Hugo Grosso nos habla sobre su enigmático filme “Perros del Viento”
Estreno en Argentina
Algo extraño sucede de tanto en tanto a los perros que pasean por un parque de la ciudad de Rosario. Un guionista transmedia argentino que reside en España regresa a Santa Fe para averiguar alguna cosa acerca del tan insólito misterio.
Aunque Hugo Grosso es un realizador audiovisual muy activo, lo cierto es que su anterior largometraje de ficción hecho enteramente para el cine es de hace 15 años, cuando lo entrevistamos acerca de “A cada lado” (2007).
Ahora estrena en salas de múltiples ciudades argentinas “Perros del Viento”, su nueva película que es una puntiaguda historia que mezcla unos hechos sorprendentes con amores secretos cruzados a partir del retorno de un emigrado a Europa, quien mientras intenta esclarecer esos sucesos, regresa inevitablemente a su propio pasado sucedido en esa localidad ribereña.
Nos encontramos frente a un relato de ficción que busca equilibrar las diferentes tensiones que existen en el universo de sus personajes. Obviamente los malentendidos y las contradicciones no tardarán en llegar, y éstas son desarrolladas en el film a través de las actuaciones de Luis Machín, Gilda Scarpetta, Roberto Suárez, Lorenzo Machín y la española Estrella Zapatero, así como con la participación esporádica de Carlos Portaluppi y Marta Lubos.
El inicio del rodaje tuvo que posponerse a consecuencia de la crisis provocada en el año 2020 y afortunadamente ahora acaba de ser posible ver la película en una gran pantalla. Hugo Grosso nos revela algunos de los entresijos de este proyecto:
– ¿Quisiste confrontar cómo influye lo que se dice a través una pantalla televisiva en una historia de misterio como la del film?
En realidad lo que dispara la película es un fenómeno que ocurre realmente en la ciudad de Rosario, que es que los perros, por alguna razón que no podemos reconocer, se suicidan sin un motivo aparente, se desprenden de sus amos cuando les liberan la correa y se arrojan al vacío, y para procesar esa información creamos una especie de programa sensacionalista de televisión que trata sobre la etología, que es la ciencia que estudia el comportamiento animal, porque ahí hubo algo que a mí me gustaba de cruzar la realidad con la ficción, debido a que me parece que en realidad los medios son en general ficción. Todo lo que vemos en televisión, e inclusive los informativos que tratan la realidad, la tratan de una manera totalmente ficcionada y articulada desde un punto de vista de un guion, de la estructura, y de los protagonismos de quienes transmiten la noticia.
Entonces me gustaba esta idea de que un hecho real se convirtiera en una ficción y procesarla a través de ese vehículo que es un programa de televisión, -que en realidad es un espacio visual para un sitio transmedia-, y que de alguna manera contiene distintos recursos como una revista y un videojuego, es decir, distintas articulaciones, pero lo que nosotros vemos es la grabación de una especie de programa documental.
Ése sería el origen de la cuestión, pero en realidad es la escusa para hablar del comportamiento humano y una especie de vinculación con lo que les pasa a los perros. Los personajes son una personas que están rondando los 50 años y que se empiezan a plantear qué han hecho de sus vidas y a ver ese pasado desde un punto de vista un poco revisionista, y de algún modo se sienten angustiados o alterados al punto de saltar al vacío como les pasa a los perros. Ahí está el nexo entre la realidad y la ficción.
– Y uno de los principales componentes de “Perros del Viento” es el enigma, lo inexplicable. ¿No es así?
Sí, a mí me interesaba hablar sobre esta cuestión de la reflexión. Yo creo que todos en algún momento de nuestras vidas pasamos por ese momento en que, por algún fenómeno que se desencadena, necesitamos repensarnos a nosotros mismos. ¡Dichoso el que lo hace constantemente y se puede ver a sí mismo! Porque en realidad es bastante difícil. Y en ese proceso, cuando uno destapa esa olla puede pasar cualquier cosa inesperada que lo transforme a nivel visceral, sensitivo,… ya no pasa por la razón, sino que está en el pecho o en algún otro lugar del cuerpo.
Me interesaba hablar de eso y pensaba que para hablar de ello, yo no quería hacer creer que eso le pasaba al personaje porque había algo que lo llevaba a algo especial, a un diagnóstico terminal y a partir de ahí replantearse la vida. No. Me gustaba la idea de que el personaje atravesara eso y que a partir de que decide volver por una causa “nimia” como es investigar un fenómeno real, se empieza a encontrar con cosas que no pensaba y eso lo trastoca totalmente y a su vez altera el entorno, -los que interactúan con él también se ven modificados por esta suerte de inminencia de que algo va a pasar-, con un límite entre el estallar o el quedar contenido.
– Y en el lado emocional también nos encontramos con una historia de amores cruzados a través de la cual los personajes se interrelacionan.
Sí, porque la idea era hablar un poco sobre la institución matrimonial, que son las cosas que quedaron y que promueven la reflexión sobre el pasado y a su vez el perro como “el moño” de esa condición de personas casadas, donde el matrimonio se cierra con el niño, un perro y una casa donde se pueda estacionar el auto: el pensamiento burgués básico. De ahí que la presencia de ese tercero que pertenecía al triángulo amoroso viene a romper, a repensar todo y a desequilibrarlo nuevamente. Y a su vez, el personaje que viene también dejó una historia pendiente en España que no pudo cerrar debido a que no había podido resolver lo anterior. Sin entrar, por supuesto, en una cuestión romántica ni en moralina, sobre todo en lo que se refiere a estos personajes que van recorriendo su camino y les van pasando cosas que los sacan de su zona de confort.
