Entrevista a Georgina Barreiro por su película “La Huella de Tara”

Estreno en Buenos Aires
Unos 5 años después de que la directora argentina Georgina Barreiro explorara con “Ícaros” la Amazonía peruana, la realizadora regresa a las pantallas con otra historia sobre la base de la espiritualidad, pero esta vez rodada en la India.
Los Khechuperi son un pueblo sagrado que habita en los Himalayas y profesa el budismo. “La Huella de Tara” es un documental de tipo creativo en el que una familia toma las riendas de un guion que explica cómo se vive en aquel lugar a través de un punto de vista sensorial, con una fuerte incidencia sobre el sonido característico que identifica a esta comunidad cultural y humana.
El objetivo del film es retratar la tradición ancestral de la gente de Bhutia junto a cuatro hermanos, y a través de la mirada de los más jóvenes de la zona.
La belleza del lugar no oculta al espectador todas la peculiaridades de esta gente.
Esta vez, la exploradora fílmica de los universos más antropológicos y etnográficos le añade a su inmersión en el universo del budismo tibetano, mayores cotas de diálogo que en su película anterior, al tiempo que muestra cómo los más chicos de la villa toman los recursos de la tradición, mientras que tienen que lidiar con la irrupción de tecnologías nuevas con las que deben aprender a convivir.
Tampoco escapan a la película los adultos y sus conversaciones más cotidianas, así como la celebración de un Festival musical que se asemeja a los concursos televisivos del “Got Talent”.
Georgina Barreiro responde las preguntas de Cinestel:
– ¿Qué te llevó a acercarte a esta cultura tan lejana para nosotros? ¿Sentís algún interés por la antropología en concreto?
Después de un extenso viaje por la India junto a Matias Roth, donde recorrimos en su mayoría lugares de peregrinaje budista tibetano, conocimos Sikkim, el estado de menor población del país y bastante inexplorado, que había cautivado nuestra atención por su idiosincrasia. Atraídos por una gran celebración budista que se realizaba en la región, llegamos al pueblo de Khechuperi, reconocido por su lago sagrado, venerado por budistas e hinduistas, donde meditaron grandes maestros por largo tiempo en las cuevas aledañas.
Me motiva explorar la manera de relacionarse que tienen diferentes culturas con la espiritualidad, que es algo que había transitado en mi película anterior en la Amazonía peruana. Desde la puesta en escena mi intención es trabajar el punto de vista y la sensorialidad, alejándonos de lo descriptivo e invitando al espectador a reflexionar y fluir en el clima de la historia.

Georgina Barreiro, directora de “La Huella de Tara”
– “La huella de Tara” sugiere reflexiones en torno a la separación de los roles masculino y femenino en el contexto cotidiano. ¿Piensas que esas diferencias están muy arraigadas allá?
La India es un país históricamente patriarcal, pero a pesar de esto la mujer es muy importante en la sociedad. Los hombres se encuentran por lo general en las puestos de poder y tienen mucha menor presión social; por ejemplo la familia de la mujer todavía tiene que pagar dote al hombre con el que se casa y las mujeres son empujadas a casarse mucho antes que los hombres. Por otro lado las mujeres trabajan en toda clase de oficios, desde la construcción hasta en ciencia. El espacio donde la mujer tiene más poder es en el hogar y son ellas generalmente las que toman las decisiones en la familia.
La desigualdad de género está cambiando lentamente, sobre todo en las generaciones jóvenes, que es algo sobre lo que quisimos reflexionar en la película.
– Y los protagonistas adultos de tu relato ven la televisión y dialogan sobre política. ¿Es su forma de aproximarse al mundo que les rodea?
En la India la manera que tienen generalmente de relacionarse con el mundo es la espiritualidad. Casi todo sucede en la calle, en los templos, en espacios comunitarios. Es un país que se destaca por consumir cultura local, televisión, cine, música.
Sikkim, en particular tiene una historia compleja y luego de innumerables conflictos se unió a la India recientemente en el año 1975. Los habitantes tienen una idiosincrasia muy diferente al resto del país y atraviesan una transición cultural que oscila entre preservar su identidad e insertarse socio-políticamente en el contexto actual. Esta situación genera que la población sea muy activa políticamente.
La televisión en el hogar funcionaba como un momento más de esparcimiento y encuentro familiar. La programación es muy extensa, cientos de canales que transmiten programas de noticias, deportes, yoga, clásicos, videoclips de hindi pop que tienen que ver con los últimos estrenos del cine de Bollywood. Es muy notable la influencia que tiene esta música, sobre todo en los más jóvenes que saben todas las coreografías. Hay sólo tres canales de Sikkim, generalmente de noticias, que resultan aburridos para la audiencia local.
– Un miembro de la familia que retratas te sirvió como traductor para el film, pero ¿cómo se desarrolla un guión en otro idioma que te es desconocido?
Había tenido la experiencia de contar una historia en otro idioma en mi película anterior que estaba hablada en Shipibo, y en esa ocasión realizamos las traducciones al final del rodaje.
Aquí el trabajo fue diario. Generalmente luego de la jornada, traducíamos con Baichung las escenas que habíamos filmado durante el día y eso me permitía entender y pensar cómo continuar el rodaje. Los personajes se comunicaban en su mayoría en nepalí, pero también en lenguas originarias bhutia, lepcha y tibetano. Fue clave contar con Baichung para comunicarnos durante la filmación con las personas que no hablaban inglés y también para poder tener el material traducido lo más fiel posible, ya que es muy difícil encontrar alguien que maneje todos esos idiomas fuera de la región.
– También entre los recursos para la película, acudiste al crowdfunding. ¿Crees que es una ayuda el poder contar con ello?
El modelo de financiamiento colectivo me parece muy interesante y valioso, no solo para juntar fondos sino también para difundir nuestras ideas, creo que es una red independiente para que los artistas se comuniquen directamente con el público evitando intermediarios. En nuestro caso el crowdfunding no funcionó a través de la plataforma, pero fue un punto de partida para poder presentar nuestro proyecto, y luego contar con la colaboración de familiares y amigos.
©José Luis García/Cinestel.com
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