«Informe General II. El Nuevo Rapto de Europa», de Pere Portabella

Pere Portabella es un cineasta a quien su tiempo y sus prolijas y diferentes actividades le han permitido conseguir una visión privilegiada -e incluso en algunas ocasiones haber sido copartícipe- de acontecimientos que sin duda alguna serán enmarcados dentro de la Historia contemporánea. La suerte para los espectadores es que todo ese bagaje lo haya volcado en los documentales que ha rodado. El que ahora nos ocupa es la segunda parte de aquel Informe General sobre unas cuestiones de interés para una proyección pública, con el que en 1977 se quiso anticipar a los cambios que se venían con el advenimiento de la Constitución española y el retorno a una democracia vilmente usurpada en los años ’30 por una sublevación militar.
«Informe General II. El Nuevo Rapto de Europa» es un anticipo sobre determinadas condiciones que van a llevar a un nuevo cambio o reforma de la democracia.
El surgimiento de nuevas fuerzas políticas en el sur de Europa como vía de salida para salvar el colapso del sistema, es fundamental en esta escenificación que Portabella ha preparado y que tanto cuestiona el modelo institucional como el papel del arte y la ciencia. La poca lógica unión de dos edificios tan diferentes y estéticamente inconexos como son los de la sede del Centro de Arte Reina Sofía en Madrid, le sirve al cineasta como punto de partida para desplegar toda una serie de testimonios en torno a dos movimientos esenciales que ayudan a comprender el calado de las demandas que se reclaman: la indignación del 15M en su lucha contra la corrupción y la impunidad, en favor de un repensamiento de la necesaria fluidez que tienen que tener los canales de la democracia; y la Asamblea Nacional de Cataluña, que busca la reafirmación de una identidad propia en sus reiteradas demandas de independencia.
Portabella huye de polémicas y no articula sus testimonios a través de entrevistas, sino que lo que se ve son fragmentos de conversaciones con la preocupación por el momento de cambios que se avecinan como telón de fondo. A diferencia de su anterior filme de 1977, aquí los políticos en el sentido clásico casi no están presentes y de hecho Ada Colau, la actual alcaldesa de Barcelona, aparece hablando en un auditorio cuando todavía era una activista en defensa de las personas que iban a ser desahuciadas por no poder pagar la hipoteca.
Es un acierto que el cineasta acabe el documental con una amplia reflexión acerca del papel que probablemente ejercerán en un futuro próximo las ciencias. «La inversión en ciencia es la innovación del mañana», afirma alguien en la película, un tema que viene a completar toda esta visión panorámica que inclusive se nutre de imágenes tomadas por otros realizadores, como puede ser el conocido filme de Víctor Kossakovsky, «Demostration» (Manifestación).
©José Luis García/Cinestel.com