«La Piedra de la Paciencia» de Atiq Rahimi; sinceridad y devolución

Estreno en España.
¿Qué esperas de mí?, le preguntó Jean-Claude Carrière al director afgano Atiq Rahimi cuando éste le propuso participar y articular la mayor parte del guión de esta película. «Traicióname», le respondió sin ningún tipo de ambages el realizador y al mismo tiempo, autor de la novela en la que se basa el film. «La Piedra de la Paciencia» es un ejercicio de sinceridad de una mujer musulmana ante su anciano marido que yace en estado vegetativo por haber recibido una bala en el cuello. Sus compañeros de la yihad y sus hermanos de sangre le han abandonado.
El Islam fue muy moderno en su creación, pero después algunos grupos han hecho una lectura literalista de los textos sagrados del Corán que han mantenido anquilosado el desarrollo de la idea plasmada en ese libro de que el dios monoteísta quiere que todas sus criaturas vivan en libertad, en dignidad y en plenitud de derechos siendo todos iguales, quienquiera que sea, hombre o mujer. Lo que es sustancial del Islam, tal como fue transmitido al profeta Mahoma, decía recientemente el especialista español Javier Valenzuela que ha sido malinterpretado de una manera herética por esos grupos influyentes porque no han leído correctamente ese texto ni acudido a un instrumento tan democrático que tienen como es la Shura o las asambleas para las decisiones que les afectan.
Quienes han salido peor paradas de ese equivocado razonamiento, -y eso que otro de los pilares del Corán es que sus fieles nunca pierdan la capacidad de pensar y de razonar-, han sido las mujeres que reciben un trato discriminatorio, son consideradas seres inferiores y obviamente, maltratadas. En «La Piedra de la Paciencia» vemos a una esposa que está al cuidado de su marido y que, para que pueda recuperarse, debería de orar desde la mañana hasta la noche durante 99 días.
Esas oraciones pronto se tornan confesiones y comienza a susurrarle a su esposo todo lo que se ha guardado durante muchos años sin poder decirle. El guionista predilecto de Luis Buñuel ha demostrado en esta adaptación de un texto literario tener un buen conocimiento propio sobre lo que estaba escribiendo, pues como supimos en el documental del mexicano Juan Carlos Rulfo, «Carrière, 250 metros», supera ya los 80 años pero está casado con una joven iraní.
Al igual que en una dictadura política los grupos opositores se organizan clandestinamente, en el caso de las mujeres islámicas oprimidas o generalmente reducidas a un segundo plano por sus respectivos maridos, también sucede que implementan un sistema de códigos entre ellas, fundamentalmente para salir airosas de ciertas situaciones comprometidas.
En la película vemos cómo la esposa toca y besa al marido por primera vez, algo a lo que jamás se había atrevido antes, a pesar de llevar casados diez años. Cuando una serie de asaltos de milicianos de la interminable guerra en Afganistán se suceden en la casa, con uno de los cuales tendrá una relación, la mujer decide llevar a sus hijas a un lugar más seguro, la casa de una tía suya que trabaja como prostituta. A partir de su regreso, es cuando comienza a contarle a su marido inmóvil esos secretos que se transmiten sólo entre mujeres. Lo que le dice acerca de la virginidad y la paternidad es una buena muestra de esa complicidad que se da entre las musulmanas frente a ese asfixiante poder de los hombres.
«La Piedra de la Paciencia» es una película cuyos personajes están sumidos en situaciones extremas y que está narrada desde el punto de vista de una mujer que está rompiendo con toda la frustración de una década a través de los monólogos que le dedica al marido. El realizador afgano ha diferenciado la iluminación exterior con contrastes duros y suaves en la interior en un film con pocas locaciones, lo que acentúa el estado de angustia que sufren los personajes. La mano magistral de Carrière en su uso del lenguaje cinematográfico se percibe en todo momento. A mitad de la película, la protagonista insinúa cierto hecho del pasado cuya amplitud no conoceremos hasta el final, unas últimas escenas del filme que son sobre todo simbólicas antes que reales.
La idea central de la novela original es el mito de «syngué sabour», la piedra de la paciencia, una piedra en la que pueden verterse las desgracias, las quejas, los secretos, hasta que se llena y explosiona. En esta historia, esa piedra sería el marido que yace sin poder moverse y articular palabra. La actriz principal es la iraní Golshifteh Farahani, quien lleva en la actuación desde que tenía seis años de edad.
©José Luis García/Cinestel.com