“Las Preñadas”, de Pedro Wallace, el drama social de dos mujeres

Estreno en Argentina
Dos jóvenes mujeres embarazadas se ven forzadas a una angustiosa odisea cuando una de ellas siente que se acerca el momento del parto. Ambas viven en un pueblo fronterizo y buscan con cierto apuro que alguien competente de la sanidad atienda ese posible e inminente desenlace de la gestación que está llegando.
“Las Preñadas” es un drama social en el cual predomina la tensión subyacente entre dos chicas que están intentando buscar ayuda en el medio de un sistema de salud precarizado y también bajo la honda incidencia de una educación patriarcal que ha sido heredada.
Pedro Wallace dirige a dos talentosas actrices para este cometido: Ailín Salas, quien teniendo menos de 30 años de edad ya había rodado unas cuarenta películas; y Marina Merlino, quien actuó en el film “Regra 34” (2022), de Júlia Murat.
La película se pudo rodar gracias a un convenio que el INCAA suscribió con Brasil durante la época en que Liliana Mazure ocupó la presidencia del ente federal, un acuerdo que se ha desarrollado hasta nuestros días, salvando incluso algunos pequeños flecos que por fortuna ya quedaron en el camino. El equipo técnico que abordó el film fue en un 50% procedente de cada uno de los países. La mayoría de ellos no se conocía previamente y comenzaron a trabajar juntos diez días antes de iniciar el rodaje.
La idea de esta película surgió en 2012, momento en el cual Wallace hizo un corto y ya grabó una canción para ella junto a su hermano Mariano, para posteriormente, en el 2013, pasar a escribir la primera versión del guion, en 2016 se suma la productora brasileña; aplican, e Ibermedia les concede ayuda para el desarrollo, y por cuestiones de los gobiernos que había en aquellos momentos en ambos países, el rodaje del filme se demora varios años más, tras pasar por work in progress en lugares como Florianópolis o Viña del Mar.
Pedro Wallace responde las preguntas de Cinestel:
– ¿Las protagonistas del film tienen normalizada de alguna manera el tipo de violencia masculina que se percibe?
La violencia del hombre hacia la mujer no es únicamente en ese contexto social; ocurre en todas partes, en todos los estratos sociales. Creo que en una situación de carencia, escasez de recursos y desamparo, se profundiza mucho más en ese tipo de complicaciones y lugares, y aquí viene directamente relacionado con la historia de ellas dos y su vínculo con los varones. Una está mejor que la otra, pues el personaje de Juana (Salas), yo creo que ya transitó por lo que le está pasando a Carmela (Merlino).
– Pero también hay un tema importante sobre el que habla la película, y ése es el de la maternidad vista como un acto médico y como un problema.
Sí, ése fue el disparador de esta historia. En realidad, yo cuando era chico vivía en un pueblo muy pequeño y luego me mudé muchas veces en el interior del país. En un determinado momento vivimos dentro de la provincia de Salta, en una zona muy pobre, y yo era muy joven, así que mucho que hay ahora en la película son imágenes que yo tengo en la cabeza sobre lo que vi en mi infancia en ese lugar.
Un tiempo más adelante, en el 2009, sale una nota en el diario sobre una mujer que iba a parir y era del pueblo en donde yo vivía y a la que le ocurren cosas muy similares a las que yo estoy contando en esta película, porque ahí yo pensé que era algo que tenía que contar. Me resonó en mi interior y por eso me motivó a escribir este guion sobre algo que tampoco es exento de las grandes ciudades, el tema de la desatención del sistema médico por lo colapsados que están.
– También me refería a que las protagonistas de “Las Preñadas” son muy jóvenes y tienen bastante vida por delante, pero también muchos hijos ya. Aquí conviertes el parto en un acto doloroso y en una especie de odisea sanitaria. ¿Querías expresarlo así en el film?
