«La mañana no comienza aquí» de Iván Ávila Dueñas; viaje al entorno

El realizador zacateco Iván Ávila Dueñas nos participa en sus películas de una realidad que tiene que ver con las imágenes y el reflejo de la luz como base constante y evocadora de propuestas muy arriesgadas en un cine que nos acerca mucho a las formas de Reygadas o Alonso por la parte animadora de sensaciones que tiene. «La mañana no comienza aquí» forma parte de ese cine paralelo al de entretenimiento que está basado en la imaginación del espectador y que, en este caso, compara la vida de dos chicas de alrededor de 20 años que viven en entornos disímiles.
Ambientada en el México contemporáneo, la película nos muestra a una de las mujeres que quiere llegar a ser DJ y a la otra que es una pastora de cabras en un rancho en Zacatecas que se llama «El Verde». El filme habla sobre estas dos historias y de las dificultades que atraviesan ambas en ese periodo de edad en el que se encuentran, en su primera etapa laboral, con una infraestructura limitada en los dos casos.
Paralelamente, se va manejando una especie de entramado más de lenguaje cinematográfico para tratar de que estos dos elementos tengan un punto de conexión. Y lo acaba teniendo por el lado de las emociones y los anhelos aunque su espacio vital sea tan diferenciado entre ellos. «La mañana…» es, por tanto, una película que nos transporta en un viaje hacia el entorno de ambas chicas, a su relación con los objetos y los seres vivos de su alrededor, y también hacia una visión de esos movimientos periódicos y ordinarios mientras se desplazan. Es ahí donde se nos puede ocurrir contrastar los tránsitos de grupos de trabajadores en el ferrocarril subterráneo de una gran ciudad con los que se generan a partir de la salida en manada de unas cabras por la puerta de un rancho en busca de un sustento alimenticio.
En el plano estético, no queda duda de que Iván Ávila sigue explorando con habilidad la belleza de observar, con una imponente y loable construcción fotográfica basada en su capacidad de transmitirnos con los encuadres seleccionados, la hermosura y la delicadeza de los objetos y del paisaje. La representación de las acciones corrientes de los personajes siempre quedan desde la perspectiva de quien las hace bajo la premisa de estar satisfecho con ellas aunque sea dentro de un territorio acotado, y las únicas acciones hostiles que se pueden ver en la película tienen que ver con la matanza de los animales para el consumo de su carne o la que implica montarse en un buey durante un rodeo. En otra observación del film, comprobaremos que la reiteración que un sintetizador musical hace mientras suena la música house también está presente, pero claro está que de otra forma distinta, en la música tradicional.
En la comparación de ambas protagonistas, tal vez haya espectadores que se fijen en la subversión que la vida contemporánea ha hecho de ciertas necesidades perentorias e indispensables en la vida de cada una y por ende, de todos nosotros. Quizá hemos dejado de oír a la tierra, y en el final de la película vamos a ver un encuentro cargado de simbolismo y algunas imágenes acerca de lo insignificantes que somos en cuanto a todo lo demás que nos circunda.
Ávila Dueñas explicaba en Ficunam que la idea del film surgió a partir de dos líneas principales, «la primera, una necesidad expresiva que tenemos los que deseamos hacer cine. Se te ocurren ideas y entonces hay que empezar a practicar y a experimentar para ver si, de esa idea que se te ocurrió, realmente puede salir una película o no. La otra es la necesidad del filmar algo en un tiempo corto y ahí empecé a experimentar con un género más naturalista, mucho más cercano a la vida real, menos intervencionista, gente real en su vida y a partir de ese registro directo, ver de qué manera sucedía su vida y paralelamente, en algún momento, profundizar con ello interviniendo en el sentido plástico». La conjunción de ambas estructuras dramáticas y su ordenamiento cronológico, formaron un todo que es una historia de ficción ideada a partir de la observación de dos vidas en apariencia muy distintas, pero decantándose por un concepto en el que se trata de resaltar ciertas confluencias o semejanzas en el terreno de las emociones, el recreo y las aspiraciones.
©José Luis García/Cinestel.com