«Pride (Orgullo)»; un gran ejemplo sobre que la unión hace la fuerza

Cuando alguna cosa se considera injusta, la posibilidad que tenemos las personas de poder manifestar nuestro desagrado a través de las protestas es muy necesaria. «Pride (Orgullo)» es una película basada en hechos reales sucedidos en los años 80, que ejemplariza cómo dos comunidades muy distintas en sus reivindicaciones pueden apoyarse mutuamente para alcanzar un determinado fin. Aquí nos hallamos en la época de la Dama de Hierro, Margaret Thatcher, como gobernante de un país en donde el sindicato nacional de mineros había convocado una huelga, mientras que en Londres, durante la manifestación del Orgullo Gay, un grupo de lesbianas y gays recaudan fondos para ayudar a las familias de los mineros que han dejado de cobrar sus salarios al no querer ir a trabajar.
Con un guión brillante que mezcla situaciones dramáticas con otras cómicas, «Pride» está tratada desde un enfoque muy diferente a como, siendo confrontaciones sociales, por ejemplo lo haría Ken Loach. En esta película coral, el guionista Stephen Beresford ha tenido la buena habilidad de turnar situaciones dramáticas con otras eminentemente cómicas y divertidas, mientras que el director Matthew Warchus tal vez se ha excedido un poco en la cantidad de fondos musicales, pero el conjunto es muy satisfactorio y posiblemente haya pasado a engrosar la lista de las mejores películas del cine británico de estos últimos años, en una exposición del relato que va de menos a mas.
El filme mezcla el factor reivindicativo sobre los derechos gays con los del sindicalismo, desde la posición de unas personas que quieren dar lo mejor de sí mismos. Se sabe que más del 80% de la película son hechos que sucedieron en la realidad, tanto los momentos de tensión como los de alegría, porque las personas somos así y hay tiempo para todo, inclusive en una situación difícil en la que los trabajadores de la minería luchaban por mantener sus condiciones laborales y los gays eran perseguidos y no podían comportarse como tales en público. La película es fiel a ese comportamiento dual frente a las amenazas, aparte de muy auténtica hasta el punto de que algunos de los protagonistas reales estuvieron durante el rodaje asesorando a los actores.
«Pride» lleva implícita cierta carga ideológica cuando, sin que se mencione directamente, los protagonistas están defendiendo con coraje e ingenio la sociedad contra el individualismo y el socialismo contra el capitalismo. El filme es el reflejo de una alianza impensable a priori, pero entre dos grupos que tenían los mismos enemigos: el gobierno Thatcher, la policía y la prensa amarilla. Una película sobre la dignidad, situada en una época compleja en la que los gays eran muy mal vistos y tenían graves problemas por ello, aunque es verdad que en el terreno laboral patronos y sindicalistas usaban términos mucho más directos y adecuados al hablar que ahora.
©José Luis García/Cinestel.com