Fernanda Pessoa: “Tenía 15 años, me sentía rara, y no aceptada”
DocsBarcelona 2020
Ella reconoce que para una gran mayoría de latinoamericanos, los Estados Unidos “es como si fuera el único país del continente que, habiendo sido colonizado, funcionó” y que ése es el motivo por el cual es tan atractivo para muchos de ellos.
Fernanda Pessoa decide en 2001 sucumbir a esa imaginaria seducción y, a través de un programa de intercambio familiar, accede a la que después supo que es la ciudad más conservadora de la gran nación del Tío Sam. Mesa se llama, y está situada en el medio del desierto de Arizona, donde quizá pensó que allí podría vivir la experiencia del American Dream más genuino y total.
“Zona Árida” es una película que pone su énfasis en el hecho de que muchas veces no todo es blanco o todo es negro, sino que siempre hay un término medio que conviene valorar. Y justo cuando ha pasado un tiempo, es quizá el mejor momento para intentar hacerlo más acertadamente.
La realizadora es consciente de que en los países de Latinoamérica hay un enorme seguimiento de las películas americanas porque en ellas ven un modelo a seguir. Pessoa originó su deseo de querer estudiar en un colegio americano a través de los numerosos films que había visto. Y una vez allí se dio cuenta enseguida de que “es muy parecido a las películas, pero igual hay un lado muy duro que no está reflejado en esas historias; lo cual está muy escondido por esa capa del Sueño Americano”.
Por distintos motivos que expone el documental, tras la primera visita, Fernanda se dijo a sí misma que no volvería a pisar los Estados Unidos. Pero quince años después fue cuando se enteró a través de las redes sociales del alto conservadurismo que existe en la ciudad en la que vivió, aunque de muchas cosas que le sucedieron ya ni se acordaba, como fue el hecho de que casi había sido deportada: “Tenía 15 años, me sentía rara, no me sentía aceptada, y entonces pensaba que la culpa había sido mía porque yo no era una buena estudiante extranjera” -explica a Cinestel-.
Consecuentemente este filme posee un tipo de lenguaje visual y narrativo muy ligado al estilo conservador americano, acercándose igualmente al tono distópico que tienen gran cantidad de historias que con regularidad se cuentan en el cine de aquel país.
– Llegaste a los Estados Unidos justo cuando acababa de ocurrir lo de las Torres Gemelas de Nueva York. ¿Sentiste en ese momento algún rechazo por ser extranjera?
Pienso que en Arizona no había tanto esa sensación del “peligro que viene de afuera”. En ese Estado en particular, ellos tienen la cuestión de la frontera con México muy cerca y esa corta distancia para ellos es mucho más fuerte que la islamofobia que después creció mucho en el país, aunque no creo que llegara a Mesa.
Sí que me parece que hay una especie de xenofobia regular del país, en la cual si vienes de afuera, eres de afuera, es decir, no eres de allí, e inclusive eres un Allien. Y les da igual si vienes de Brasil o de México. Significas la misma cosa para ellos.
Allien es un término que surgió del gobierno. Yo no sabía a qué se referían cuando me llamaban así, no tenía ni idea, pero después empecé a investigar y resultó ser así de surrealista.
– Además, siempre se ha dicho que para la población estadounidense, el latino suele ser identificado como un chicano, aunque en realidad provengas de Brasil, ¿no es así?
Siempre. Ellos no sabían que en Brasil hablábamos portugués, y más aún tratándose de 2001, porque me parece que después con los gobiernos Lula, mi país ganó un poco más de relevancia en el escenario mundial y ahí también ellos supieron mejor qué es Brasil, que la capital es Brasilia, y otras cosas. Aunque en realidad les da igual, y para muchos de ellos abajo de la frontera sólo está México.
– Hay una señora que dice en tu película que ella es conservadora, pero que también es de mente abierta. ¿Crees que ambas cosas son compatibles en una misma persona?
No, y eso es una contradicción total. A mí me parece que es que ella no sabe lo que es el significado de la palabra conservador, y pienso que la película también está muy influenciada por este factor. Hablamos mucho sobre la vuelta del conservadurismo en Estados Unidos, en Brasil o en Europa, pero considero que esa definición posee muchos significados y, de hecho, se mantienen posturas diferentes que salen a la luz si comparas las creencias conservadoras americanas y las europeas.
Entonces, yo para la película quería entender si las personas se ven a sí mismas como conservadoras y si sabían lo que es ser conservador. Tratar de entender palabras que parecen muy banales, que las usamos en el día a día, pero que muchas veces no sabemos lo que quieren decir realmente.
– Y ellos defienden una cultura popular que, sin embargo, según se ve en el documental, también tiene sus influencias externas.
Cierto. Aquello fue México antes de que Estados Unidos se apropiara de Arizona después de la guerra que hubo entre ambos, y por eso hay mucha influencia de la cultura mexicana. De hecho, alrededor de un treinta por ciento de la población actual de Mesa son hispanos.
En aquellos lugares en los que hay estos conflictos, me parece que los norteamericanos tienen continuamente que reafirmar que aquello es Estados Unidos y que no es México. Todo el tiempo hay por su parte una tentativa de reafirmación de poder.
