“Ojos de Arena” se basa en dramas reales para desarrollar un thriller

Estreno en Buenos Aires
Una Fiscalía que no recibe ayuda en sus investigaciones, con grandes dificultades para seguirle la pista y miedos de las personas afectadas y sus familiares. Este es el conjunto de problemáticas que desarrolla “Ojos de Arena”, una película de Alejandra Marino que pone el foco en un delito que sigue existiendo hoy en día en la Argentina: el de la desaparición infantil por parte de redes de trata de personas.
Junto a Marcela Marcolini, la realizadora hace recaer el peso principal del relato en la actriz Paula Carruega, quien construye un personaje ligado al territorio de la Justicia que ha acabado padeciendo en primera persona ese desastroso tráfico de niños.
Como claramente define una parte de la sinopsis del film: “El camino es búsqueda incesante y aunque la verdad sea espanto, echa luz sobre la esperanza”.
En contrapeso a la actividad de la protagonista, la película desarrolla otros personajes, algunos de ellos claramente contradictorios, a partir de los cuales se ha querido transmitir toda esa atmósfera perturbadora que ha sido desencadenada a partir de la protección legal que Carla, la protagonista, estaba proporcionando a una joven captada por la trata.
El encuentro con otra familia afectada que ha perdido a su hijita y la aparición en escena de una vidente que ronda por la zona tratando de encontrar pistas acerca de su nieta secuestrada, son dos elementos que acabarán determinando la posible resolución de ese conflicto tan grave que involucra a menores de edad.
Alejandra Marino responde las preguntas de Cinestel:
– ¿Cuál fue el punto de partida de investigación para el guion? ¿Hiciste un seguimiento de noticias sobre el tema durante un largo tiempo?
Todo ocurrió hace ya unos cinco años, mientras estábamos escribiendo el guion con Marcela Marcolini, con quien ya veníamos trabajando juntas desde hacía bastante tiempo, y vimos toda una cantidad de noticias que tenían que ver con trata de niños, pero no solamente en Argentina.
Si a eso le unimos una serie de pasillos que había en la terminal de colectivos de Buenos Aires, dedicada a los viajes internacionales, que están tapizados de fotos de niñes buscados, ambas cosas fueron el disparador y a partir de allí comenzamos a investigar casos y a construir una ficción.

Alejandra Marino, directora de “Ojos de Arena”
– Y dicho de otro modo, el argumento de la película estaría basado en las dificultades para seguir la pista de un grave comportamiento delictivo. ¿No es así?
Sí, el argumento de la película se basa también en lo que genera en las familias no encontrar respuestas en la búsqueda, así como en la connivencia que hay entre distintos poderes como son la policía y el poder judicial. De hecho la protagonista pertenece a ese sistema como psicóloga de una Fiscalía, y lo conoce bien.
Así que, más que nada es una historia basada en eso; en qué es lo que les pasa a las personas y después en el saber que un segundo sin que busques, sin que encuentres, es un segundo que está perdido. De ahí también tiene que ver el título y la figura de la arena.
– Si bien el personaje de Victoria Carreras es clave en el desarrollo del relato, parece imponente para el espectador el papel introspectivo y deprimido que representa Ana Celentano. ¿Tuvieron que hacer muchos ensayos para conseguir esa profundidad artística?
En el caso del personaje de Ana Celentano ciertamente trabajamos mucho el estado en que ella está en la película. Ana es una actriz extraordinaria y trajo propuestas que debatimos. Al final me parece que su personaje quedó muy bien.
Ese mismo trabajo hicimos con la protagonista, Paula Carruega, y con su compañero en el film Joaquín Ferrucci, ya que en los ensayos básicamente trabajamos en principio la cuestión de personaje y luego los vínculos entre ellos, para preguntarnos después qué significa este espacio vacío que queda luego de algo tan trágico; y también el deseo y la búsqueda de esperanza.
– ¿Cuidaste que se respetara la paridad de género entre el equipo de producción y rodaje de la película?
Sí, la paridad de género ha sido buscada. Creo, como tantas compañeras y compañeros, que si nosotros estamos bregando por esto, por igualdad de oportunidades, hay que hacerlo. Justamente estrenamos la película en un cine que queda a dos cuadras del Congreso donde se sancionó la Ley de Cupo Laboral para la comunidad trans, así que estamos en la búsqueda de esa igualdad.
Es importante entonces que cuando armamos equipo haya paridad y fundamentalmente en la cabeza del mismo.
– ¿Y cómo piensas que va a ser visto el film por las familias de víctimas de ese tipo de delitos? ¿Han podido ver la película previamente a su estreno?
No, las familias víctimas no han visto la película antes de su exhibición en salas. Pero por otro lado, las asociaciones que se encargan de las búsquedas, como Missing Children, son también muy respetuosos de las difusiones porque saben que los sistemas de búsqueda tienen que ser muy cuidadosos y quisiera yo saber cómo lo toman las familias que están pasando por esta situación tan tremenda.
Nosotras desde el guion quisimos dar lugar a la esperanza, aunque sabemos que es complicado, y ojalá la película, más allá del seguimiento de los personajes y de la construcción del guion y sus roles dentro de la ficción, nos pueda animar a continuar la búsqueda y a pensar que no siempre todo está perdido.
Nosotras en Argentina tenemos un ejemplo maravilloso que es el de las Madres y el de las Abuelas, así que sabemos de desapariciones y de búsquedas y de encuentros también.
©José Luis García/Cinestel.com