«La Cosa Vuestra», de María Cañas; «apropiacionismo» para comunicar

La crítica irónica tiene la posibilidad de manifestarse de diversas formas, y la artista multimedia sevillana María Cañas ha elegido una de esas puertas posibles para abrir una salida a su creatividad que consiga conectar con un público reflexivo y abierto a todas las tendencias artísticas.
Cañas se está implicando desde hace tiempo en el llamado cine experimental a través del apropiacionismo, movimiento artístico en el que cuyos autores usan obras ajenas para completar la suya, y que también se aplica en otras artes como la pintura o la escultura.
«La Cosa Vuestra» (2018) es una mirada hacia esa violencia que se convierte en habitual a través de las tradiciones y a la que suma las agresiones machistas en contra de la mujer.
La película es de «risastencia» debido a su humor, y se presenta en formato de mediometraje.
Estructurado en torno a los sanfermines de la ciudad de Pamplona, María va en esta ocasión por el lado más bestia de la vida, mostrando aspectos concretos de los ambientes más conocidos de esta fiesta navarra en la que el alcohol, los saltos y las carreras delante de los toros por las calles pamplonicas, son una constante en aquellos días sucesivos en los que dura el acontecimiento.
La artista ha elaborado el montaje bajo la premisa de su anti-tauromaquia y su crítica hacia cualquier forma de violencia, aun cuando también es verdad que muchas de las imágenes y testimonios hablan por sí solos, y por tanto ni siquiera ha tenido ella que buscar argumentos expresamente en contra de la llamada «fiesta nacional». De hecho, esta compilación nueva sigue el hilo de otro documental suyo del año 2006, titulado «La Cosa Nuestra».
Y es que los defensores de la tradición que conlleva esta forma tan tremendista y salvaje de divertirse aparecen aquí explicando sus argumentos más peregrinos, al tiempo que se hace un oportuno e interesante salto hacia comportamientos machistas (incluidos también en alguna canción de los años ’70), e inclusive delictivos como el del caso conocido como «la manada».
María Cañas se autodefine como una vídeo-guerrillera, mientras que asegura que lo que ella hace ya lo hacía Basilio Martín Patino en «Canciones para después de una guerra» (1976). Librepensadora y caníbal visual, la artista andaluza es también una agitadora social que ha encontrado una mina de oro a través de internet: «Para mí Youtube es el ojete popular», afirma acerca de una de sus principales fuentes de material de archivo para incluir en estos relatos low-cost con los que pretende dinamitar esos puntos controvertidos e incrustados en la cultura general.
©José Luis García/Cinestel.com