Presión crítica para las salas de cine por el confinamiento obligatorio

No hay precedentes de que haya sucedido algo así antes. En numerosos países todas y cada una de las salas de cine permanecen cerradas ante las medidas de confinamiento decretadas por los gobiernos con motivo de la crisis sanitaria que ha sido generada alrededor del tema del coronavirus.
La limitación de las interacciones sociales y de las reuniones masivas afectan de lleno a la industria del cine. Rodajes anulados, festivales aplazados o suspendidos, doblajes paralizados y estrenos pospuestos de manera indefinida, completan un panorama desolador, impensable hasta hace pocas fechas.
Durante la época de cuarentena, los sistemas de difusión de obras en streaming se han visto a su vez reforzados para atender la alta demanda de productos audiovisuales ante esta situación de encierro involuntario en los domicilios.
La presidenta de la Comisión de Cultura y Educación del Parlamento Europeo, Sabine Verheyen, advirtió recientemente que los sectores culturales “han sido devastados por el impacto de las estrictas medidas de salud pública”, al tiempo que anunció la puesta en circulación de 37.000 millones de euros para hacer frente a las ramificaciones económicas y sociales derivadas de las decisiones adoptadas. “Los Estados miembros podrán utilizar el dinero de los fondos estructurales para apoyar a las pequeñas empresas y los planes de empleo. Es imperativo que las empresas y los individuos del sector cultural y creativo -cuyos medios de vida están bajo amenaza existencial- tengan acceso a este apoyo financiero. Mi mensaje a los Estados miembros es claro: este dinero debe llegarles inmediatamente” -aseguró-.
En Catalunya, por ejemplo, el 90% de las salas de cine se tuvo que acoger a un expediente de regulación temporal de empleo (ERTO) y el sector califica como “demoledora” la situación actual por sus cuantiosas pérdidas económicas diarias, pues la digitalización de los sistemas de proyección también ha sumado nuevos costes de mantenimiento ya que los equipos tienen que seguir estando conectados a la red eléctrica en modo de espera para ayudar a evitar que se pierda el certificado de seguridad de su bloque de medios, porque de lo contrario, cuando se puedan reanudar las proyecciones, no se podría reproducir el contenido encriptado de las películas y tampoco habría posibilidad de obtener asistencia remota desde el NOC. En ese sentido, cuando se produzca la reapertura se necesitará un tiempo para readaptar y comprobar los equipos y la expiración o no de ciertas llaves (KDM) para ver cada película.
Y durante el confinamiento, la cabina de proyección no podrá tener una temperatura inferior a los 10ºC.
Mientras tanto, las plataformas de visionado online bajo demanda han experimentado significativos incrementos de actividad, y la mayoría de muestras y festivales de cine han tenido que reinventarse, trasladando sus fechas de celebración o transformando su edición de este año en lo que será un único acceso por internet de las películas que mostrarán.
Y sin poder completar los numerosos rodajes iniciados a consecuencia del confinamiento de la población, muchos dentro de los sectores creativos y culturales de Europa, dependerán de la financiación europea para capear el temporal, porque si no llega a tiempo, las consecuencias para los sectores, sus trabajadores, socios y público por igual, serán nada menos que catastróficas.
©José Luis García/Cinestel.com