“Reloj, Soledad”, de César González; pulsión insociable

Estreno en Buenos Aires
Seguramente habrá a quien le produzca una especie de vértigo conocer el carrerón artístico y audiovisual que lleva a sus espaldas el polifacético César González, quien a sus tan sólo 33 años de edad sigue impresionando con propuestas como la de “Reloj, Soledad”, una suerte de ensayo en torno a la incomunicación humana y el desamparo psicológico.
Y si en la presentación ocurrida en Mar del Plata se puso el énfasis en la presencia de Érica Rivas en el elenco -actriz que ocupa la última parte del film-, también es imprescindible destacar el notable trabajo actoral de Nadine Cifre, quien encarna a la desprolija protagonista de esta ficción rodada en el sur del conurbano bonaerense.
El germen del guion se instala en la necesidad de romper con ciertas imágenes estereotipadas que repetidamente muestra el cine y la televisión.
Para ello, la película propone una fábula sin moraleja final que pretende acercarse a los sentimientos y modo de obrar de una chica que posee la firme convicción de que el reloj es un ladrón del tiempo y el trabajo repetitivo una forma de caminar hacia la deriva más absoluta. Paralelamente, su vida cotidiana está marcada por un profundo aislamiento social que la lleva a encerrarse en sí misma.
De hecho, la práctica totalidad de los personajes del film son mostrados como personas atomizadas, sin interacción social alguna, en contraste con la circunstancia de que el trabajo de la protagonista se desarrolla en una imprenta, donde precisamente se producen a nivel industrial otras formas de comunicarse en papel que nos permiten pensar en esa antítesis.
Pero en el transcurso de esas jornadas laborales ocurrirá un suceso que marcará todo el resto de la película. Ahí será cuando algo que hace una empleada perjudicará a la otra, y eso generará una confrontación entre distintas personas que se prolongará hasta el final.
“Reloj, Soledad” es una acertada reflexión en torno a personas que buscan desesperadamente mantener o encontrar un empleo para sobrellevar sus propias vidas, y también alrededor de hábitos sociales dañinos y perjudiciales que el guion entrelaza para terminar siendo el origen de unos problemas que conllevan resultados imprevisibles.
©José Luis García/Cinestel.com