«Girl», de Lukas Dhont; el problema de no tener la suficiente paciencia

Estrenada en España
Si bien es cierto que la adolescencia es una etapa de rebeldía, la ópera prima del director belga Lukas Dhont le añade un plus de preocupación a su personaje principal, una quinceañera trans que lucha por que se complete cuanto antes su integración plena a este mundo, a través de la posibilidad de acabar normalizando su propio yo.
Pero esta situación se topa con condicionamientos legales que dicen que deberá de esperar hasta su mayoría de edad para regularizar su cuerpo por la vía quirúrgica, aun cuando su tratamiento médico ya ha comenzado y está tomando pastillas hormonales.
Lara es la chica protagonista de «Girl», una película que trata algunos temas como la dicotomía o confrontación entre masculinidad y feminidad, así como la percepción que se tiene acerca del género, tanto por parte de ella como la de todos aquellos que la envuelven en sus actividades habituales.
La adolescente es una apasionada del mundo de la danza, hasta el punto de que recibe clases en una Escuela especializada, donde comparte vestuario con sus compañeras. Y en su obsesión por intentar normalizar su situación física, utiliza repetidas veces una estrategia concreta que el director ha querido reflejar como un peligro dañino para su salud.
En esa tesitura, la película muestra casi siempre con cámara en mano, hasta qué punto la obsesión por llegar al punto deseado y óptimo para ella, sugiere la inoportunidad de unas leyes que impiden la transformación física que necesita, pese a los informes favorables de los servicios médicos y sociales que la atienden. Pero ella es todavía una menor y por tanto, esa posibilidad se le presenta todavía como muy remota.
Importante remarcar que obviamente, la tensión del filme va en aumento, pese a que Lara tiene el apoyo total e incondicional de su padre y de su hermanito pequeño (acerca de su madre no sabremos nada en absoluto ni la veremos en pantalla). Pero la situación injusta en que se halla y cierta actitud estúpida de alguien, completamente reprobable, acrecientan la presión hasta un final que contiene una acción del todo desmedida y sorprendente, tendente a avivar el debate posterior entre los espectadores.
Mención aparte y especial merece la impresionante y creíble actuación del joven actor belga debutante, Victor Polster, quien se mete en la piel de Lara, la adolescente protagonista transexual, de una forma total y muy convincente.
©José Luis García/Cinestel.com