«Feriado» de Diego Araujo; frágil romance en un contexto convulso
Entrevista
Berlinale Generation la incluyó en su selección correspondiente a 2014. Se trata de la ópera prima en largometraje de ficción del realizador ecuatoriano Diego Araujo quien con varios cortos a sus espaldas que dejaban entrever una relevante calidad técnica y capacidad narrativa, da un paso más hacia adelante con esta historia dramática que relata la llegada de Juan Pablo, un chico de 16 años, a la hacienda de la familia en los Andes donde está refugiado su tío, un banquero involucrado en un escándalo de corrupción, junto a su esposa e hijos adolescentes.
Ahí, Juan Pablo conoce a Juano, un enigmático blackmetalero del pueblo cercano que se gana la vida reparando llantas y quien gracias a él se ha zafado de una situación problemática y peligrosa. Con Juano, Juan Pablo descubrirá un universo liberador ajeno al suyo. Mientras que su familia y el país se dirigen al abismo, su amistad poco a poco parece acercarse a un frágil romance y el adolescente se verá obligado a elegir su propio camino plagado de confusión, en medio del caótico ambiente que le rodea.
Diego Araujo comenta más detalles del filme en diálogo con Cinestel:
– «Feriado» está encuadrada dentro del contexto histórico del año 1999 en Ecuador. ¿Por qué elegiste esa época?
En realidad fue un poco una decisión obvia que surgió cuando quise incorporar la trama del tío que está involucrado en un escándalo de corrupción, partiendo de la idea de que tenía que anteponer esa relación del chico como super adolescente que se comporta como un inocente y tener este mundo adulto como telón de fondo que vendría a ser la contraparte amenazante, podríamos decir, frente a ese mundo inocente de un primer amor.
En un principio no pensé ubicarla dentro de ese momento histórico porque en las notas del guión salía que iba a ser una película de época, pero enseguida me di cuenta de que con la lectura del texto, la gente de Ecuador simplemente asumía que la película pasaba en ese momento porque tiene algo de atemporal, porque sucede en el campo, pero también quería manejar la época también y entonces pasé un buen tiempo investigando, hablando con la gente que estuvo en el gobierno en ese momento, con la gente que perdió dinero porque a todo el mundo le afectó, incluso con los que tuvieron que salir del país, y fue cuando decidí irme por ese lado, porque yo tampoco vivía en Ecuador.
– Se nota que los hijos y el sobrino tienen bastante poca información sobre lo que el patriarca de la familia hace en el terreno profesional.
Sí, porque la idea era jugar con este ideal de los adolescentes que están viviendo su vida, están tomando y también el tío, su padre, está intentando tapar todo eso procurando decir que ahí no pasa nada. Me acuerdo que cuando estábamos rodando, en México hubo una noticia sobre un tweet con la hija de Peña Nieto, que era entonces candidato a presidente, y recuerdo que con los actores trabajamos un poco sobre estos hijos de papá que están viviendo una realidad un poco paralela, en su burbuja. Incluso en un punto, la esposa del banquero les pregunta a todos si quieren ir a misa en el pueblo y a una de las hijas no le parecía adecuado que todos vayan a la iglesia. Entonces, sí que ellos están viviendo en una burbuja, ajenos a lo que está pasando en el país.
– En cuanto a Juan Pablo, que es el protagonista que con timidez se está descubriendo a sí mismo y sus gustos, así como la amiga de su prima que tiene sus encuentros y citas casi en secreto con su novio. ¿Dentro de esa burbuja a la que aludías, ellos dos se están descubriendo y experimentando en los caminos de la vida?
Claro, y de alguna forma todo va en paralelo, porque tanto es una época tumultuosa para el país como caótica para la familia, y para Juan Carlos también es un momento agitado en el que hay todos estos despertares y descubrimientos.
Respecto al personaje de la Flaca, es alguien que en el guión tenía mucha más predominancia porque había ciertas situaciones un poco paralelas a lo que estaba pasando Juan Pablo y ahí la Flaca servía como una inspiración en él para actuar en la vida y seguir adelante. En este tema cortamos muchísima posproducción aunque quedaron partes que están ahí todavía, pero no sigue esa línea que inicialmente tenía.
– Igualmente la película desprende lo que es una mezcla de alguna tradición con la modernidad, en el sentido de que se habla en quitchua en algún momento en el seno de otra familia que por lo demás tiene un hijo que adora el heavy metal. ¿Ahí te propusiste remarcar diferencias entre lo tradicional y lo moderno?
En parte sí porque el movimiento black metal es fuerte en general en Ecuador, pero en el caso del quitchua, es un tema cultural que se está perdiendo. Incluso al filmar la película fue el chico que actúa de primo, el personaje de Bairo, el primo que roba, lo encuentran y le pegan nada más comenzar la película, quien nos sirvió como traductor de los diálogos del quitchua y me di cuenta ahí, antes de trabajar con chicos de comunidades indígenas, de que el quitchua en el Ecuador es el idioma, obviamente después del español, más extendido pero que se está perdiendo bastante con las nuevas generaciones. También debido al factor de que varía mucho de lugar en lugar, fue un problema el traducirlo y claro, hay esta cosa generacional de la abuela que habla y del joven nieto que, pese a que sirve de traductor en la película, normalmente habla a su abuela en castellano en su vida cotidiana.
– ¿Y esa imagen que también se ve en la promoción de la película en la que observan la ciudad al revés, qué significa para ti?
En verdad, la idea de la ciudad al revés es que, como la película está narrada desde el punto de vista de Juan Pablo, significa una muestra de su forma lírica, porque es un chico que escribe y que dibuja. Su forma de escribir y cómo se siente, seguramente se identifica con ese lugar al que el va para pensar y para transcribir sus pensamientos. Por eso en esta escena que se repite, comenzando por esas tomas al revés, la idea es que él se abre ante Juano porque normalmente no habla mucho, es introvertido, pero con Juano él siente el deseo de abrirse, de mostrarse. Ahí en la ciudad, él le revela lo que está sintiendo en cuanto a sentirse distinto y no saber quién está al revés, si él o la ciudad, como dando a entender que no pertenece a eso.
– ¿El hecho de haber contado con coproductores en la Argentina, presupone que de alguna manera también se va a estrenar en ese país?
Sí, cuando un productor de otro país se involucra, con frecuencia es porque sabe que hay muchas posibilidades de que se llegue a estrenar allí.
– He podido ver algunos cortos que rodaste antes y me encantó el dinamismo con el que narras esas historias, una agilidad respecto a la que algunos opinan que no se suele dar en una parte de realizadores latinoamericanos sobre quienes estigmatizan a todo un colectivo que es muy diverso. ¿Para ti eso es algo importante?
Sí lo es, y siento que en alguna forma, las reacciones a esta película son como muy divididas. En los festivales tanto de Europa como de Latinoamerica, o les gusta mucho la película o no les gusta nada, y creo que tiene mucho que ver con esa cosa que me parece que en Europa se espera del cine latinoamericano. En mi caso, me gusta hacer las películas que a mí me gustan ver y ese es el tipo de cine que quiero hacer, lo cual quizá tiene que ver con mi escuela en los Estados Unidos, pero te entiendo totalmente. Hay mucho cine latinoamericano, que a mí me gusta también, y he visto muchas películas argentinas en las que uno tiene la sensación de que es muy sutil, no está pasando mucho, pero está pasando mucho. Yo creo que puedo apreciar las dos cosas y sí, tienes razón, los cortos que he hecho y esta película tienen mucho más de linealidad, de mainstream.
©José Luis García/Cinestel.com