«La princesa de Francia» de Matías Piñeiro; amores que se multiplican

Si hay algo que pueda ser considerado un mérito o un atractivo dentro del mundo del cine es la posibilidad de indagar en formas distintas de narrar a las habituales. Eso es lo que sucede con el argentino Matías Piñeiro que recién presentó en Locarno (Suiza) su nueva película premiada en el Buenos Aires Lab del BAFICI. «La princesa de Francia» mantiene una estructura técnica similar a sus dos películas anteriores, sigue la estela de los textos de Shakespeare, pero tiene algunas diferencias de relieve en cuanto a su contenido puesto que en este filme incorpora la novedad de un personaje masculino como protagonista.
Víctor (Julián Larquier Tellarini) y sus complicaciones amorosas y laborales están en el centro de la trama. Un año después de la muerte de su padre, regresa a Buenos Aires con la intención inicial de reconquistar la vida que se vio obligado a abandonar. Llega con un nuevo proyecto de radio-teatro basado en una de las primeras comedias del famoso escritor de Stratford-upon-avon conocida como «Penas de amor perdido», una obra sobre la que todos ellos habían trabajado antes de su partida.
Ahí se reencuentra con esas cinco actrices que él conoce muy bien: su novia Paula, quien le juró fidelidad; Ana, su amante, que duda de su amor; su ex, Natalia, quien cree que todavía él la ama; su amiga, Lorena, que piensa que todavía tiene posibilidades respecto a él; y Carla, una total desconocida, que podría ser su nuevo amor verdadero. Víctor es en esta película tentado por las distintas mujeres e inclusive manipulado por alguna de ellas en algún momento, en un coqueteo amoroso que no cesa y en el que hay partes personales que se repiten haciéndole un símil a los ensayos teatrales.
El film arranca con un allegro extraído de las sinfonías de Schumann y Matías Piñeiro sigue con esa técnica, expresada en las anteriores «Rosalinda» y «Viola», que se apoya en largos planos secuencia utilizando una sola cámara durante los diálogos, lo que obliga a hacer un peculiar movimiento de la misma dentro de un cine de artificio y composición que nunca cae en el naturalismo obsesivo. Por momentos se hace valer de la cámara casi fija, en otros instantes de los planos en picado, y en los interiores destaca su nula iluminación de soporte, lo cual hace que veamos una luz atenuada en algunos instantes de la película.
En «La princesa de Francia» notaremos una menor incidencia de los textos hablados que en los precedentes trabajos de Piñeiro, y tanto la narrativa como la estética están basadas en un cuadro del pintor francés William Adolphe Bouguereau que lleva por nombre Ninfas y sátiro. Las actrices que integran el elenco son Agustina Muñoz, María Villar, Romina Paula, Laura Paredes y Elisa Carricajo. Si tienen oportunidad de verla, esperen hasta que se acaben los títulos de crédito finales porque hay algo más.
©José Luis García/Cinestel.com