«Nosilatiaj. La Belleza» de Daniela Seggiaro; quitar sin pedir permiso

El poco afecto y respeto por las costumbres, las tradiciones y la cultura de los pueblos aborígenes es ancestral y la salteña Daniela Seggiaro quiso reflejarlo en su primer largometraje de una manera alegórica y simbólica. Yolanda tiene una hermosa y amplia cabellera que es el don que le transmitió su abuela al nacer, pero se la van a arrebatar sin preguntarle, de una manera abrupta, en una visita a la peluquería.
Ella es una chica tímida que vive en el Chaco, sus padres se separaron y tuvo que ir a trabajar como mucama (criada) domestica en la casa de una familia criolla numerosa y humilde que están organizando la fiesta de quinceañera de su hija Antonella que baila danzas españolas y que piensa hacer una representación en tal acontecimiento.
Algunas partes de la película están habladas en la lengua Wichí Lhämtes. Los criollos tratan a Yolanda con respeto y algunas veces paternalismo, pero no deja de rondar cierta atmósfera de sutil deprecio hacia ella en unas actuaciones buenas en algunos casos y aceptables en otros. El film indaga en el hecho de que la diversidad cultural de Salta no está reconocida ya que algunos lo contemplan como algo homogéneo, como si lo salteño fuera todo igual.
El inesperado corte de pelo provoca en la criada una fuerte depresión y la madre de la familia criolla intenta tapar ese descontento con la compra de un vestido para que lo luzca en la fiesta y con un nuevo peinado rizado por permanente. Sin embargo, la idea que insistentemente ofrece la película es adivinar cómo interpretamos el concepto de la belleza: para la comunidad Wichí es la naturaleza viva, las convicciones y creencias lo que importa; para la familia criolla lo importante es lo superficial y el reconocimiento que reciben de los demás, mientras que la aceptación de lo diferente es lo de menos, los hijos dicen ¡qué asco! a la comida y la madre se queja de un golpe fuerte que siempre suena al cerrar la puerta de la cocina, pero nunca le pone remedio.
Con una fotografía encuadrada casi siempre en planos fijos, en «Nosilatiaj. La Belleza», Daniela Seggiaro hace un film en el que se ve un corte arbitrario de pelo pero pensando en otras mutilaciones que tienen lugar en Salta como es la tala de árboles en el monte chaqueño, lo que antes se llamó el Gran Chaco, mientras avanza la plantación de soja transgénica. Siempre son decisiones de foráneos que no valoran a los que allí viven y que prefieren cortar o quitar cosas sin pedirles permiso.
©José Luis García/Cinestel.com