«Arribeños», de Marcos Rodríguez; chinos bonaerenses y procederes

Estreno en Buenos Aires en los cines Gaumont y Malba
A diferencia de lo que ocurre en otras zonas del mundo, hay ciudades como Buenos Aires en la que se le llama Barrio Chino a la zona urbana en donde viven o en su mayoría la frecuentan los habitantes de esa nacionalidad o de la taiwanesa. Es lógico y humano que mucha gente se pregunte cómo es que llegaron hasta ahí, por qué se juntan en un mismo área y a qué se dedican, aunque sea bastante obvia y visible su preferencia por el comercio al por menor.
Marcos Rodríguez despeja en su documental muchas de esas incógnitas a través de un acercamiento a toda esta comunidad que es tan heterogénea, pero que nosotros solemos mirar como si fueran un todo igualitario. «Arribeños» hace una exploración directa sobre esta colectividad, explicando cómo fueron sus inicios, las etapas por las que pasaron para lograr integrarse o no con la comunidad argentina, así como su relación actual con el entorno.
El documental revela que una mayoría de ciudadanos orientales que están por el Barrio Chino de Buenos Aires proceden de Taiwan, la isla que tiene un estatus independiente a la que llegan flujos migratorios de cantoneses de la China continental, para después trasladarse a otros lugares del mundo, al igual que lo hacen otros habitantes autóctonos de la isla. Como suele ocurrir en casi todas las migraciones humanas, estos taiwaneses pensaron que su salida del país sería para regresar un tiempo después, lo cual no se cumple en la mayoría de los casos porque es muy habitual echar raíces en el lugar de destino.
«Arribeños» comienza con una larga imagen en negro en la que solo se escucha sonido. Es un inicio lento que a medida que avanzan los minutos se va agilizando. La película ha sido estructurada en cuatro partes que se corresponden con cada una de las estaciones del año. Las voces de los integrantes de esta comunidad se van escuchando mientras observamos el ambiente cotidiano que se respira en una zona que se ha hecho muy popular y a la que se entra por un enorme arco que está siempre visible a pocas cuadras de Barrancas de Belgrano.
Lo de Rodríguez es todo un ejercicio de precisión y habilidad al organizar los diálogos por bloques temáticos que incluyen asuntos como los taiwaneses que llegaron hace mucho y que ahora están jubilados, las nuevas generaciones que en la actualidad están integradas en la Argentina, el consabido cambio de nombres propios de los inmigrantes para que sean más inteligibles, o la celebración participativa y popular en las calles del Año Nuevo Chino.
El filme es entonces un retrato multidisciplinar muy revelador y necesario para observar detalles sobre la vida de esta comunidad tan milenaria y respetuosa con la que convivimos en muchas ciudades. En «Arribeños» sí que puede decirse que somos nosotros quienes completamos la película al verla y darnos cuenta de que también formamos una parte más de toda esa totalidad.
©José Luis García/Cinestel.com