«Pérez» de Álvaro Viguera, amor no correspondido
Estreno en Chile: Santiago, Viña del Mar y Temuco.
Acaba de ser exhibida en el Festival Internacional de cine de temática rural Arica Nativa 2012 y ya se encuentra en salas comerciales la película ganadora del premio al mejor director en el SANFIC 8 de Santiago de este año, «Pérez», una historia de conflicto en el terreno de los afectos familiares.
«Pérez» es una adaptación de la conocida obra teatral de Elisa Zulueta que presenta a un padre díscolo e irresponsable completamente ausente de su rol como progenitor pues no quiso ni supo atender como tal a su hija Roma.
La película es uno de esos escasos reencuentros cuando ella tiene 22 años y la invita a una cabaña de campo para intentar recuperar el espacio perdido. Es ahí donde Roma desplegará todo ese odio visceral acumulado hacia la figura del padre con frontalidad, crudeza y humor negro.
Nos cuenta detalles el director Álvaro Viguera.
– ¿Cómo tomaron los actores el cambio interpretativo del teatro al cine?
Conversamos harto, se habló mucho, se hizo un trabajo de mesa bastante profundo y lo que más se hizo fue bajar las actuaciones, profundizarlas, sobre todo las emociones, y tener muy claro lo que íbamos a filmar ya que fueron muy pocos días de rodaje en los que los actores tenían muy claro qué es lo que había que hacer.
Para ello hubo que cambiar varios puntos de vista de los personajes, no tanto la historia que se mantiene igual, sino asumir ciertos conflictos que había en el interior de la historia desde un punto de vista distinto que yo le quería dar como director respecto a la obra de teatro donde las actuaciones eran más exacerbadas y distintas.
– En teatro los actores tienen que alzar un poco más la voz que en el cine. ¿Esto supuso alguna dificultad para ellos?
En teatro también hay obras en las que se habla muy despacio, es decir, depende del lenguaje. Lo que sí es cierto es que en el teatro se hablaba mucho más que en la película, siendo que la película tiene harto texto pero se cortó mucho del original sin que se haya sacado una fotocopia de lo que se hablaba en la obra para la película. Hay una síntesis bastante profunda. De hecho el primer corte de la película duraba el doble de lo que dura ahora y ahí hubo un trabajo también de guión.
– La historia que narras tiene que ver mucho con el deseo de los afectos pero también con celos enfermizos. ¿Te parece así?
Pérez nunca se hizo cargo de su hija. Es un tipo bastante simpático, bastante alegre, pero que no mira mucho hacia atrás, no tiene mucha reflexión y se evade un poco.
Entonces él invita a su hija Roma a pasar un fin de semana a su cabaña y al llegar se encuentra con que él convive con su pareja joven y eso no le parece nada a Roma y ahí empieza un triángulo de conflicto de sacarse un poco en cara cosas del pasado, Pérez trata todo el tiempo de arreglar, también su pareja, pero ella, la hija, es muy insistente y muy incisiva en su punto de vista.
Y claro, también podríamos hablar que aparecen los celos y podríamos hacer esa lectura de que hay muchos celos también en la película.
– Es un ejemplo más de lo que se denomina una familia disfuncional.
Sí, de todas maneras la película también quiere plantear esa reflexión acerca de las nuevas estructuras familiares, sobre todo en Chile donde es un país bastante conservador. Creo que esas nuevas formas se abren cada vez más paso y ya hijos tuyos, míos, de otros, papás jóvenes, viejos, del mismo sexo, configuran un nuevo paradigma y la película invita a eso, a reflexionar sobre que no por tener una estructura familiar distinta uno tiene que desentenderse de sus hijos.
– ¿El que ellos mismos hayan representado esta obra decenas de veces en el teatro te ayudó para la película?
Claro, sí, porque ellos lo tenían todo bastante claro y además son gente que había trabajado en cine y televisión y entonces también entienden ese lenguaje. No es que tuvieran que adaptarse unicamente desde el teatro.
– A veces ocurre que algunos autores literarios están disconformes con el resultado fílmico. ¿Qué opinión tiene la autora del texto Elisa Zulueta una vez que ha visto «Pérez»?
A ella le gustó mucho la primera vez que la vio. Yo cuando tuve el primer corte se lo mostré a ella y a los actores. Elisa trabajó mucho en la etapa del guión y eso a mí me alegra mucho y me tranquiliza porque, como dices tú, pudiera ser que me la hubiera tirado por la cabeza y me hubiera pedido explicaciones siendo que la obra fue tan exitosa porque llegó mucho a la gente, el tema, los actores, cómo estaba hecha,… entonces echarla a perder era un riesgo pero por suerte a todos nos tiene contentos.
– Sí que es verdad que muchas veces cuando has visto una obra de teatro está el aliciente de poder verla en cine porque también te ayuda a recordar aquellos momentos que más te llamaron la atención en el teatro aún con el riesgo de la comparación.
Hay varios fenómenos, pasa ése o que la gente te dice que por qué no pusiste algún detalle concreto de la obra y comparan. Gente que no vio la obra no tiene una idea predeterminada y ve la película como una película y los que la vieron tienden a compararla de manera natural porque la tiene en la cabeza, recuerda ciertas cosas y a mucha gente les gusta mucho más la película y hay otros que te dicen que se quedan con una parte concreta de la obra teatral y entonces van como a detalles, pero en general la recepción es buena.
©José Luis García/Cinestel–El Ariqueño