«In the last days of the city»; revelar el mundo urbano de El Cairo

Mejor director en el BAFICI 18 de este año, el egipcio Tamer El Said guía al espectador por los ambientes de El Cairo en la que es su ópera prima. «In the last days of the city» es una ficción que posee algunos toques parecidos al documental y que se halla concentrada en la lucha por sobrevivir, dentro de un espíritu de la época que está mediatizado por los prolegómenos siempre tan intensos, y a veces excesivos en cuanto a duración de tiempo, de la llamada primavera árabe, en un entorno de tensión y violencia reprimida.
Premiada también en el Berlinale Forum 2016, El Said fabrica la historia de una película dentro de otra película en la que, además del contexto narrativo, se destacan unos impresionantes tonos cálidos en la iluminación, tanto en exteriores como dentro de las casas o edificios. Podemos considerar el filme como una crónica lírica e inquietante sobre un momento de esperanza de cambio con muchas incertidumbres.
Hay una singular paradoja en todo esto, que sucede en todos aquellos periodos en que cuanto más cambian las cosas, más permanecen igual. La película arranca en 2009, el año posterior al inicio de la crisis financiera internacional, con una guerra en Gaza que estaba en marcha, al igual que el germen de las protestas posteriores contra el gobernante Hosni Mubarak. Los únicos personajes dedicados aquí profesionalmente a la actuación son Khalid Abdalla y Laila Samy; el resto son personas que hacen de sí mismos en esta historia, no se ciñen a un guion estricto sino a unas pautas generales previas, y todo el rato revolotea la idea en ellos de que se está agotando un esquema y hay que dejar de lado ciertos estereotipos en espera de algo que se presume nuevo.
Según contaba el director, las dificultades económicas y organizativas para rodar la película contribuyeron a mejorar el resultado definitivo, al incorporar escenas de distintos años asegurando la continuidad del relato. El trabajo de Tamer El Said es asimismo un excelente paseo por El Cairo, capaz de transmitir esa atmósfera de ciudad bulliciosa y sonora, lo grandes conversadores que son la mayoría de los egipcios, y una idea visible de reconstrucción al final de la cinta.
©José Luis García/Cinestel.com