– A mí “Perros del Viento” también me provoca una reflexión en torno a los hijos, pues hay gente que parece haber sustituido el amor de hijo por perros u otros animales, e igualmente veo un cuestionamiento explícito que tiene que ver con los hijos, encarnado en uno de los personajes. ¿Es algo en lo que vos pensaste previamente o he sido yo al verla?
Me encanta tu reflexión y del algún modo me halaga, porque yo también me pregunto de quién son esos hijos. Si uno tuvo una relación de pareja y hasta proyectó un hijo en un momento orgásmico y de planificación de la vida, ese hijo puede ser tanto de esa combinación como de otra, pero generacionalmente corresponde al mismo deseo de vida, de reproducción, llevándolo inclusive al terreno animal con la reproducción menos planificada e instintiva.
Entonces cuando aparece la figura del hijo y este personaje que vuelve a la ciudad empieza a replantearse si ese hijo no pudo ser de él, -inclusive su ex-pareja le dice que no es de él, pero no sabemos si se lo dice porque es así realmente o para sacárselo de encima-, eso es algo que uno repiensa hasta para su propia relación con sus hijos y ve la inestabilidad que le genera a quien duda de que sea un hijo suyo.
– Incluiste a una actriz española en el elenco llamada Estrella Zapatero. ¿Es porque se trata de una coproducción?
No es una coproducción. Intentamos algunas líneas en ese sentido, pero no prosperaron. Honestamente no quiero ser del todo certero en esto, porque no tengo toda la información ya que es una competencia del área de la producción, pero llegó un momento en que pensamos que la película de algún modo cerraba con un número que nosotros habíamos logrado tener de recursos, y nos parecía que si la abríamos demasiado hacia una coproducción iban a venir ciertas imposiciones como combinación del equipo de ambos lados, y en la Argentina está muy difícil desde el punto de vista de la estabilidad económica el garantizar que vos le podés pagar a una persona que traés de afuera todo lo que necesita para estar.
En el caso de Estrella, ella estaba viviendo acá por razones personales y entonces ya la habíamos contactado y nos venía bárbaro, más allá de que su laburo me gusta mucho y tuve un vínculo muy lindo con ella en cuanto al compañerismo y a la solidaridad durante el trabajo.
– ¿Y el hecho de que en Rosario, a orillas del río Paraná haya un lugar que se llama Parque de España te influyó a la hora de elaborar el guion?
Bueno, al primer momento de hacer el guion yo jugaba con un personaje que en un inicio se sintiera rechazado por lo que él considera que era una relación afectiva muy fuerte o una cuestión muy pasional, ella le dice que no, que no se va con él, y mi idea era que, jugando con cierta cosa de la argentinidad, que él se exiliaba a Brasil. Un exilio pobre, un exilio no heroico como en general los exiliados políticos que cruzan el charco y van a España, Italia, Alemania,… Esa era la idea que me gustaba, un tipo que no podía volver por una cuestión emocional, pero que en realidad estaba a mil kilómetros, no estaba tan lejos.
Pero después, cuando até cabos de que la cosa ocurría en el Parque de España, un lugar que se hizo para conmemorar los quinientos años de la conquista española y es como un modelo de una cosa europea enquistada en el medio del río Paraná que rompe lo agreste porque ahora la ciudad creció mucho, pero en el momento en el que se creó -en el año 1994- era una cosa muy llamativa que rompía visualmente el paisaje. Inclusive si vos lo ves desde el río, hay toda una barranca de arcilla y de pronto aparece una masa roja de ladrillo que es muy fuerte estéticamente.
Entonces cuando todo eso empezó a funcionar en mi cabeza, pensé que lo más lógico era haber ido desde el lugar donde están los perros a España y volver, como más directo. Y lo de Brasil tendríamos que haberlo explicado, por qué era ahí y no en otro lado. Por eso me pareció más sensato que fuera en España.
– ¿En la Argentina actual, más allá de Buenos Aires destaca la intensa producción de cine de Santa Fe y de Córdoba?
Sí, ahí tenemos una especie de disputa interna. Córdoba ha crecido muchísimo en términos de producción porque tiene una política audiovisual muy rigurosa y proteccionista de la producción local. Y Rosario tiene más pasado en cuanto a que las históricas escuelas de cine y televisión de Santa Fe de los años 50 y demás habían quedado presentes y permanecen desde el advenimiento de la democracia. Entonces nosotros corríamos con cierta ventaja, pero Córdoba con su Ley de Cine -que Santa Fe no tiene- hizo progresos.
No obstante hay lugares que están avanzado mucho porque a partir de cierta idea de federalización de la Escuela Nacional de Cine (ENERC), se han llevado delegaciones a distintas zonas del país, como Misiones, Formosa, Jujuy, Salta,… y son cosas que están pasado en una lucha que tenemos los cineastas que no estamos en el epicentro de la industria audiovisual nacional, que es tener la posibilidad de una alternancia de voces, la presencia de comportamientos, de historias, de cultura de otras regiones que no sean la centralidad porteña.
©José Luis García/Cinestel.com