“Canal 54”, de Lucas Larriera; una película audaz sobre manipulación

Estreno en Buenos Aires
La posibilidad de que las imágenes mostradas en los años 60 del siglo XX sobre la llegada de los humanos a la Luna fueran una entelequia, y el hecho de que aquellas secuencias fueran atribuidas a un famoso cineasta de origen estadounidense, quien habría muerto en el Reino Unido en extrañas circunstancias, es aprovechada ahora por el director argentino Lucas Larriera para desarrollar otra historia paralela, a caballo entre el documental y la ficción, en la cual un catalán llamado Armengol Torres le propone la oportunidad de desarrollar una investigación sobre una especie de transmisión paralela que se habría llevado a cabo durante el alunizaje de 1969, y que habría sido captada por un radioaficionado de Avellaneda, en la provincia de Buenos Aires.
La película es una búsqueda de esa “verdad” y de su protagonista, Norberto Otero, un hombre que es el único que podría esclarecer ese hecho.
Para Larriera el tema de la presencia inicial de astronautas en el pequeño satélite terráqueo es una suerte de obsesión que ya le viene desde su anterior film, “Alunizar”, dirigido junto a Pepa Asletarra; así que lo más seguro es que quiso profundizar mejor en este tema tan relacionado con la manipulación y se aprestó a participar en esta nueva experiencia, en la cual inclusive él mismo aparece en algunas ocasiones en pantalla.
No es de extrañar tampoco el hecho de que este realizador decidiera otorgarle a este film llamado “Canal 54” una estética retro a algunas partes de la película, en las cuales aparecen televisores y cámaras de fotos de aquella época, además de unas cuantas imágenes de archivo. Y naturalmente, este relato plantea muchos más interrogantes que certezas, aunque asimismo también nos encontramos aquí con una profunda reflexión alrededor de los intentos de manipulación que se puedan llevar a cabo desde los medios audiovisuales, junto a la presencia de “expertos” que intentan corroborar algunas “certezas científicas”, frente a la perplejidad de cualquier otra persona inteligente que los escuche.
Pero como dice el director en algún momento, ir hacia la verdad en un asunto como éste supone que a priori ya sepas que te vas a encontrar saboreando las amarguras de un estrepitoso fracaso, pues cuando no existen evidencias visibles que puedan corroborar ese tipo de teorías, en el tema concreto que aquí se debate, la imposibilidad de demostrar aquellos hechos de los que se habla es más que evidente.
No obstante lo ya mencionado, “Canal 54” es también una sana e interesante manera de que cada espectador intente percibir por sí mismo los límites entre la verdad y la mentira, pues es la única manera de que no nos tomen el pelo y sobre todo, que cada uno sepa “poner en cuarentena preventiva” aquello que se nos dice o muestra en imágenes, para intentar dilucidar si eso es cierto o no lo es. De ahí que Larriera sea aquí quien busca a ese hombre misterioso para poder mirarle cara a cara e intentar despejar sus numerosas dudas.
©José Luis García/Cinestel.com