerte para que pudiera dar profundidad a ese tono de pulsión sexual que tiene la historia. En el caso de Leticia Brédice, tiene una belleza acompañada de la ambigüedad y la profundidad necesaria para jugar un personaje complejo y siempre me había parecido brillante en cada una de sus intervenciones cinematográficas. Mónica Antonópulos fue un descubrimiento para mí, creo que está extraordinaria en ese personaje de mujer gélida y manipuladora.
©José Luis García/Cinestel.com