“Raúl (La democracia desde adentro)”; la figura de Raúl Alfonsín
Reestreno el jueves 21 de mayo de 2020 en Argentina a través de la Sala Virtual de Puentes de Cine
Como lo demuestra esta película documental de Juan Baldana y Christian Rémoli, siempre suele haber aspectos que se desconocen o no se tuvieron en cuenta alrededor del alguna figura pública importante que tal vez ayuden a explicar mejor cómo era la persona en cuestión.
“Raúl, la democracia desde adentro” es un filme que nos devuelve a la época de la recuperación de la democracia en la Argentina, luego de aquellos duros años de la dictadura cívico militar cargados de odio y represión desde las instituciones públicas del Estado.
Raúl Alfonsín ganó aquellas elecciones históricas de 1983 con el propósito de formalizar un quiebre con la Historia reciente de la Nación, pero como aquí se expone, no lo tuvo nada fácil pues la situación económica era más que imposible y las amenazas que perseguían la gestión de la Unión Cívica Radical eran constantes.
Tratándose de un político vocacional, Alfonsín expresó en aquel entonces su voluntad de permanecer como presidente de la República solamente durante seis años (adelantó las elecciones siete meses antes de acabar), durante los cuales entre otras cosas fundó la Conadep; dio el visto bueno al posteriormente fallido plan austral para salvar una economía que estaba en guerra; intentó sancionar una primera Ley de Medios, pero no le dejaron; padeció las presiones de la Sociedad Rural; logró aprobar la Ley de Divorcio pese a la oposición de la Iglesia Católica; y tuvo que vérselas cara a cara con los Carapintadas que pretendían que hubiera una ley de amnistía para los represores y torturadores del periodo dictatorial.
Juan Baldana y Christian Rémoli responden las preguntas de Cinestel:
– ¿De dónde surgió la propuesta de hacer un documental sobre Raúl Alfonsín?
Juan: Christian me propuso dirigirlo y si bien me entusiasmó la idea, le pedí un tiempo para analizar la figura de Alfonsín. Era la primera vez que tenía la posibilidad de realizar una película que no fuera idea mía con guión y dirección propios. Me brindó unos libros claves y me dediqué a leer. Fue un rotundo sí. Me pareció muy interesante trabajar sobre uno de los políticos más importantes de los últimos tiempos y rescatar su figura, más sabiendo que no había ninguna película sobre él anteriormente.
Yo venía de hacer una ficción que tenía que ver con una historia real basada en una pareja militante de las ligas agrarias perseguida por los militares en la época del proceso; claramente, había varios puntos en común como factor denominador, solo para arrancar. También me sedujo armar junto a Christian un formato de documental en el que no estaba acostumbrado a trabajar y veía un gran desafío por delante.
– ¿Hubo facilidad para acceder a todos los testimonios que querían para la película?
Juan: Fue un gran trabajo de Christian con Martín Waismann, nuestro productor periodístico. Teníamos desde un principio bien definidas las tareas de cada uno. En mi caso, con respecto a los testimonios, el trabajo consistió en interpretar desde el punto de vista de la imagen a todos los entrevistados que se fueron sucediendo a lo largo del rodaje. Lo que se dice, como se dice, había que acompañarlo con una narrativa estética acorde al relato de cada interpretación. Unos costaron más que otros, pero creo que hoy se refleja un arco muy amplio a la hora de ver el documental.
– ¿Y creen que el coraje del ex-presidente fue determinante a la hora de poder recuperar la democracia para siempre?
Christian: El paso fundamental de Alfonsín fue haber entendido que la recuperación de la democracia no podía ser una cuestión meramente formal. Es decir, el hecho de que a los días de asumir haya decretado la nulidad de la Ley de Autoamnistia creada por los militares y haber impulsado la Conadep y los juicios, en contraste con lo que proponía e candidato justicialista, Italo Luder, fue un paso esencial, no solamente en la recuperación del estado de derecho, sino en dejar establecido que era el fin de la impunidad para la corporación militar. Eso, en el marco de una relación de fuerzas absolutamente desigual (los militares tenían un alto poder de fuego y estaban al mando de tropa), sumado a que el aparato represivo y las estructuras de inteligencia estaban intactas, sin dudas que requirió de un gran coraje por parte de Alfonsín.
– Alfonsín quiso afianzar la justicia social, que es asimismo una de las razones de ser de sus contrincantes políticos justicialistas. ¿Pero qué motivos pudo haber para que la Unión Cívica Radical no siguiera construyendo el camino emprendido por su antiguo dirigente?
Christian: La igualdad o la justicia social son parte de la tradición política del radicalismo, aún antes de que existiese el peronismo. Los partidos políticos tienen diferentes momentos a lo largo de la historia. El justicialismo pagó caro su falta de líder después de la muerte de Perón. Recién existió un liderazgo definido con Menem en el 89, luego de vencer en la interna a Cafiero y ganarle las presidenciales a Alfonsín. Alli el PJ emprendió un camino de destrucción del aparato productivo sin antecedentes en un gobierno democrático. Puede ser que la UCR esté pasando por un proceso parecido luego de la muerte de Alfonsín de la que se cumple poco más de una década. Los liderazgos pueden estar agazapados; un radical con una línea muy parecida a Alfonsín ganó la Intendencia de la segunda ciudad más importante del país (Rosario, Pablo Javkin).
– ¿Están convencidos de que fue la inflación la que mató al Alfonsín político?
Christian: La inflación fue una de las causas, acaso la más fuerte, que terminó con la presidencia de Alfonsín. El papel de las corporaciones (militar, empresarial, mediática y sindical) fue concurrente y a su vez causal de esa inflación, sin restarle importancia a los sucesivos errores del gobierno alfonsinista en materia económica. Pero Alfonsín pensó y actuó como político hasta su último momento de lucidez.
Es bueno recordar que la reforma de la Constitución que rige la vida argentina, por ejemplo, fue motorizada por Alfonsín en 1994, que fue gestor de la Alianza, que convenció a Duhalde para que asuma en 2001 (según las palabras de Duhalde) y fue la voz más importante de su partido hasta sus últimos días.
– Juan, ya que anteriormente dirigiste tanto ficciones como documentales, ¿crees que la figura de Alfonsín podría ser retratada en el marco de una ficción?
Juan: Absolutamente, es un desafío llevar a personajes de tamaña envergadura a un escenario de ficción. El tema es que los grandes hombres como Raúl Alfonsín, son imposibles de llevar a la pantalla grande en una sola película si quisiéramos contar toda su vida en 120 o 140 minutos. Hoy tenemos la suerte de poder imaginar una serie, o en mi caso, tomaría seguramente un fragmento de su vida para poder interpretarlo. Una década quizás, con algunos flashbaks. De hecho, en estos momentos estoy trabajando con unos queridos colegas sobre un mítico líder del partido revolucionario que ha transformado la escena política social durante los años que nos acontecieron con la instalación del terrorismo de estado en Argentina con el golpe militar del 76.
©José Luis García/Cinestel.com
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