«Solo» de Guillermo Rocamora; buscando nuevas oportunidades
Estrenada en Buenos Aires el 2 de julio 2015. Artemultiplex, Malba (sábados 18 hs) y Gaumont (desde el 9 de julio)
El realizador uruguayo presentó su ópera prima en largometraje de ficción en la que nos descubre a Nelson, un músico de 45 años de edad que lleva tocando la trompeta en la orquesta de la Fuerza Aérea durante más de veinte años. Después de que su mujer lo abandona, Nelson cae en una depresión al creer que no ha logrado nada significativo en su vida. Su afición a la música y un concurso que anda a la zaga de nuevos talentos es lo único que consigue mantener estable su existir con la esperanza de poder mostrar sus habilidades y posiblemente alcanzar sus sueños de estrellato.
Al mismo tiempo, la Fuerza Aérea propone a Nelson la posibilidad de postularse para una promoción inminente, pero tendría que viajar a la Antártida en la fecha exacta de la final del concurso musical, obligándolo a elegir entre su carrera militar y el sueño creativo de toda su vida. El director Guillermo Rocamora explica para Cinestel cómo concibió esta historia:
«A nosotros nos interesaba trabajar con un personaje que fuera músico y que hubiera escogido participar en la banda militar como un trabajo y una posibilidad de mantener a una familia así como de tener un trabajo estable remarcando que la cosa militar ha influido mucho en su vida y lo ha absorbido».
– Es una persona idealista que además parece tener ciertos problemas de dinero porque lo quiere dedicar a ese anhelo que tiene él de ampliar su campo en el terreno musical. ¿Sus contradicciones van por ese lado?
Sí, para mí lo que le sucede, después de algunas cosas que le pasan en su vida personal, es que tiene esa sensación de que no ha logrado nada en la vida desde el punto de vista musical e intenta retomar lo que era su carrera antes de su acceso a la banda de la Fuerza Aérea, para volver a recuperar esas canciones y la ilusión de grabar un disco también, que nunca había grabado.
– ¿Y es esa obsesión por la música lo que le lleva a tener problemas en el terreno sentimental?
Sí claro, la situación emocional de él es compleja, tiene un matrimonio de muchos años que se ha ido desgastando mucho y donde hay una falta de comunicación, porque están unos terrenos que no se transitan y entonces, una vez que la mujer lo deja, él encuentra un poco de afecto en otra persona pero que es fruto de una búsqueda desesperada para sentirse reconocido y querido. Yo creo que también, el volver a tocar y a cantar es de por sí, un poco parte de esa búsqueda con la que intenta abarcar lugares más allá de lo militar e igualmente sobresalir de entre el resto de los compañeros.
– En «Solo» se escuchan pequeñas piezas musicales de no mucha duración, porque en una película tampoco se puede abusar de ello, y todas las comenzamos a escuchar en diferentes momentos muy repartidos durante film, excepto cuando anuncian La Cumparsita, que es un tango compuesto en el Uruguay, aunque mucha gente de fuera que lo conoce, no sabe que es uruguayo. Si bien son unas notas que seguro que están grabadas en la mente de los espectadores, ¿por qué no suenan en la película?
Lo que sucede es que La Cumparsita, la banda militar la toca habitualmente y ellos tienen una introducción que es con unos clarinetes que suenan como si fuera un enjambre de abejas, y al final en la edición, como quedó solo ese inicio tan repetitivo, decidimos no incluirlo; en cualquier caso, ese tango es un himno popular y cultural del Uruguay, declarado así por el legislativo de la nación y, como bien vos decís, sus notas están en la mente de todos nosotros.
– La película es una coproducción con la Argentina y contaste con actores argentinos. ¿Fuiste al país vecino a hacer un casting?
Sí, hicimos un casting allá, tenemos coproducción con Argentina, Holanda y Francia. De Argentina contamos con tres actrices muy buenas que son Marilú Marini, Claudia Cantero y Rita Terranova, que la verdad es que fue una experiencia buenísima porque las tres son actrices de larga carrera y con mucha experiencia, fue muy fácil trabajar con ellas y para mí fue muy importante contar con su contribución en el elenco. Con Enrique Bastos, el protagonista, también. Era su primera película y su buen hacer fue un gran apoyo para todos nosotros. Los coproductores argentinos nos apoyaron mucho, tanto en el casting como en la posproducción, que la hicimos también en la Argentina.
– En la trama de la película aparece la Antártida y te quería preguntar qué significa para un uruguayo ese lugar y la base que el país tiene allá. ¿Es algo que suena lejano?
Para nosotros, la base antártica uruguaya es como un orgullo para todos porque en el tratado antártico participan grandes países, históricamente habían sido potencias, y Uruguay se coló en esa lista como el hermano pequeño al que le dan un lugar y mantiene con mucho esfuerzo la base y siempre ha sido un pequeño orgullo nacional tener ese territorio y mantenerlo con todo el sacrificio que significa. A nivel de la historia servía como un lugar lejano al que querían enviar al personaje y además era creíble con nuestra realidad cotidiana.
– Antes de esta película habías hecho un corto y también participado en un film de Manuel Nieto. En estos años que lleva en vigor la Ley de Cine y un Instituto en Uruguay, ¿cómo ves la situación? ¿hay mejoría en el mundo del cine uruguayo?
Yo creo que sí que ha mejorado. Aún estamos lejos porque es una cinematografía pequeña y muy joven la del Uruguay, pero sobre todo yo creo que ha mejorado en diversidad, cada vez hay temáticas más variadas, surgimos realizadores nuevos y es muy interesante, pero todavía estamos muy lejos de equipararnos con Argentina, por ejemplo, incluso teniendo en cuenta la población ni siquiera estamos en proporción a ese nivel, estamos muy lejos y lo que ocurre es que se presentan cuarenta proyectos de repente para tres premios, por ejemplo. De esta forma, se hace difícil porque siguen surgiendo muchos proyectos pero el presupuesto que se destina es más o menos el mismo y eso le da una complejidad añadida. Yo creo que la ley, si bien fue un empujón muy grande en el 2008, hoy debería reciclarse y crecer muchísimo.
– ¿El impulso que os dan las coproducciones es importante también?
En Uruguay no se imagina una película sin una coproducción. Así como conozco algunos casos de la Argentina de películas que se hacen sólo con el apoyo del Instituto, para nosotros sería imposible porque el apoyo que te da nuestro Instituto son 137.000 dólares y después tenés otro fondo de la ciudad al cual podés acceder que son otros 100.000 dólares, pero con 237.000 dólares no hacés una película. Todavía estamos lejos en ese sentido y las coproducciones son pieza fundamental de todas las películas uruguayas.
– ¿La coproducción te garantiza el estreno en esos países que han coproducido?
Sí, claro. Todos los países coproductores tienen la obligación de estrenar la película y además el gusto porque han trabajado mucho y les interesa poder estrenarla y eso es interesante también para la visibilidad de la película.
©José Luis García/Cinestel.com