– “Zona Árida” también aborda el uso que ellos hacen de las armas de fuego. ¿Se puede llegar a entender estando allí por qué ellos pueden comprar armas tranquilamente en una tienda?
Para ellos, las armas están muy conectadas con la noción de libertad que algunos Estados tienen en el país. Piensan que es su derecho y su libertad el poseer un arma, y entonces argumentan toda una serie de justificaciones como puede ser el hecho de que en Arizona hay muchos animales en el desierto y que si vas a dar un paseo, un arma te protegerá de un oso o de un coyote. También se refieren a la violencia de aquellos que invaden las casas para robar. Poder tener un arma es para los americanos, la posibilidad de ejercer su libertad.
– Y al caso concreto de Mesa se le añade la idea colectiva que ellos tienen de estar viviendo en una especie de isla en el medio del desierto. ¿Se sienten muy aislados?
Así es. Mesa en particular es una ciudad que fue fundada por un mormón en esa ubicación, justamente para estar aislada del resto, porque hace mucho tiempo, cuando ese movimiento religioso empezó era muy perseguido y en aquel entonces no actuaban como ahora, porque practicaban la poligamia y hacían otras cosas que no eran exactamente tradicionales en la sociedad americana de aquel momento.
Cuando eliges vivir en un lugar como ése, también es porque quieres estar aislado de algo más grande que tal vez tendría mucho que ver en nuestros días con aquellas comunidades que no quieren la globalización, ni al extranjero, ni a lo que viene de afuera; quieren estar ahí juntos, donde nada cambia y todo es seguro.
– ¿Pero entonces cómo ven ellos la irrupción de Internet? ¿Lo utilizan con normalidad?
Sí, hacen un uso normal. En la escuela todos tienen iPad y no hay problema. Inclusive te puedo decir que yo descubrí que Mesa es la ciudad más conservadora de los Estados Unidos porque leí las cosas que escribe en Facebook el papá de la familia que tiene las armas en el documental, donde él es muy activo, y posteó un enlace al artículo de investigación publicado por un periódico. No sé si en otros sitios ocurre así, pero este señor es uno de los conservadores ultra-activos que tiene esa red social, y entre las cosas que opina, dice que Obama es marxista, osea, que él es un tipo muy específico de conservador.
– Y al mismo tiempo tú llegas allá por un programa de intercambio de familias, lo cual quiere decir que a ellos también les interesa que sus hijos conozcan otras culturas y otra visión del mundo. ¿No es así?
Por un lado sí, me parece que también hay esa parte. Lo que yo sentía, -y es una sensación muy personal-, es que ellos creían que estaban haciendo caridad. Cuando fui por primera vez, aquella familia todo el tiempo quería que yo estuviera muy agradecida de estar ahí, muy feliz, y era como si ellos me estuvieran haciendo una especie de favor al ofrecerme esa “oportunidad de permanecer en un lugar tan maravilloso”. Además, su interés hacia mí y mi cultura era muy básico; tan sólo les interesó que les cocinara algo de mi casa. Nada más que eso; muy raro.
– El film comienza con una cita que se refiere a América como ficción, pero ¿tú cómo ves esa América? ¿También la ves como se cuenta en la ficción o posee muchas diferencias?
Creo que es un tema muy dialéctico y se puede ver de las dos formas, porque esta relación entre realidad y ficción en los Estados Unidos es muy dialéctica. Es decir, tú llegas allí y es igual que en las películas. Si ves una película americana de colegiales, la alumna extranjera siempre es un objeto sexual, -eso está en “American Pie” y en un montón de otras películas-, y ese tema es un ingrediente muy vacío por parte de esas historias, como si quisieran vender eso como si fuera una sensación.
De todas formas, cada vez que vuelvo a los Estados Unidos me encuentro con una impresión muy reconfortante que me parece que viene de la posibilidad de consumación. Y eso lo noto mucho cuando entro en supermercados tan grandes como Walgreens. Pero sí, la sociedad americana tiene mucho que ver con lo que ves en las películas, e inclusive te diría que los americanos son muy fotogénicos en el sentido de que cuando están en frente de la cámara son lo que son. A veces hay una superficialidad y parece que están actuando, pero igual es lo que son y yo no puedo pedirles que sean más que eso.
En mi película casi nunca llego más allá de lo que ellos quieren mostrar, a pesar de que no hay tanto más por detrás.
– Totalmente de acuerdo. Muchas veces cuando ves una foto, solamente viendo la expresión del rostro, ya sabes que él o ella son americanos.
Claro, tienen una naturalidad con la cámara e igual son muy buenos en conversaciones informales. Cuando encuentras a un americano en cualquier lugar del mundo, ellos saben hacer small talks, hablando sobre cosas durante media hora sin decir nada. Son muy buenos en hacer esto también; es como se comunican y tienen esta fuerte capacidad.
– Y habiéndoles conocido tan de cerca, ¿crees que ellos siempre están buscando alcanzar el American Dream?
Yo creo que para ellos el American Dream es exactamente lo que viven: familia tradicional con su casa super-grande, su piscina, su pequeña comunidad, con todo muy seguro, las casas todas iguales. Y en específico este lugar que yo retrato está muy ligado a la noción del American Dream que se veía en los sitcoms de los años 50, con su noción de familia. Me parece que allí eso pervive en la ideología americana de este momento.
©José Luis García/Cinestel.com