“Monos”, de Alejandro Landes; violencia y alienación humana

Estrenada en España
Es en realidad una reflexión sobre la parte sin sentido de la naturaleza humana. “Monos”, la tercera película del cineasta radicado en Colombia Alejandro Landes, se presenta como el viaje de transformación al cual un grupo de jóvenes es sometido, dentro del ambiente hostil de la selva.
La acción se desarrolla en un campamento de verano donde un sargento paramilitar vigila a los ocho niños que lo componen. Allí tienen como rehén a una doctora estadounidense que ha sido secuestrada.
La primera incursión en el cine de ficción del hasta ahora documentalista ha resultado ser sorprendente, tanto por su trama como por su contenido violento y su trasfondo de reflexión.
El individuo y su relación con las masas, así como los riesgos de la alienación humana, quedan aquí suficientemente explicitados.
El tercer largometraje de Landes contiene una gran y marcada incidencia sobre las ansias de poder y también en relación a ese deseo de pertenencia a un grupo que algunas veces impone un modelo de vida mecanicista según el cual, los seres humanos somos meras piezas que se mueven al antojo o los intereses de determinados grupos de personas, que siempre están en un plano oculto de la acción.
La Organización, -así se llama el grupo de jóvenes en cuestión-, también deberá practicar el culto al líder, y ese será justamente el principal punto de fricción que asumirá este relato, que sin duda igualmente resulta incómodo, otro de los claros propósitos de su director.
Pero si tuviéramos que destacar cuál es el punto esencial para entender el fondo de esta historia, ahí estaría el de la confusión entre el bien y el mal y los graves conflictos que su existencia genera, así como el caos reinante en ese territorio sin ley en el que esos jóvenes son meras piezas que se mueven. Y por supuesto, los conflictos militares que vivió Colombia en el pasado también han influido en el guion de esta película.
©José Luis García/Cinestel.com
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