“Puerto Almanza” y la dificultad de vivir en un punto extremo del país

Estreno en Buenos Aires
En un magnífico paraje del sur argentino, muy imponente a nivel visual, se encuentra el poblado más meridional de la Argentina. Puerto Almanza se llama aquel extremo asentamiento humano, y así también han titulado los realizadores Juan Pablo Lattanzi y Maayan Feldman su película en la que han querido expresar las dificultades a las que se enfrentan algunos de los habitantes de aquel lugar situado en uno de los costados del Canal de Beagle.
“Puerto Almanza” es la constatación de que más allá del riesgo que implica la toma de decisiones respecto a vivir en el último lugar posible transitando hacia el sur de la Argentina, siempre hay otros escollos que salvar, entre ellos los obstáculos para que los hijos de los habitantes puedan recibir la educación a la que tienen derecho.
Todos los vecinos de la aldea proceden de otras regiones de la Nación.
Y buscando un contraste entre toda esa belleza paisajística y las necesidades de la población, los directores ponen mayormente su foco de atención en dos de los residentes: Santiago, un hombre solitario que se lleva mal con su hijo de 22 años y que padeció en el pasado problemas de ludopatía; y Rolo, un pescador con cuatro hijos que ha luchado por que sus vástagos puedan recibir las clases que por su edad les corresponden en esa misma localidad y sin necesidad de desplazarse a Ushuaia, donde incluso le ofrecieron la posibilidad de mantenerlos con una familia de acogida.
Lattanzi y Feldman también cuestionan en el documental otros aspectos relacionados con estos inmigrantes que buscan una salida digna para sus vidas, subrayando la equidistancia entre lo que puede ser un trabajo explotador en una ciudad, frente a la tranquilidad que pueda proporcionar la oportunidad de intentar organizarse en ese lugar.
Aun así, las trabas administrativas y de otro tipo también afloran en el filme, pues aunque sobrevivir con la pesca y otras actividades resulta ser también estimulante, las políticas locales y estatales no alcanzan a encajar del todo con lo que es la necesidad colectiva de tener una vida lo más normalizada posible.
“Puerto Almanza” deja a un lado las aspiraciones y la vida de las mujeres que habitan la zona (tal vez eso daría para otra película) y es un documental que sabe mantener el interés del espectador en todo momento, de principio a fin.
©José Luis García/Cinestel.com