Con fotonovela incluida, novedosa forma de estrenar «Mapa para conversar» en Chile

La directora de “Mapa para conversar”, Constanza Fernández, encontró una novedosa manera de complementar el trabajo de su película: hacer una fotonovela homónima, utilizando el formato clásico de los años ’60 y ’70. Es así como en 84 páginas, utilizando fotogramas y diálogos del filme, se relata la misma historia de la cinta; que trata de una joven madre soltera que tiene dos mujeres fuertes en su vida: su novia artista del post-porno y su desaprobadora madre. Cuando las tres mujeres salen a navegar por el día en un velero, la excursión se vuelve turbulenta y las emociones y acciones tan imprevisible como el mar. Contada con humor y aciertos fotográficos, Mapa para Conversar, explora la lucha por comprender y aceptar a aquellos que amamos.
“Mapa para conversar” es una película que indaga en temas como la familia, la integración de la homosexualidad femenina y el amor, a través de tres mujeres que en alta mar intentan establecer puntos de encuentro entre generaciones que parecen irreconciliables.
El film toma como referente a una película de Polanski, “Cuchillo al Agua”: un tratado sobre la masculinidad que se cuenta en un entorno burgués y donde una pareja invita a navegar a un tipo que les había hecho dedo en el camino, dando pie a una lucha de egos frente a la mujer. ”Yo quería hacer lo propio con la feminidad”, concluye Fernández.
“La fotonovela es mi chiche y espero que llegue a ser un objeto de culto para los que conecten con la película”, sostiene la realizadora sobre este folletín que tiene 2.500 ejemplares que están siendo repartidos en todos los kioscos y tiendas especializadas del país desde este jueves 14 de junio, al mismo tiempo que “Mapa para conversar” se estrena en los cines de Santiago.
Sobre las razones que la llevaron a realizar la fotonovela, Constanza explica que desde su perspectiva la película “no merecía darse a conocer por medio de pegatinas en los paredes que a los dos días serían cubiertas por el siguiente concierto; sino tener presencia nacional a través de los kioscos de todo el país y librerías”.
A ello se suma que tanto a ella como al equipo, “nos pareció una forma complementaria y artística para afrontar la exhibición de la película en salas de cines, prolongando así la vida de su contenido y poniendo en valor el trabajo de guión y fotográfico de la película con una obra editorial como esta”, comenta.
UN PROCESO ESPECIAL
Constanza relata que después de haber visto terminada “Mapa para conversar”, se dio cuenta de que la cinta tenía un guiño fotonovelesco que se le servía para crear una obra alternativa. “Estaba frente a una historia que de muchas maneras bordeaba con el género del melodrama en cuanto a constituir una historia de amor y de desamor que expone los sentimientos y que no teme a que el espectador se emocione con ello. También las actuaciones y sobre todo el texto -lleno de sutilezas y citas-, creía que merecían una atención más sosegada, aquella en que vuelves atrás para revisar lo que le había dicho antes un personaje a otro”, dice.
Claro que el proceso de transformar la película a una fotonovela no fue fácil, pues el género combina varios formatos: el cómic por la presentación en la página y el sistema de leyendas; el cine ya que adopta la representación visual, en la que domina el
primer plano; y la literatura en la forma de los diálogos.
En este sentido, la realizadora confiesa que al adaptarse a este soporte “modifica el contenido quiéralo o no”, sobre todo en cuanto a los diálogos, ya que cuando “estos van escritos en globos, tienes que volver a pensar en la esencialidad de cada uno de ellos”; aunque reconoce que no hizo muchos recortes a lo que se ve en la pantalla grande.
Otra decisión compleja que debió afrontar es que papel se editaría: “Si bien no quería perder la paleta de colores de la película que habla de su contenido, tampoco quería asemejarme al papel couché de las revistas de hoy. Así que finalmente trabajamos con papeles hilados dando la rugosidad vintage, pero mantuvimos el color”, manifiesta.
La fotonovela “Mapa para conversar” tiene un valor de $3.000.
Mientras que la película “Mapa para conversar” se exhibe en cines desde el 14 de junio en: Movieland La Dehesa, Movieland La Florida, Centro Arte Alameda, BF Huérfanos, Cine Arte Normandie, Cinemundo Los Domínicos.
©Elariquenio.com/Fuente: Andrea A. Carvajal