Son dos cosas. Por un lado, hay esa violencia obstétrica hacia la madre que yo la he vivido con mi ex-mujer cuando ha tenido a mis hijas y también he escuchado incontables vivencias de situaciones que algunas otras amigas han vivido cuando iban a tener un bebé. Eso es algo que queríamos contar en la película. Y después hay otra anécdota que nos pasó cuando fuimos a San Antonio a hacer la peli, y fue que la gente del lugar nos decía que lo que narraba el guion pasaba allá todo el tiempo y me preguntaban si yo lo había escrito inspirándome en esa realidad.
Las dos actrices estuvieron diez días antes del inicio del rodaje conviviendo con la gente del lugar y escuchando muchas anécdotas e historias relacionadas con este tipo de mujeres, la maternidad y el parto.
Mi intención también era desmitificar un poco la idea de que los partos siempre son hermosos y que parir es divino, que el bebé no va a llorar y que no te cortan, no te cosen,… así que eso lo queríamos contar en la película.
– Y en cuanto a las locaciones, por ejemplo hay una secuencia en la que aparece un paisaje con cascada y al verla me estaba acordando de lo que significa en un parto el concepto de “romper aguas”, uniéndolo a ese escenario tan lindo. ¿Rodaste ahí con ese propósito?
La primera vez que fuimos a buscar locaciones, no nos mostraron ese lugar porque está escondido del pueblo a treinta kilómetros. Pero la segunda vez que lo intentamos, nos dijeron que había un espacio natural increíble que lo podríamos pensar para la película y cuando yo llegué, ya estaba todo el equipo de producción pensando cómo iban a hacer las tomas sin todavía haberme consultado qué es lo que yo había pensado. Y cuando lo vi les dije que las mujeres tenían que cruzar por arriba y efectivamente, vos lo entendiste, ése era el significado. Aproveché ese encuentro fortuito con el lugar para potenciar el relato.
– ¿Entonces tal vez la presencia de perros enojados en el film tiene igualmente un significado oculto?
Reflejan la violencia latente, sobre todo la patriarcal. Desde el principio entendés que Carmela le teme a los perros y en ese recorrido en el que ellas tienen que ir sorteando de dificultades, más lo que su amiga le va incorporando, eso es un elemento que ella tiene que vencer, aunque sea para que circunstancialmente adquiera una herramienta que le permita sobreponerse a determinadas situaciones.
El simbolismo del perro -y ella tiene unos perros bordados en el vestido- fue una inspiración de una compañera del equipo que cuando leyó el guion pensó en el libro «Las mujeres que corren con los lobos», donde hay un cuento que se llama «Cinco Lobitos» que habla sobre la maternidad.
Es cierto que hay que fijarse mucho para darse cuenta de que en el pecho de Carmela hay bordados dos lobos, así que es un significado más a lo que queríamos contar.
– Y en ese sentido también es notoria la poca presencia masculina en la película, pues ellos están desentendidos de lo que es la situación, ¿no es así?
Ahí hay dos vertientes. Por un lado es así, que hay una desatención, pero también nos pasa a los varones muchas veces, sobre todo cuando tenés que trabajar tanto para mantener a tu familia, que trabajan catorce horas por día dentro de una fábrica y si su mujer se descompone, no pueden salir. Así que, desde ese igual, también está desamparado el varón.
Entonces, el varón está ausente, pero por más que intente “paternar” y acompañar, está impedido porque las propias realidades no se lo permiten. El marido de Juana está trabajando; no es el dueño de una fábrica que puede manejar sus tiempos. El de Carmela ya es un poco más complicado.
– “Las Preñadas” está dedicada a Carioca, que es el alma del filme, pero ¿quién es él y qué le pasó?
Carioca era el gaffer (iluminador) brasileño y en 2022 falleció de repente. Él era de verdad el espíritu alegre y bailarín en aquel rodaje tan intenso y cronometrado, porque teníamos los tiempos y el presupuesto muy acotados. Además hacía mucho calor porque filmamos en diciembre. Acá en ese mes son 47 grados y en Misiones nos achicharrábamos. Su muerte fue un golpazo para todos porque a los seis meses de terminar el rodaje tuvo un paro cardíaco instantáneo y le dedicamos la película a él por eso.
©José Luis García/Cinestel.com